La llegada de una criptomoneda por parte de Facebook era algo que llevaba tiempo esperándose, sin embargo, no fue hasta la semana pasada cuando, tras meses de rumores, la firma presentó oficialmente a Libra y Calibra, dos proyectos que trabajan de la mano para conseguir llevar las transacciones personales entre usuarios de sus servicios a un nuevo nivel. De hecho, constituye una de las apuestas más fuertes de la tecnológica californiana, la cual puede convertirse en un antes y un después si logran alcanzar sus objetivos iniciales.
Por el momento, Libra y Calibra no han sido lanzadas al mercado; únicamente se ha delineado el proyecto y las características del mismo. Entre ellas se incluyen diversos datos que ayudan a contextualizar las intenciones de Facebook y que ponen en perspectiva los próximos movimientos de la empresa, que se tornarán en reales a partir del año próximo.
Facebook presenta Libra, su nueva criptomoneda que se integrará en WhatsApp y Messenger
Libra estará controlada por un grupo de empresas
Para la creación de la criptomoneda en sí, Facebook ha querido contar con importantes empresas y socios de renombre internacional que permitan no solo obtener unos fondos necesarios para dar los primeros pasos de su fundación –se espera conseguir alrededor de 1.000 millones de dólares por parte de unos 100 inversores–, sino también identificar al proyecto como una sólida creación con un fuerte respaldo. Algunas de las empresas que se encuentran inicialmente en el organismo son Uber, Lyft, Spotify, PayPal, MasterCard y Visa.
Todas ellas se agrupan bajo lo que se ha denominado como la Asociación Libra, que será la encargada de controlar la divisa y efectuar todas las acciones y movimientos que tengan que ver con su desarrollo, uso y futuro. Dicha asociación tiene sus oficinas centrales en Ginebra (Suiza), justificando la decisión "porque este país cuenta con un historial de neutralidad y apertura global a la tecnología de blockchain, y la asociación aspira a ser una institución internacional y neutral".
Se basa en Blockchain
Aunque han sido muchos los que han afirmado que Libra no es una criptodivisa debido a que no se encuentra totalmente descentralizada y a que el rol de los usuarios difiere del de otros proyectos vistos hasta el momento, el documento inicial publicado por la firma lo deja claro:
Libra es ciertamente una criptomoneda y, como tal, hereda varias de las atractivas propiedades de estas nuevas monedas digitales: la capacidad para enviar dinero rápidamente, la seguridad de la criptografía y la libertad de transferir fácilmente fondos más allá de las fronteras
La divisa se basa en el blockchain de Libra, que "se creó desde cero para priorizar su escalabilidad, seguridad, eficiencia de almacenamiento y tasa de procesamiento, y adaptabilidad al futuro". Esta red estará controlada por las empresas que formen parte de la Asociación Libra, quienes gestionarán los nodos de validación de las transacciones y, de manera efectiva, también se encargarán de gestionar la moneda. La red es descrita como red blockchain "con permiso", dado que solo los designados pueden ejecutar las tareas descritas, pero en el futuro aspiran a mutar a una "sin permisos".
Será estable
Uno de los factores que más han ayudado a poner en el radar público a las criptomonedas ha sido su alta volatilidad y la visión de las mismas como opción de inversión con alta rentabilidad. Libra, sin embargo, pretende ser una moneda que pueda ser utilizada para las transacciones diarias y que conserve un valor estable a lo largo del tiempo, asegurando unas variaciones mínimas en el valor de la misma.
"Así como en Europa los consumidores saben que una taza de café les costará una cantidad similar de euros hoy y mañana, los propietarios de Libra también podrán confiar en que el valor de sus monedas permanecerá relativamente estable en el transcurso del tiempo", aseguran. Esto será posible por la Reserva de Libra, un conjunto de activos reales de baja volatilidad que respaldarán cada una de las criptomonedas con "depósitos bancarios y títulos gubernamentales de corto plazo en monedas de bancos centrales estables y de buena reputación".
No podrá ser minada
Cuando las criptomonedas comenzaron la escalada en su valor a finales de 2017 –y que ahora se está viendo replicada de nuevo–, fueron muchos los que comenzaron a familiarizarse con la minería de las mismas. Montar grandes estaciones de minado se convirtió en algo tan frecuente que las tarjetas gráficas y otros componentes escaseaban.
