Los campos de la robótica y la inteligencia artificial han experimentado grandes mejoras en los últimos años.

Gracias a esto, cada vez resulta más fácil crear máquinas con capacidades que habían sido exclusivamente humanas hasta ahora.

Sin embargo, a los robots aún les queda mucho para superar a los humanos. Por ejemplo, si bien hace mucho que son capaces de sujetar objetos y moverlos, no pueden seleccionar un artículo concreto que nunca hubiesen visto antes.

Por ejemplo, en las cadenas de ensamblaje industriales se utilizan máquinas capaces de seleccionar piezas u objetos concretos durante el proceso, pero no pueden cambiar a otro tipo de artículo si se les pide.

En parte, los seres humanos podemos hacerlo gracias a nuestro agudo sentido de la vista, que nos permite localizar aquello que se quiere sujetar, incluso si se cambia de posición o se mezcla con otras formas similares.

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Esto precisamente es lo que ha intentado reproducir un equipo de científicos del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial del MIT, con ayuda de un nuevo sistema al que han bautizado como Redes de Objeto Neuronales (DON en inglés).

De la fábrica al hogar

El sistema DON es capaz de transformar las formas de los objetos en mapas de puntos, similares a los de los programas de reconocimiento facial.

Esto les permite inspeccionar la morfología de objetos concretas y comprenderla lo suficiente como para poder sujetarlos, aun sin haberlos visto antes.

Las primeras pruebas con brazos robóticos dotados con este sistema han sido muy positivas. En una de ellas, se logró que sujetara la antena derecha de una oruga de peluche en muchas orientaciones distintas. Esto no fue solo un buen resultado por poder diferenciar distintas configuraciones, sino también porque fue capaz de distinguir la antena derecha de la izquierda. En otra prueba, escogió una gorra de béisbol concreta en una bandeja llena de ellas. Incluso aprendió a localizar en cualquier zapato sólo la lengüeta interior.

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Todo esto podría tener grandes aplicaciones, tanto a nivel industrial como doméstico.
Por un lado, se mejoraría la eficacia de los robots utilizados en cadenas de fabricación, ya que no sería necesario colocar las piezas u objetos de una forma concreta. También podría implementarse su uso en grandes empresas como Amazon o Walmart, en cuyos almacenes resultan muy valiosas este tipo de tecnologías.

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Por otra parte, estos investigadores consideran que en un futuro podrían desarrollarse prototipos dirigidos al uso doméstico, capaces de realizar tareas del hogar que requieran la selección y sujeción de objetos, como ordenar o limpiar la casa.

De momento sólo han dado el primer paso de un largo camino, en el que queda mucho por desarrollar y pulir, pero parece ser que tienen un buen hilo del que tirar.

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