Los seres humanos no nacemos con un ideario preconcebido y fijo, que no muta con el paso del tiempo. Quizás eso sería lo más fácil, pero no lo mejor. En realidad, las experiencias que vivimos y los cambios en la sociedad que nos rodea llevan a que, a medida que crecemos, lo que en un pasado nos parecía positivo pase a resultarnos totalmente inaceptable, o al revés. Uno de los ejemplos más pronunciados en todo esto es el de las cuestiones de género. Todos nosotros hemos nacido en una sociedad machista, a un nivel u otro, en la que a menudo se normalizan cuestiones que dejan a la mujer en clara desventaja con respecto al hombre. Sin embargo, con el paso de los años el activismo de muchos hombres y mujeres comprometidos con la igualdad ha llevado a que nos pongamos las “gafas del feminismo” y veamos con otros ojos todo aquello que antes normalizábamos.

Por eso, no es extraño que cada vez sean más los casos de series o películas a los que se descubren claros tintes machistas en su argumento o entre sus personajes. El último caso de serie de este tipo que se han dado a conocer lo ha hecho gracias a una tesis doctoral bastante peculiar, la del periodista zaragozano Alejandro Tovar. En ella, el recién estrenado doctor hace un análisis muy exhaustivo al argumento de Los Simpson, tras el que concluye, entre otras muchas cosas, que el personaje de Homer retrata claramente a un hombre machista, mientras que el de Marge hace alusión al de una esposa sumisa, pero empoderada. No es el único caso de este estilo, aunque el objetivo no siempre ha sido ironizar. De hecho, en los casos más antiguos las escenas que se retratan eran algo tristemente habitual, que por fin estamos aprendiendo a detectar.

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Los Simpson, parodia de una sociedad machista

Esta serie, estrenada como sitcom en 1989, refleja las vivencias de una familia estadounidense media, compuesta por un matrimonio y sus tres hijos de diez, ocho y un año. Tanto estos, como el resto de personajes, representan a figuras muy típicas de la sociedad: el matón del colegio, el vecino o amigo beato, el empresario corrupto… Todo esto y mucho más lo ha analizado Tovar en su tesis doctoral, pero ahondando mucho más en la personalidad de cada uno de ellos, especialmente los protagonistas. Así es como finalmente muestra que Homer es el típico marido machista, mientras que Marge, una mujer sensible y culta desde su juventud, ve truncadas sus expectativas de futuro al casarse con él. Pero ella es consciente de lo que le pasa, por eso no quiere que Lisa sufra lo mismo. En su trabajo, el periodista pone como ejemplo una frase concreta en la que se dirige a ella:

Tú sé como eres que ya sonreiré yo por las dos. Tú no finjas

The Big Bang Theory, una serie cargada de estereotipos

Esta es una de esas series en las que el exceso de estereotipos resulta a veces un poco ofensivo para algunos sectores de la sociedad. Por un lado, se representa a los científicos como ineptos sociales, con bastantes dificultades para entablar relaciones, tanto de amistad como sentimentales. Algo similar ocurre con la figura de los “frikis”, aficionados a los videojuegos, los cómics, los superhéroes y la ciencia ficción. En la serie son una mayoría masculina, con problemas de socialización muy similares a los de los científicos. No hay más que ver el capítulo en el que Penny acompaña a sus amigos a la tienda de cómics, donde los demás la miran como si no hubiesen visto a una mujer en su vida. O en el que Raj celebra que por fin no tendrá que disfrazarse de Wonder Woman, cuando en realidad en los salones del cómic, la mayoría de personas que realizan Cosplay suelen ser mujeres.

En cuanto a las diferencias de género, la primera mujer protagonista que aparece en la serie es Penny, una camarera joven, guapa y poco espabilada que vuelve locos a Leonard y el resto de chicos del grupo. Salvo a Sheldon, claro. Es aquí donde el personaje de Howard comienza a mostrarse como un machista, que ve a las mujeres como un objeto al que conquistar. Con el tiempo, el personaje de Bernadette parece poner un poco de orden. Una mujer científica, que además no es la típica persona “nerd” que se describe en el caso de sus compañeros masculinos. Además, aunque al principio también es camarera, más tarde consigue un buen trabajo como microbióloga, en el que llega incluso a cobrar más que su marido, Howard. Esto crea cierto conflicto, que vuelve a aparecer en temporadas posteriores, cuando Penny consigue su nuevo trabajo, en el que también gana bastante más dinero que Leonard. Además, en esta pareja se crea también discusión cuando ella descubre que su marido tiene una cuenta aparte en la que va guardando dinero sin que ella se entere. “Tú tienes muchos zapatos que no te pones y yo tengo mucho dinero que no uso”, le dice él tratando de explicarse.