Libra, sin embargo, no será minada y, por consiguiente, no podrá ser obtenida por parte de los usuarios a cambio de poner la potencial computacional de sus equipos al servicio de la red de monedas (lo cual repercutirá de manera positiva también en el gasto energético derivado de las operaciones con esta, que no será tan elevado). Cada Libra se emitirá a cambio de dinero fíat y su control dependerá totalmente de la anteriormente citada Asociación, de forma que uno siempre pueda vender su Libra y obtener el importe tipificado a cambio. En este sentido, la Reserva de Libra actuará como un "comprador de último recurso".
No hará falta una app específica para usar Libra
Una de las bazas más fuertes con las que contará Libra será que no hará falta descargar una aplicación específica para poder hacer uso de ella (Calibra), sino que Facebook pretende integrarla directamente con dos de sus servicios más populares: Messenger y WhatsApp. De esta forma, miles de millones de usuarios tendrán acceso a esta moneda a través de las apps que más utilizan en su día a día, fomentando de manera evidente su expansión.
Es en esta particularidad donde se revela el potencial de Facebook para hacer de los pagos con Libra algo mainstream y que llegue más allá de la población más cercana con el ámbito de las novedades tecnológicas, a quienes generalmente no permean dichos servicios. Es el factor clave que determinará o no el éxito de la nueva aventura de Mark Zuckerberg.
Tus datos de pago no serán compartidos con Facebook
Cuando una empresa que vive de los datos de sus usuarios anuncia su incursión en el ámbito de las finanzas personales, es natural que exista cierta preocupación acerca de dónde terminarán dicha información y para qué se utilizará. Más aún si quien lo hace es una compañía que, como es el caso de la afincada en Menlo Park, dispone de un penoso historial reciente al respecto.
Por ello, desde Calibra, la plataforma que actuará de pasarela para efectuar las transacciones con la moneda, aseguran que "no se compartirá información de cuentas ni datos financieros con Facebook, Inc. ni con ningún tercero sin el consentimiento del cliente. Por ejemplo, la información de cuentas y los datos financieros de los clientes de Calibra no se utilizarán para mejorar la segmentación de anuncios en la familia de productos de Facebook, Inc".
Habrá excepciones, eso sí, como cuando tengan que hacerlo en relación al cumplimiento de la ley vigente, la prevención de fraudes, cuando busquen ofrecer datos globales (número total de usuarios de Calibra, por ejemplo) o cuando se efectúe un pago a través de terceros que requiera obtener dichos datos.
Calibra ofrecerá servicios financieros
El lanzamiento de la nueva moneda es solo uno de los muchos pasos que estamos viendo por parte de las diferentes tecnológicas en los tiempos recientes, quienes comienzan a virar de manera patente hacia el ámbito financiero. Apple lo hizo en un primer momento con Apple Pay e intensificó dicha incursión con la reciente presentación de la Apple Card, una tarjeta de crédito emitida junto con Goldman Sachs.
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Facebook quiere hacer lo propio con Calibra, el intercambiado de monedas que será el eje de la interacción de los usuarios con Libra. En un primer momento esta nueva plataforma se dedicará únicamente a las funciones básica de envío y recepción de dinero, pero con el tiempo aspiran a ofrecer otro tipo de servicios propios de las entidades financieras. Créditos, depósitos o, quizá, inversiones podrían ser algunas de las áreas que la firma explore en un futuro cercano.
Se enfrentará a un gran escrutinio internacional
No era posible esperar otra cosa después de unos meses que han estado marcados de manera constante por escándalos de privacidad y por la puesta en relevancia de malas prácticas en relación al tratamiento de los datos personales de los usuarios, y así será: Libra no será recibida con los brazos abiertos por parte de las organizaciones internacionales.
Los bancos centrales de países como Francia, Alemania o Reino Unido ya han expresado sus preocupaciones acerca de lo que podría suponer la llegada de esta plataforma y las implicaciones que tendría a nivel de uso por millones de personas. El lavado de dinero o el perjuicio que pudiera tener sobre las entidades bancarias del panorama actual son algunos de los aspectos que preocupan a los reguladores y que no quedarán de lado de cara al lanzamiento final de Libra y Calibra en la primera mitad 2020.
Con todo, si algo parece claro es que nos encaminamos a un futuro en el que las grandes corporaciones tecnológicas tendrán un papel cada vez más protagonista en las finanzas personales de los usuarios, siendo los que ahora vemos únicamente los primeros pasos hacia un panorama mucho más extenso. Los existentes interrogantes entorno a las plataformas y empresas que representarán un rol de trascendental protagonismo en ello aún quedan por despejar, pero a buen seguro los veremos esclarecidos en un futuro que, aunque se antoje lejano, en realidad no lo está tanto.