Freddie Mercury

Nuno Alexandre Silva (Flickr)

Era un secreto a voces. Freddie Mercury aparecía en el videoclip These are the days of our lives con los pómulos ligeramente hundidos y más delgado de lo habitual. Los rumores corrían como la pólvora en aquel 1991, el mismo año en el que Queen publicaba el último disco con su cantante, "Innuendo". A excepción de sus amigos más cercanos, entre los que se incluía la soprano Montserrat Caballé, nadie lo sabía oficialmente.

En 1989, los peores presagios para Freddie Mercury se habían hecho realidad. El icónico líder de Queen había decidido hacerse las pruebas del VIH después de que dos antiguos amantes fallecieran de sida. Cuando supo la noticia, el cantante británico redujo todavía más sus escasas apariciones. El 23 de noviembre de 1991, Freddie Mercury hizo público un comunicado en el que confirmaba los rumores. Al día siguiente, hace hoy veinticinco años, el líder de Queen fallecía rodeado de sus seres queridos.

Respondiendo a las informaciones y conjeturas que sobre mí han aparecido en la prensa desde hace dos semanas, deseo confirmar que he dado positivo en las pruebas del virus y que tengo el sida.

Es hora de que mis amigos y mis fans en todo el mundo conozcan la verdad, y deseo que todos se unan a mí, a mis médicos y a todos los que padecen esta terrible enfermedad para luchar contra ella.

"Ha llevado su enfermedad con un estoicismo y una entereza muy grande porque Freddie ha sido siempre una persona muy desenfadada, muy libre y en la música también. Y también lo ha sido en su forma de llevar la enfermedad", decía su amiga y también cantante Montserrat Caballé. La soprano española aparecía en el reportaje que Informe Semanal publicó unos días después de su fallecimiento.

Por aquel entonces, según datos ofrecidos por el programa de RTVE, entre ocho y diez millones de personas habían sido infectadas con el VIH. Veinticinco años después, de acuerdo con Naciones Unidas, el sida ha afectado a casi 80 millones de individuos en todo el mundo. Freddie Mercury fue quizás el rostro más visible de una enfermedad estigmatizante incluso a día de hoy.

El reportaje de Informe Semanal aludía a su "vida ajetreada y salvaje" y a su "promiscuidad sexual". El programa emitido por la televisión pública recogía un supuesto comentario del líder de Queen, donde habría llegado a afirmar que "tenía más amantes que Liz Taylor".

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Nunca sabremos si la frase fue real, dadas las breves y esporádicas apariciones públicas que Mercury hizo y lo poco que le gustaba hacer entrevistas. La estigmatización, sin embargo, continúa a día de hoy, como demuestran los problemas que sufren a veces hombres homosexuales para realizar donaciones de sangre.

La batalla contra el VIH no ha terminado

Por desgracia, aún estamos lejos de vencer al sida. Desde los setenta, cuando el VIH se propagó por todo el mundo causando más de 35 millones de muertos, la investigación ha logrado identificar el agente causal y ha desarrollado métodos para diagnosticar y tratar la enfermedad. Pero no ha sido suficiente. "De ninguna manera hemos ganado la batalla al VIH", alerta Roger Paredes, responsable del grupo de Genómica Microbiana del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa.

"La sociedad conoce muy poco del VIH. Se considera al sida como una enfermedad vintage porque la ven de forma muy lejana", comenta el investigador a Hipertextual. Los perfiles de personas infectados varían mucho en función de la región del planeta en la que nos encontremos, y modas como las sesiones chemsex preocupan por los riesgos de desinhibición y la falta de protección. Además, el hecho de que las terapias no sean accesibles para el 100% de los pacientes es un problema muy grave. "Si lográsemos hacer llegar el tratamiento a todos los afectados, terminaríamos con la epidemia en solo unas décadas", afirma Paredes. Asimismo, la aparición de cepas de virus resistentes preocupa a la comunidad científica.

Veinticinco años después de la muerte de Freddie Mercury, aún queda mucho por hacer. Mejorar la efectividad de las campañas de prevención sexual, promover el diagnóstico precoz y ofrecer las terapias a todos aquellos que las necesiten son desafíos fundamentales. El virus que acabó con la vida del líder de Queen, debilitando su sistema inmunológico como consecuencia del sida que desarrolló, sigue presente en la sociedad. Ojalá que algún día, tal y como pidió Mercury en su comunicado, la unión haga la fuerza y la medicina gane al VIH. Y es que, parafraseando una de sus letras más conocidas, el espectáculo (de la vida) debe continuar.

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