Han pasado casi 50 años desde que se produjo el último viaje tripulado a la Luna. Desde entonces, muchas personas se han preguntado por qué no volvían los humanos a pisar nuestro satélite. La realidad es que durante todo este tiempo se han emprendido numerosos viajes espaciales, dirigidos a conocer mejor el terreno y propiciar que las misiones del futuro fueran más seguras para sus protagonistas. Ahora, con mucho ya ganado en ese aspecto, la vuelta de los humanos a la Luna o incluso el primer viaje tripulado a Marte, comienzan a materializarse como una realidad. Por eso, no es extraño que empecemos también a hacernos nuevas preguntas. Como, por ejemplo, ¿cuándo nacerán los primeros bebés extraterrestres?

Suena a ciencia ficción, pero desde aquel primer paso de Neil Armstrong sobre terreno selenita hemos visto más que de sobra que los argumentos de las novelas de Julio Verne también se hacen realidad. 

Algunos proyectos, como las misiones Artemisa, de la NASA, ya plantean la construcción de asentamientos sobre la Luna de cara a un futuro. Sería cuestión de tiempo que, si los humanos quieren prosperar allí, nazcan los primeros bebés. Lo que no está claro es cuándo ocurrirá eso. Aunque, con los datos en la mano, se pueden hacer algunas especulaciones, como las que ha narrado recientemente en The Conversation el profesor de Astronomía de la Universidad de Arizona Chris Impey.

El futuro de los humanos extraterrestres

Para que puedan nacer esos primeros bebés extraterrestres, en primer lugar es importante conocer cómo afectaría el ambiente extremo del espacio, tanto a la reproductividad masculina y femenina, como a la gestación, el parto y la salud de la madre y el recién nacido.

Serían especialmente dañinos los efectos de las radiaciones cósmicas y de la baja gravedad. De hecho, ya se ha comprobado con algunos estudios, aunque siguen siendo muy escasos. Por ahora, ninguna pareja de humanos ha tenido sexo en el espacio (que se sepa) y ninguna mujer embarazada ha emprendido un viaje espacial.

Las radiaciones cósmicas y la baja gravedad podrían convertir la reproducción en una tarea complicada y peligrosa

Por lo tanto, este tipo de experimentos se han realizado solo con animales. Uno de los primeros tuvo lugar en 1979, cuando un grupo de científicos rusos lanzó a bordo de un satélite a un grupo de ratas macho y hembra, para que copularan libremente durante 18 días. De aquellas relaciones no nació ninguna cría, aunque se comprobó que las hembras habían ovulado y que incluso dos de ellas habían llegado a embarazarse, pero abortaron. 

Con el tiempo se decidió comenzar por algo más sencillo. Por eso, en vez de lanzar al espacio directamente a los animales, se optó por llevar solo sus células sexuales. Así, en 2017 se logró por primera vez el nacimiento de ratones, resultantes de la inseminación de hembras con espermatozoides que habían permanecido en la Estación Espacial Internacional durante 288 días. El material genético se dañó ligeramente. Sin embargo, se logró conseguir la gestación. Y con una tasa de embarazo similar a la obtenida con muestras de esperma que permanecieron ese mismo tiempo en la Tierra.

Un año más tarde, la NASA lanzó con ayuda de SpaceX una muestra de semen humano al espacio. El objetivo era analizar cómo afectaba esta estancia a los espermatozoides. Pero aún queda mucho para plantear una inseminación con este tipo de muestras. E incluso, si fuera así, no estaríamos ante bebés extraterrestres, pues nacerían en la Tierra.

Los proyectos que están por llegar

En 1991, dos astronautas de la NASA se casaron a escondidas. Habían mantenido su relación oculta a sus superiores a causa de una ley no escrita, que prohibía a los astronautas casados viajar juntos. Son muchos los objetivos de esta norma. Pero uno de ellos es precisamente evitar que lleven a cabo relaciones sexuales que puedan poner en peligro su salud. Finalmente, su secreto salió a la luz y la norma no escrita terminó escribiéndose. Por eso, se asume que nadie ha mantenido relaciones sexuales en la Estación Espacial Internacional. Y mucho menos en cualquier otro lugar fuera de la Tierra.

Para 2027, una empresa quiere poner un hotel de lujo en órbita

Con esto, se permite evitar situaciones como la que ocurre en la película Un espacio entre nosotros, de 2017. En ella, Asa Butterfield, el protagonista de Sex Education, interpreta al primer ser humano nacido fuera de la Tierra. Concretamente, el niño nació en Marte, después de que su madre, una de las astronautas de la primera misión tripulada al planeta rojo, muriera en el parto. 

En la vida real, hay normas muy estrictas para evitar que ocurra algo así. No obstante, en su artículo Impey menciona los planes de una startup holandesa, llamada SpaceLife Origin, que espera poder mandar una mujer embarazada a 400 kilómetros de la Tierra, aún no demasiado lejos de nuestro planeta para que las condiciones sean muy inhóspitas, pero sí lo suficiente para que dé a luz al primero de los humanos extraterrestres.

Pero, lógicamente, existen un montón de impedimentos, tanto éticos como médicos, por los que la compañía aún no ha podido poner fecha a su objetivo.

Además, Impey menciona el Voyager Station, un hotel de lujo que la empresa SpaceLife Origin planea construir en órbita para 2027. Tendría espacio para 280 clientes y 112 tripulantes y, ¿quién sabe?, quizás se podría convertir en el idílico destino de alguna pareja de enamorados. 

De cualquier modo, a pesar de estos peculiares planes, el profesor de astronomía cree que faltan unos 20 años para que nazcan los primeros humanos extraterrestres. Lo considera una realidad plausible, pero no demasiado próximo todavía. Si hemos esperado medio siglo para volver a viajar a la Luna con todas las garantías de seguridad posibles, debemos tener paciencia para que el primer nacimiento fuera de nuestro planeta ocurra también de una forma segura. Tiempo al tiempo.

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