La secuencia del prólogo en el capítulo “The Key” (6x04) de Fear the Walking Dead (Robert Kirkman y Dave Erickson, desde 2015), con una planificación y un montaje muy cuidados sobre la nueva rutina que sigue el personaje de John Dorie (Garret Dillahunt) según la organización del poblado creado por la infame Virginia (Colby Minifie), es de las más satisfactorias en cuanto a gramática cinematográfica que uno pueda recordar en esta primera serie surgida de The Walking Dead (Frank Darabont y Angela Kang, desde 2010), con una voz en off epistolar bien escrita y cuyo cierre sirve como contrapunto a sus palabras.
Sin olvidar el inspirado tema de la banda sonora de Danny Bensi y Saunder Jurriaans (American Gods), que nos recuerda a ciertas partituras de su colega Ramin Djawadi (Juego de tronos) para Westworld (Jonathan Nolan y Lisa Joy, desde 2016). Y aquí es cuando somos conscientes del tiempo transcurrido desde la derrota desoladora de “End of the Line” (5x16) y, en un juego narrativo similar al de la cuarta temporada de Fear the Walking Dead, ausente en la quinta y por la implicación de Andrew Chambliss e Ian Goldberg (Érase una vez) como nuevos showrunners, la historia de la sexta se divide en dos hilos.
El primero es el actual alrededor de Lawton y, el segundo, el pasado sobre la experiencia de Morgan Jones (Lennie James) hasta que saluda a Daniel Salazar (Rubén Blades) en la última y reveladora escena de “Welcome to the Club” (6x02). Pero “The Key”, del hilo presente en The Walking Dead, se enfoca en el misterio de una muerte inesperada y en el sentido de la decencia de John Dorie, que le impide aceptar lo injusto y el daño que origina una corrupción odiosa, imposible de sostener con su trabajo cuando puede verla con toda claridad: una gran evolución para su personaje, con aroma a trama clásica del cine.
Y, en una escena emotiva, Garret Dillahunt (El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford) nos regala lo mejor de sí como actor cuando su personaje cuenta algo que desconocíamos sobre su formación moral y que, en su sencilla elocuencia, explica también que no pueda desistir en su empeño por arreglar lo que ocurre. ¿Y quién le iba a decir al intérprete californiano que el que quizá sea el mejor rol de su carrera cinematográfica, al menos hasta el día de hoy, se lo iba a brindar Fear the Walking Dead, una serie que se ambienta en un apocalipsis zombi, y calzándose los zapatos de un tipo que es tan buena gente?
Y ya estamos dispuestos a confirmar que no cabe duda de que, por el horror que enfrenta John Dorie en el tramo final de “The Key”, la abyecta Virginia puede darse la mano sin contemplaciones con Philip Blake, el Gobernador (David Morrissey), o Negan (Jeffrey Dean Morgan), los dos grandes antagonistas de The Walking Dead; por su crueldad, su psicopática condescendencia y su afán implacable para mantenerse en el poder, al menos. No por nada lleva al límite a nuestro querido vaquero texano, y solo alguien más ladino y con menos miramientos que él puede evitar que se desboque de forma irreflexiva.
Sin embargo, la satisfacción de resarcirse por los abusos cometidos —unos cuantos en total ya— se aplaza, y Scott M. Gimple, Matthew Negrete y compañía nos dejan con varias preguntas que deberán responder en los siguientes capítulos de Fear the Walking Dead: toda la verdad sobre el misterio de la primera muerte en “The Key”, cómo decidirá comportarse John Dorie tras el último giro que llama a su puerta y, por la escena final con Morgan Jones, lo que esconde el título del episodio aparte de una metáfora sobre estatus corrupto. Aunque la que se refiere la otra acerca de la molesta muela cariada sea la voluntad del pistolero.
