Sabemos que el caracol multicolor que se ha hecho viran en redes sociales en realidad está sufriendo un parásito que controla sus movimientos, entre los expertos es conocido como Leucochloridium Paradoxum, por lo que se trata de un caracol zombi. No obstante, no es el único que actúa de este modo.
Hay más parásitos que infectan a sus huéspedes y los convierten en zombis o, lo que es lo mismo, consiguen controlarles de alguna forma para que hagan lo que ellos quieren. Desde hormigas hasta ratones, ¿qué más insectos o animales puede convertirse en zombis debido a parásitos?
El simpático caracol multicolor que se ha hecho viral es en realidad un zombi
También hemos hablado en otras ocasiones de estos otros parásitos, aunque estos tienen una característica que los hace un poco más diferentes de los que veremos después y es que toman su nombre de personajes ficticios, así que sabemos que sus descubridores son un poco frikis. Por ejemplo, tenemos a la mosca Paramonovius nightking que coge su nombre del Rey de la noche de Juego de Tronos debido a su similar aspecto y a que se come a los insectos que parasitan desde dentro hacia fuera.
Otro de estos parásitos frikis es el Ampulex dementor, una avispa que en vez de quitarte la alegría de vivir y llevarte a la muerte con su beso, lo que hace es convertir a las cucarachas en zombis paralizados y a su merced.
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De hecho, no se trata de la única avispa que trata a las cucarachas de esta manera tan cruel. Las hembras de avispa esmeralda, conocida científicamente como Ampulex compressa, lanzan dos picotazos sobre estos bichos para paralizarlos y, después, les llevan hasta sus nidos donde les meten sus larvas en el abdomen. Las cucarachas se mantienen vivas mientras las larvas crecen durante cuatro días, tras su crecimiento se comen sus órganos y luego se convierten en capullos. Las toxinas que la madre inyecta hacen que la cucaracha sea incapaz de huir a pesar de poder andar, pero llegado el momento de que la cría se haga un capullo dentro de la cucaracha, esta ya está muerta.
Hay más avispas que se aprovechan de otros insectos, como es el caso de la Glyptapanteles. Su huésped son orugas y también sirven para criar a sus hijas, aunque aquí las avispas meten a las crías dentro del capullo de las orugas y una vez salen, defenderán los huevos como si se tratara de sus propios huevos. Es decir, si hace falta la oruga morirá por ellas.
El parásito Toxoplasma gondii es conocido por ser un parásito que se encuentra en los gatos y del que los humanos pueden contagiarse. De hecho, se les suele decir a las embarazas que tengan cuidado si tienen gatos y, también, que eviten el jamón por este mismo motivo. No obstante, esto no es lo más interesante sobre este parásito ya que hasta llegar al tracto de los gatos, primero infecta ratones y hace que les pierdan el miedo a estos felinos, llegando a suicidarse persiguiéndolos.
Pero el parásito más espectacular ni siquiera es un insecto, se trata de un hongo, el Ophiocordyceps unilateralis que convierte a las hormigas en zombis. Las infecta hasta llegar a su cerebro y hace que se adhieran a sus hojas y se lancen contra el vacío. Parece ser que la causa de este suicidio por hongos está en que, de esta manera, las esporas del hongo llegan más lejos.
Otro hongo con el que los insectos deben de tener cuidado, sobre todo saltamontes y moscas, es el Cordyceps, que entra en ellos y controla sus movimientos. Una vez el insecto ha crecido, los destruye desde dentro.
Otros gusanos como el que afecta al caracol y lo vuelve zombi, son los Nematomorfos. Este parásito entra en el cuerpo de saltamontes o grillos y libera una proteína que hace que su huésped se acerque a zonas húmedas. Una vez allí, muere ahogado, pero el gusano puede reproducirse y volver a empezar su ciclo.
La mariquita es el huésped preferido de la Dinocampus coccinellae, una avispa diminuta que pone sus huevos dentro y las larvas la devoran desde dentro. Tan solo queda la cáscara, vacía, que además utilizan las crías como refugio.
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Pero no todos los parásitos se encuentran fuera del agua, dentro, al igual que hay monstruos marinos, también nos encontramos con algunos parásitos muy peculiares. Por ejemplo, la familia de los cimotoidos se adhieren a los peces y se alimentan de su sangre como si fueran vampiros. Pero, dentro de estos hay uno que aún es más curioso: el Cymothoa exigua, que para coger aún más sangre de sus huéspedes lo que hace es adherirse a la lengua del pez que habita.
También están los Trematodos, que se trata de unos parásitos que entran en los peces cuando son pequeños y que, según estos van creciendo, lo hacen con un color llamativo. De esta forma los convierte en presas fáciles para que, cuando les hacen subir a la superficie, las aves se los coman.