Que del cineasta neoyorkino Charlie Kaufman (¡Olvídate de mí!) pueda uno esperarse cualquier cosa, pero siempre lúcida en su particular excentricidad, es un hecho. Y que Estoy pensando en dejarlo (2020), su nueva película estrenada en Netflix, resulte difícilmente comprensible en su desbordamiento surrealista, también. Y, entre sus múltiples ingredientes para alimentar la lógica confusión de los espectadores, hay una inesperada referencia a una de las películas que triunfó en una de las ediciones de los Premios que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos concede cada año.
Unas secuencias atrás, el bueno de Kaufman ya había incluido un chiste con un falso largometraje romántico dirigido por su compatriota Robert Zemeckis (Forrest Gump). “Nunca escribió un nombre en el guion”, ha contado Netflix Film en Twitter hace unos días, “así que el editor asistente tomó los créditos finales de Contact [1997] solo como imagen de muestra. Cuando Kaufman lo vio, rompió a reír y pidió permiso a Zemeckis para mantenerlo así”. De modo que no es de extrañar que luego parodiase Una mente maravillosa (Ron Howard, 2001), el biopic sobre el genial matemático John Nash (Russell Crowe).
En una escena delirante y tras representar el musical Oklahoma! (Richard Rodgers y Oscar Hammerstein, 1931), el personaje de Jake (Jesse Plemmons) recibe un reconocimiento y repite casi palabra por palabra lo que le había dicho Nash a su esposa Alicia (Jennifer Connelly) al recoger en 1994 su premio Nobel de Economía en la última parte del filme, galardonado con cuatro Oscar. Un discurso que termina así: “Solo en las misteriosas ecuaciones del amor puede encontrarse alguna lógica. Estoy aquí esta noche gracias a ti. Tú eres mi única razón de ser. Eres todas mis razones. Gracias”.