Viajar a Marte es más difícil de lo que parece. Todavía no sabemos cómo pueden afectar las condiciones del viaje al cuerpo del ser humano, sin embargo, empezamos a hacernos una idea gracias a los astronautas que viajan a la Estación Espacial Internacional y, por tanto, participan en sobre cómo afectan estos factores sobre su salud.

Falta de gravedad, mayor incidencia de rayos cósmicos, los ciclos de sueño, la convivencia, los nutrientes... Todavía no tenemos claros todos los factores que afectan a nuestra salud en el espacio, pero está claro que estamos empezando a aprender sobre lo que nos pasa cuando salimos de nuestro cómodo y confortable planeta. Sabemos que la NASA ya usó a los gemelos Kelly, Scott y Mark, para ver cómo afecta una larga estancia en el espacio al organismo humano. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista JAMA Netw Open recoge que hay otro problema: flujo estancado en la vena yugular interna, que baja desde el cerebro hasta el cuello, y que, en el peor de los casos, puede provocar una trombosis.

¿Qué pasa cuando tu hermano gemelo viaja al espacio y tú te quedas en tierra?

El estudio cuenta con 11 astronautas de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), de ellos seis habían desarrollado este estancamiento y, al menos uno, llegó a tener una trombosis pasados los primeros 50 días en el espacio. "Es la primera vez que se registra una trombosis como resultado de un vuelo espacial", indican desde Science Alert

"La exposición a un ambiente sin peso durante el vuelo espacial resulta en un cambio crónico de sangre y fluido tisular en comparación con la postura erguida en la Tierra, con consecuencias desconocidas para el flujo venoso cerebral", indican los investigadores. Esto no sucede en la Tierra porque la gravedad se encarga de tirar de la sangre hacia el resto del cuerpo.

El caso de los gemelos Kelly

Crédito: NASA/ Robert Markowitz

Scott Kelly pasó 340 días en el espacio, es decir, casi un año en la ISS. Volvió a la Tierra siendo cinco centímetros más alto, ya que sus discos espinales se expandieron allí arriba. Esto era algo con lo que los investigadores ya contaban porque es un fenómeno asociado a la gravedad. Al no haber gravedad en la ISS, los discos de los astronautas se separan y estos vuelven más altos de lo que se fueron. ¿El problema? Pasados unos meses de vuelta en la Tierra, la gravedad vuelve a ponerlos a su altura de siempre.

Aunque este fue el primer resultado, llevó tres años analizar todos los datos que la NASA. El más destacado de todos es que descubrieron que los cromosomas extraídos de los glóbulos blancos de Scott mostraron un alargamiento en sus telómeros, lo que implica que rejuveneció en el espacio. Pero igual que volvió a su altura normal al descender a la Tierra, sus telómeros también volvieron a su tamaño original una vez de vuelta en nuestro planeta.

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