Hace solo cinco meses que Facebook presentara al mundo Libra, su propia criptomoneda. El anuncio, que se había barruntado desde hace tiempo, llegó con más patas de las esperadas. Libra no iba a ser una criptodivisa al uso, sino más bien la apuesta de la compañía de Mark Zuckerberg para tomar lo mejor de esta tecnología, como podía ser el blockchain, y dotarle además de ciertos mecanismos de seguridad y confianza del mercado.

Para ello Libra se anunció bajo el amparo de la Asociación Libra, una organización sin fines de lucro con sede en Suiza que, compuesta por una treintena de empresas del mundo online, la banca, y la inversión, se ocuparían de controlar que la moneda no comenzara a ser foco de especulaciones o de malos usos.

Sin embargo, siete de los principales buques insignia de esta coalición de empresas se han bajado del barco en lo que llevamos de octubre: Paypal, Visa, MasterCard, eBay, Stripe, Mercado Pago y Bookings Holdings, propietaria de Kayak. Todas ellas han aludido que siguen apoyando el proyecto y la visión de Libra, pero que prefieren orientarse en labores internas. Un paso al lado muy llamativo que se vincula de forma evidente con la baja aceptación que por el momento ha tenido el proyecto Libra entre los reguladores.

PayPal no apoyará a Libra, la criptomoneda de Facebook

Sin ir más lejos, la Reserva Federal de EE.UU ha asegurado que "Libra pone en duda el sistema financiero y bancario a nivel mundial", mientras que el Banco Central Europeo casi ha ido un paso más allá diciendo que “podría ser un riesgo para el euro”. Ante esto, David Marcus, antiguo presidente de Paypal y rostro visible de la Asociación Libra, salía al paso tras su primer comité en Ginebra celebrado esta semana asegurando que siguen con sus planes para lanzar la criptomoneda en 2020, y que ya hay más de 100 nuevas empresas solventes esperando para entrar a la Asociación y ocupar el hueco de las que se han ido.

¿Pero por qué tanto revuelo? Como decimos, parte parece que ha llegado por el recelo con que se ha recibido el proyecto, y algunas filtraciones publicadas por Wall Street Journal aseguran que también existía cierta inquietud por ver qué papel iban a jugar realmente las empresas que se han ido en Libra. A fin de cuentas, no deja de ser un producto lanzado por Facebook, que quiere implementarlo como medio de pago en Messenger, Whatsapp, Instagram y allí donde pueda. En cierto modo, hasta la presencia de Paypal, Visa o Mastercad se hacía extraña porque no dejaban de ser empresas que pelean en el mismo terreno: el de los pagos online.

Pagos online: actores gigantes frente a otros pequeños pero habilidosos

Lo cierto es que el proyecto de la compañía de Mark Zuckerbetg queda muy tocada tras estas salidas, principalmente, porque ahora solo cuenta con la holandesa PayU como referente de los pagos online, un mercado que ha eclosionado en la última década y que en apenas unos años también ha tenido que reconvertirse del ordenador al móvil.

En este mercado Paypal, fundada por Elon Musk y Peter Thiel hace ya más de 20 años, sigue siendo el gran dominador, con 286 millones de cuentas activas que lo utilizan bien como cartera para realizar micropagos -por ejemplo a un amigo al pagar una cena-, como suscripciones a servicios, o para comprar online.

El mercado del e-commerce también ha evolucionado en los últimos años, mostrando un pódium muy marcado de las aplicaciones favoritas de los websmaster para realizar sus pasarelas de pago, y también de los clientes a la hora de abonar sus compras.

Paypal, presente en casi 400.000 webs de todo el mundo como forma de pago, es la más popular con diferencia según los datos de Datanyze. Le sigue a bastante distancia Amazon Pay -irremediablemente unido a las compras en su web- Stripe, que ha sido otra de las que han abandonado la asociación Libra, y a cierta distancia Braintree, compañía que compró Paypal en 2013 por sus buenas funciones de integración en webs.

Bizum, o cómo los bancos supieron adelantarse en España

Pero el mercado de los pagos online también se ha visto modificado en los últimos años por las llamadas micro transacciones, la posibilidad de hacer pequeñas transferencias inmediatas, y donde han surgido un número de aplicaciones interesantes. En España, por ejemplo, buena parte de este uso se ha visto monopolizado por Bizum, plataforma que fue lanzada por una treintena de bancos antes de que, por así decirlo, viniera alguien y lo hiciera por ellos. En la actualidad, según los datos de su web, cuenta con más de 5 millones de usuarios y está empezando a implementar también módulos de pagos en empresas e e-commerce.

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Revolut, nacida en 2014 en Reino Unido, es otra app que cuenta con el añadido de poder hacer pagos en distintas divisas de forma sencilla, y que ha tenido especial penetración en Francia y Portugal. De igual modo, la española Verse también surgió para llenar ese vacío hace unos años, y ahora está centrada más en el uso dentro de grupos de gente, como los amigos que hacen un bote de gastos para un viaje.

A este paisaje tan apelmazado pero con tantas alternativas a la vez hay que sumar el recorrido que puedan tener por número de usuarios Apple y Google Pay. La primera lanzó hace unos meses su propia tarjeta, en una de las apuestas de la compañía de Cupertino por agrandar sus opciones de negocio. La segunda, que surgió como respuesta a la iniciativa de Apple, cuenta con la red de instalaciones de Android. Aunque de momentos ambas se han quedado más encuadradas en los 'pagos con el móvil' que en los pagos online en general, tienen potencial y capacidad de sobra para entrar en cualquier terreno. ç

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