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Una vez formadas estas dos parejas, queda por constituirse la de Sheldon y Amy. Aquí de nuevo aparecen los estereotipos. La científica muy inteligente, pero poco agraciada, que se enamora del genio. Genio que, además, abusa claramente de ella en ciertas ocasiones, aprovechando lo colada que está por él. En este caso, es un comportamiento que se trata de explicar con el síndrome de Asperger que parece tener el doctor Cooper, aunque no deja de tener ciertos tintes machistas.

Ahora bien, ¿se puede decir que todo esto es un argumento inconsciente y fruto de la normalización del heteropatriarcado? Es bastante posible que no. Del mismo modo que Los Simpson, se trata de una serie cómica, en la que se exageran ciertos comportamientos típicos de la sociedad. El problema es que, a veces, el público no lo ve de este modo, por lo que la bola de nieve se hace más grande fuera de las pantallas. Se han dado casos, en los que aparecía en medios de comunicación algunas fotos de Melissa Rauch-Bernadette en la serie-vestida con ropa ajustada o bañador, bajo titulares del estilo: “actrices nerd que sí son guapas en la realidad”. ¿Significa eso que ser inteligente o científica se opone al hecho de ser guapa? Lo cierto es que no y es importante que los espectadores lo entiendan. Ese es el verdadero problema, no meramente el argumento de la serie.

NBC

Friends, ¿machismo o antigüedad?

Hace justo un año surgió una gran polémica, después de que los jóvenes británicos vieran la mítica serie Friends por primera vez y la calificaran de machista, homófoba y racista. En realidad, se trata de una calificación bastante desproporcionada, si se tiene en cuenta que es una serie cuyo estreno tuvo lugar hace ya un cuarto de siglo.

Efectivamente, algunos de los chistes o escenas que tienen lugar a lo largo de la serie podrían catalogarse con cualquiera de los tres adjetivos, pero se debe tener en cuenta tanto su antigüedad, como el hecho de que, de nuevo, es una comedia satírica. De hecho, para tratarse de guiones iniciados a principios de los 90 se tiene una concepción muy moderna de la familia y la feminidad. El matrimonio homosexual de la ex esposa de Ross, el padre transgénero de Chandler y los muchos casos de mujeres que disfrutan de su sexualidad y su independencia, sin ataduras, son un claro ejemplo de ello. Como muestra, el hilo viral que la twitera @noleesheep publicó sobre el tema en su momento.

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Dos hombres y medio, más allá de la comedia

Esta serie trata la historia de dos hermanos que, a pesar de los lazos de sangre, muestran personalidades muy diferentes. Por un lado, Charlie es un triunfador, que tiene a todas las mujeres que quiere en la palma de su mano, aunque termina cansándose de ellas y dejándolas. Entre sus conquistas, cobra bastante protagonismo el personaje de Rose, una joven que se convierta en su acosadora, después de pasar una sola noche con él. Se ridiculiza la imagen de la chica, a la que él dejó sin dar una explicación, mientras que él mantiene su figura de triunfador, además victimizado, por no poder vivir tranquilo sin que ella lo persiga.

Por otro lado, Alan representa al típico “calzonazos”. Es un pobre quiropráctico, con poco éxito entre las mujeres. Con ellos vive su hijo, fruto del matrimonio con una mujer que tras el divorcio se quedó con la casa, el coche y una pensión desorbitada. Se presenta como una mala persona que se aprovecha de él, igual que su hermano, que lo trata como si fuera tonto. El pobre “tontito” del que hasta su ex esposa se aprovecha. Lógicamente, también es una comedia, aunque el toque satírico no está tan claro como en las anteriores.

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El humor y la ironía son grandes herramientas para denunciar injusticias, tales como el machismo. Sin embargo, esto no debe confundirse con el hecho de sacar la risa fácil a base del abuso de estereotipos y la ridiculización de los más débiles. No deja de ser humor y está claro que el humor no debe tener límites. Cualquiera puede disfrutar viendo series como “Dos hombres y medio” y no le estará haciendo daño a nadie con ello. Pero no deja de ser una buena noticia que con el tiempo hayamos aprendido a ser críticos y a distinguir comportamientos machistas que antes normalizábamos. Una vez identificado esto, cada cual es libre de decidir si quiere o no ver ese contenido, sin olvidar que la realidad no tendría por qué entrelazarse con la ficción, al menos si hay machismo de por medio.

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