VIH

NIAID (Flickr)

El cantante Freddie Mercury o el escritor de ciencia ficción Isaac Asimov son dos personas que murieron debido a que se infectaron con VIH y desarrollaron el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida, más conocido como sida.

Corrían los años 80 cuando el VIH y la grave enfermedad que provoca se convirtieron en una pandemia. Era algo desconocido y provocó mucho miedo entre la población. Sin embargo, a día de hoy las personas que se han contagiado con la enfermedad pueden vivir esencialmente una vida normal gracias a los avances de la ciencia y al uso de los antirretrovirales de por vida. Estos medicamentos reducen reduce la carga viral de VIH en sangre, por lo que el síndrome no se llega a desarrollar y se evita que los pacientes mueran por otras enfermedades como tumores, neumonías u otras.

Asimov y Mercury son dos de las 35,4 millones de personas que han muerto debido al sida desde que comenzó la pandemia, según datos de ONUSIDA. Y también son dos de los 77,3 millones que han contraído la enfermedad desde entonces. Los datos de 2017 de ONUSIDA apuntan a que en ese año se han contagiado alrededor de 1,8 millones personas con el VIH, llegando hasta los 36,9 millones de personas que conviven con el virus. Además, de estos, tan solo 21,7 millones tienen acceso al tratamiento con antirretrovirales.

En España hubo 3.381 nuevos diagnósticos en 2017, por lo que hubo un leve repunte de los casos respecto al año anterior (3.353 diagnósticos). El 84,6% de los diagnosticados fueron hombres, según datos recopilados por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. La edad media de diagnóstico en hombres es de 35 años mientras que en mujeres sube hasta los 38. El modo de contagio mayoritario, un 54,3%, fue a través del sexo entre hombres, mientras que el sexo heterosexual fue la segunda causa, con un porcentaje del 28,2%.

La infección por el VIH es crónica pero puede controlarse si se toman los antirretrovirales y se puede hacer una vida casi normal, pero los investigadores no cesan de buscar una cura funcional para esta enfermedad. Lo mismo sucede, también, con la búsqueda de una vacuna que prevenga la enfermedad. En estos momentos, en Barcelona, AELIX Therapeutics está llevando a cabo un estudio con unos 45 individuos infectados por VIH para probar su vacuna, que no previene la enfermedad sino que busca estimular el sistema inmune para que reconozca y destruya el VIH y las células infectadas por él.

¿Cómo funciona la vacuna de AELIX?

"El objetivo es lograr que los individuos que están infectados con el VIH puedan interrumpir el tratamiento que hoy reciben con los compuestos antirretrovirales, que son muy efectivos, y continuar manteniendo el virus bajo control", explica José Luis Cabero, director general de Aelix Therapeutics. Es decir, encontrar una forma de que sea el propio cuerpo el que mantenga al VIH bajo control. "Administraremos la vacuna junto con otros agentes durante un tiempo limitado para estimular el desarrollo de una respuesta inmune que permitirá que los individuos infectados puedan mantener el virus sin necesidad de la ingesta periódica de un tratamiento antirretroviral", añade. "Es una cura funcional", afirma. Pero ¿es posible que el cuerpo se defienda del VIH teniendo en cuenta que este virus afecta al sistema inmune?

"La realidad es que hay personas que en contacto con el VIH son capaces de luchar y ganar la batalla a este virus sin la necesidad de los antirretrovirales. Estas personas no son portadoras del virus, por lo que tampoco pueden contagiar a otros", afirma el doctor Christian Brander, director científico de AELIX Therapeutics.

La vacuna se basa en "un inmunógeno al que llamamos HTI", comenta doctor Brander. "El inmunógeno se inyecta en el organismo a través de vectores", es decir, "vehículos" que pueden ser virus atenuados o vectores de ADN. "El HTI es una secuencia genética que contiene información para sintetizar péptidos o fragmentos del virus que se descubrió en los pacientes que tienen un fenotipo controlador", es decir, que "tienen una tendencia a controlar el virus sin tratamiento antiretroviral", añade Brander. Los linfocitos T de los pacientes con fenotipo controlador,"reconocen ciertas regiones del virus a las que se ha denominado beneficiosas. Esas regiones no son reconocidas por el sistema inmune de los individuos que son infectados, pero no controlan el VIH", explica a Hipertextual.

"La idea fue generar una secuencia artificial donde se codifican esos fragmentos de proteínas que son reconocidas por las células T de quienes pueden controlar el virus", comenta Brander. "Esa secuencia permitiría a los individuos que no logran controlar el virus por sí mismos desarrollar una respuesta inmune equivalente a la respuesta de aquellos que sí controlan el virus de una mejor manera a través del sistema inmune", añade.

Por tanto, el vector con el inmunógeno HTI secuencia los péptidos que ayudan a que el sistema inmune se movilice contra el virus del VIH, de esta forma, se potencia la respuesta inmune de la misma forma que sucede en el cuerpo de las personas que no pueden contagiarse con el virus.

Varios estudios

"En el estudio Aelix-002 estamos administrando nuestro inmunógeno HTI a través de un vector de ADN y un vector viral, relacionado al poxvirus de la **viruela", explica Cabero. "Desde el punto de vista regulatorio son productos diferentes", explica el director general de la compañía, pero en realidad el immunógeno HTI es el mismo en todos los productos. ¿Por qué usar varios vectores diferentes?

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La clave está en la respuesta del cuerpo ante los vectores, al tratarse de virus, aunque sean atenuados, el sistema inmune crea defensas para luchar contra ellos. Además, esta respuesta será "más importante" que si solo se administrara un péptido en un primer momento. Así pues, con el paso del tiempo y la administración de un mismo vehículo en varias dosis, "la respuesta es cada vez menor". Este es el motivo por el que AELIX trata de hacer regímenes de prime-boost (o refuerzo primario). "Se hace una fase prime donde sensibilizamos el sistema inmune y, al cabo de un tiempo, administramos una vacuna con el mismo inmunógeno, pero distinto vector o administramos la proteína ya sintetizada en una fase boost", ilustra a Hipertextual Brander. "Por eso lo hacemos a través de diversos vectores, el objetivo es montar una respuesta inmune contra el inmunógeno específico que sea más potente", señala.

Por otra parte, la empresa tiene previsto comenzar en el primer trimestre de 2019 un nuevo estudio, el Aelix-003. En este caso habrá uno 90 sujetos en el estudio y se combinarán las vacunas antes explicadas con una molécula llamada vesatolimod y desarrollada por la compañía Gilead, tal y como explica Cabero a Hipertextual. ¿Para qué servirá esta molécula? El VIH es muy particular, comenta el director de AELIX, porque el material genético del virus se integra en el material genético de nuestras células y permanece ahí. ". "Mientras la célula se divida, está ahí y se expresa, es decir genera nuevas partículas virales. Sin embargo, en algunas células, adopta una latencia donde ni siquiera se expresa. Está ahí y cuando cambian algunas circunstancias entonces es cuando se empieza a expresar", explica. "Hoy en día es deseable introducir, como parte de la combinación, un compuesto que movilice el reservorio del virus y que a su vez potencie la respuesta inmune. Y eso es lo que vamos a hacer con el compuesto de Gilead", concluye el investigador.