Al adquirir los estudios de la Twentieth Century Fox en 2019 y, de este modo, los derechos de adaptación de la Patrulla X, Disney se aseguraba la posibilidad de introducirla en el Universo Cinematográfico de Marvel a su antojo, cosa que el productor Kevin Feige pretende hacer en un futuro no muy lejano. Y, con el reciente estreno de Los nuevos mutantes (Josh Boone, 2020) en estas fechas de incertidumbre por la covid-19 y la ansiada fase cuatro del UCM en el almanaque, es preciso insistir en que ni esta historia ni sus jóvenes protagonistas formarán parte del mismo. Pero también conviene situarlos en su propio contexto.

Los nuevos mutantes es el décimo tercer filme de una saga que comenzó hace veinte años con X-Men (Bryan Singer, 2000) y, en teoría, está bien muerta: la de los superhéroes de genética difícil salidos de la imaginación de Stan Lee y Jack Kirby para Marvel Comics en 1963. En varias ocasiones de su metraje, se menciona al superior de la doctora Cecilia Reyes (Alice Braga) y, como Danielle Moonstar (Blu Hunt) y compañía, suponemos que se trata del profesor Charles Xavier (Patrick Stewart y James McAvoy) y su Escuela para Jóvenes Talentos, también conocida como el Instituto para el Aprendizaje Superior o la Mansión X.

Sin embargo, tal como vemos en una comunicación de sus jefes y descubre Dani después con sus poderes sapienciales, la oscura organización a la que pertenece el solitario hospital de Milbury, al mando único de la doctora Reyes, es la Corporación Essex. Fue fundada por el mutante decimonónico Nathaniel Essex, más conocido como el supervillano Mr. Siniestro, y sus turbios propósitos están relacionados con la manipulación del material genético mutante. Al doctor Essex no se le ve nunca en pantalla, y la primera ocasión en que sabemos de su ente corporativo es en la película X-Men: Apocalipsis (Singer, 2016).

los nuevos mutantes x-men
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El coronel William Stryker (Josh Helman) captura a Hank McCoy (Nicholas Hoult), Raven Darkholme (Jennifer Lawrence), Peter Maximoff (Evan Peters) y Moira MacTaggert (Rose Byrne) y los encierra a las instalaciones militares de la represa del lago Alkali para someterlos a un interrogatorio sobre la localización de Xavier: el supermutante milenario En Sabah Nur (Oscar Isaac) se había servido del profesor y de Cerebro para lanzar todos los arsenales nucleares del mundo al espacio y que, de esta manera, no interfiriesen en su plan apocalíptico de reducir a polvo la civilización planetaria y reconstruirla según sus deseos totalitarios.

En dichas instalaciones se desarrolla el proyecto secreto del Arma X. Scott Summers (Tye Sheridan), Jean Grey (Sophie Turner) y Kurt Wagner (Kodi Smit-McPhee), que habían seguido a Stryker hasta allí, liberan a un sujeto de experimentación, James Logan (Hugh Jackman), que produce una escabechina y el escape del coronel. Y, en la escena poscréditos del filme, unos siniestros tipos trajeados acuden a la represa y recaban toda la información sobre el proyecto, como radiografías y muestras de sangre del fugado, para la Corporación Essex, según se lee en uno de sus maletines.

Pero es que, además, las imágenes mentales de la doctora Reyes que Dani descubre en el último tramo de Los nuevos mutantes las habíamos visto ya en Logan (James Mangold, 2017): las del proyecto X-23 del grupo Alkali-Transigen, cuyas cabezas visibles son Donald Pierce (Boyd Holbrook), de los cíborg Reavers, y el doctor Zander Rice (Richard E. Grant). Se dedican a reducir la población mutante a través de productos alimenticios que bloquean el gen-X, para que solo nazcan personas normales y, por otro lado, procuran controlar a los mutantes existentes y crían a niños así para que sean soldados a sus órdenes.

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Las imágenes con el maltrato horrible al que someten a los pequeños son las de los vídeos que había grabado con su teléfono móvil la enfermera Gabriela López (Elizabeth Rodríguez), quien ayuda a escapar del emplazamiento mexicano de Alkali-Transigen a Laura Keene (Laura Kinney), “hija biológica” de Lobezno a partir del ADN extraído del proyecto Arma X. Y que la intención de la doctora Reyes fuese evaluar a los protagonistas de Los jóvenes mutantes como potenciales asesinos coincide con el programa de los villanos de Logan, y esto sugiere que la Corporación Essex está detrás de los mismos.

Como de la Casa Essex para la Rehabilitación de Mutantes que sirve como escenario recurrente en Deadpool 2 (David Leitch, 2018). Después de aceptar unirse a los X-Men a petición de Coloso (Stefan Kapicic), hermano de Illyana Rasputin (Anya Taylor-Joy), Wade Wilson (Ryan Reynolds) acude a contener al mutante adolescente Russell Collins (Julian Dennison), harto de lo que ocurría en el lugar. Luego, este vuelve para vengarse del director (Eddie Marsan) por los abusos, torturas y experimentos a los que habían sido sometidos los jóvenes mutantes allí encerrados, como tiempo atrás Neena Thurman (Zazie Beetz).

Por si todo lo anterior fuese poca cosa, los nombres de Dani, Rahne Sinclair (Maisie Williams), Sam Guthrie (Charlie Heaton) y su desconocida hermana Paige y Roberto da Costa (Henry Zaga) aparecen en la lista de un ordenador gubernamental que Raven (Rebecca Romijn) consulta para conseguir la huida de Erik Lehnsherr (Ian McKellen) en X-Men 2 (Singer, 2003). El de Illyana, no. Y la propia Dani, en la Mansión X al final de la mentada película. Y Roberto (Adan Canto), en X-Men: Días del futuro pasado (Singer, 2014), en lucha a muerte contra los Centinelas en la línea de tiempo original.

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