La llegada en julio de 1969 del ser humano a la Luna, el único satélite natural de nuestro planeta y objeto de multitud de ensoñaciones desde que los primeros homínidos inteligentes alzaron la vista en noches despejadas miles de años atrás, supuso uno de los mayores hitos históricos que hemos protagonizado. Y hoy, con nuestros ojos puestos en Marte y una nueva sonda de la NASA investigando lo que esconde el planeta rojo, el cineasta Damien Chazelle (*La La Land*) y el guionista Josh Singer (*Spotlight*) se interesaron por contar en la gran pantalla cómo el astronauta estadounidense Neil Armstrong (Ryan Gosling) llegó a poner los pies sobre suelo lunar en el Apolo 11, acompañado de Buzz Aldrin (Corey Stoll) y Mike Collins (Lukas Haas), quien se tuvo que quedar en el módulo Eagle. El resultado ha sido **First Man (2018)**, el mejor drama espacial del cine que se basa en hechos reales.
*Singer se apoyó para su texto en el libro First Man: The Life of Neil Armstrong, del historiador James R. Hansen (2005), publicado siete años antes de la muerte de su protagonista. Y que se valore el realismo de la obra cinematográfica estrenada finalmente no es ninguna casualidad, pues el empeño en la precisión del guionista para su relato fue casi obsesivo: según cuenta Matt Miller en Esquire*, habló con distintos ingenieros y pilotos de la NASA de aquella apasionante época, estudió las transcripciones del vuelo en X-15 de Armstrong con el que comienza el filme e incluso aprendió su manejo, algo impensable para cualquier guionista común. “Tuvimos que entrar en detalles extremos sobre cuándo el cielo está un poco brillante y cuándo el avión tiembla y cuándo no”, explicó. Para que luego digan que los guiones de Hollywood se escriben en cuatro patadas.
No obstante, sí hubo modificaciones respecto a lo que sucedió en la realidad por exigencias narrativas. Por ejemplo, la misma secuencia del X-15 se coloca antes de la muerte de Karen Armstrong, la pequeña hija de Neil y Janet (Claire Foy), debido a un tumor cerebral, cuando ese vuelo lo efectuó el futuro astronauta más tarde. Y en la escena sobre las circunstancias del entrenamiento durante el que se eyectó y se le ve después con arañazos y magulladuras, la verdad es que tuvo peor suerte: se mordió la lengua de tal forma que no pudo decir ni una palabra en varios días. Así, es de lo más lógico que los espectadores se pregunten si el gesto emocional de Neil en la Luna relacionado con su difunta hija lo realizó de veras o sólo constituye una licencia dramática de Singer y Chazelle, aunque no habría inconveniente si se tratara de lo segundo porque la fidelidad a los hechos no es un valor artístico.
En la penúltima secuencia de First Man y tal como ocurrió el 20 de julio de 1969 en las las dos horas y treinta y un minutos que Neil Armstrong y Buzz Aldrin se pasearon por la superficie lunar, el primero se sale del plan establecido, caminando sesenta metros hasta el borde del cráter Little West, en teoría, para tomar unas fotos. Pero, como se ha asumido desde hace años, aprovecha para lanzar allí un brazalete de su hija Karen; ese es el gesto emocional del astronauta. “Después de cuatro años de investigación y extensas conversaciones con Neil y [su ex esposa] Janet, y su hermana June, y los hijos de Neil, Jim Hansen básicamente comienza a tener la corazonada de que tal vez Neil dejó algo de Karen en la Luna”, explica Josh Singer. “Parte de la razón se debe a que dejar recuerdos de los seres queridos o perdidos es algo que hacían los astronautas”.
Cuando Hansen le pidó a Neil que le mostrase el manifiesto de los objetos personales que llevaba consigo durante la aventura del Apolo 11, aseguró que lo había extraviado junto con los mismos, lo que ahora sabemos que no es verdad porque, cuando los archivos del astronauta fueron donados a la Universidad Purdue, sita en Indiana, después de su muerte, en 2012, incluían ese manifiesto, al que aún no se le puede echar un ojo porque estará sellado hasta 2020. A Hansen le pareció poco creíble que Neil hubiese perdido algo de tanta importancia emocional como el brazalete de su hija fallecida; no cuadraba con su carácter meticuloso. Y **cuando le planteó a su hermana June si él habría podido dejar algo de la pequeña Karen en la Luna, respondió: “Oh, espero que así sea”. Y nosotros, como miembros de la especie que ha salido al espacio exterior y espectadores agradecidos por First Man, también lo esperamos**.