Todos los que utilizan lentes sufren el mismo problema: el alto precio de las gafas. Además de afrontar una peor visión por culpa de la miopía, el astigmatismo o la hipermetropía, adquirir una nuevas lentes supone siempre un esfuerzo económico importante. Mientras la industria se defiende hablando de los costes de fabricación y de los avances tecnológicos, lo cierto es que de forma paralela a las ópticas tradicionales, que mantienen márgenes de beneficio elevados, ha surgido un negocio alternativo con el objetivo de ofrecer a los clientes gafas baratas.

A la hora de comprar gafas nuevas es necesario conocer la prescripción óptica, el documento que nos permite averiguar cuál es la graduación que tenemos. Habitualmente el especialista en Oftalmología u Óptica completa esta receta con datos clave como el número de dioptrías y la distancia entre el centro de las pupilas. El informe, que suele ser difícil de interpretar para las personas de a pie, es básico a la hora de adquirir lentes para corregir nuestros problemas de visión. Pero ¿qué ocurre si deseamos comprar unas gafas y no conocemos nuestra graduación? ¿Sirven las aplicaciones móviles para calcular las dioptrías de unas lentes que ya utilicemos?

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Comprar gafas por internet (y calcular la graduación)

"La venta de gafas por internet, de forma legal y con las garantías de calidad, es una alternativa perfectamente válida al sistema tradicional. Ninguna pega desde el punto de vista médico", comenta a Hipertextual el oftalmólogo Rubén Pascual, autor del blog de divulgación Ocularis. El Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO), por el contrario, sostiene que comprar gafas por internet "entraña un riesgo" dado que, para cumplir los requisitos de calidad sanitarios, "es necesario que tengan una adaptación personalizada e individualizada".

Según los ópticos-optometristas, se realizan "ajustes individuales" a cada persona, como "los necesarios para la lente —medida de centrado vertical y horizontal, tipo y características de la lente o tratamientos—" y "los que se requieren a nivel de la montura —como el ancho del puente, el calibre, el largo de la varilla o el ángulo—". "Al no existir contacto directo", comentan a Hipertextual por correo, "surgen problemas dejando de ser una adaptación correcta". "El comprador deja de ser cliente/paciente de un profesional sanitario, pasando a ser un mero receptor de un producto mal adaptado", dice un portavoz del Consejo. "Por internet se dice que se navega pero hay que tener en cuenta que muchas veces se puede naufragar", sostiene el CGCOO, que también rechaza que las gafas tengan un precio elevado. "Se pueden encontrar dispensaciones ópticas para todas las economías familiares", comentan por correo.

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Para aquellos que omitan la recomendación de los ópticos-optometristas, el problema está en cómo averiguar la graduación óptica que tenemos en unas gafas y, si el número de dioptrías no ha variado, poder saber este dato antes de pedir unas nuevas lentes por internet. Con ese objetivo se han desarrollado numerosas aplicaciones móviles que leen nuestras gafas actuales para indicarnos el número de dioptrías y facilitar la adquisición de lentes por internet. Una de ellas es Prescription Scanner, disponible tanto en iOS como en Android, aunque existen más apps que aseguran ayudarnos a descubrir este tipo de datos.

Para conocer si este tipo de aplicaciones móviles realmente funcionan, desde Hipertextual le hemos pedido opinión al doctor Rubén Pascual. Para la realización de este reportaje, que no ha sido patrocinado por ninguna empresa relacionada y que ha sido realizado por puro interés informativo, hemos elegido Prescription Scanner por la facilidad de uso y el diseño que presenta. Según nos explica el oftalmólogo, esta app no solo sirve para calcular la graduación de las gafas, sino que también "mide la distancia interpupilar". "Es la longitud que hay de separación entre los ojos, concretamente entre el centro de las pupilas. Es el segundo dato necesario para poder encargar unas gafas (da igual que sea en la óptica o por internet)", aclara Pascual por correo electrónico.

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Tras probar la aplicación para determinar la prescripción de unas gafas, Pascual ha comprobado que el error ha sido de 0,25 dioptrías por debajo de la graduación real de las lentes que probaba. "Si la gafa tiene realmente 2,50 de miopía, la aplicación ha dicho que tenía 2,25. No es un error garrafal", comenta. En general los especialistas utilizan los frontofocómetros, también llamados lensómetros, unos instrumentos para medir el centro óptico y las dioptrías, donde también se establece como "error aceptable" las 0,25 dioptrías. "Si el error máximo es 0,25 y en otras circunstancias no falla, podría ser una forma aceptable de saber la prescripción de las gafas. Si de forma sistemática siempre se equivoca 0,25 o más, pues puede perder su utilidad", cuenta por correo a Hipertextual.

Cuestión distinta sería determinar la graduación en situaciones más complejas, por ejemplo, cuando una persona padezca de forma simultánea miopía y astigmatismo. Pascual destaca que ese caso "supone una dificultad adicional". "El astigmatismo implica que no es una lente con refracción homogénea", señala el especialista. Es decir, el número de dioptrías varía en función de la parte del cristal —ya que este problema de visión representa "una graduación adicional (más dioptrías), pero no a toda la lente, sino a un eje concreto"—. Además, ante esta posibilidad, se deben sujetar las gafas "bien horizontales" con el fin de estimar el eje de manera exacta. Dado que para usar la aplicación hay que tomar las gafas en el aire, sin poder apoyarlas, "cierto margen de error va a ser inevitable", explica el oftalmólogo.

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En opinión del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, sin embargo, "el problema principal no reside en las apps que puedan proporcionar algunos datos relacionados con los ojos o la visión". "Lo preocupante", resalta la entidad, está "en el posterior manejo e interpretación de esa información, sin ningún criterio profesional". El portavoz asegura a Hipertextual que "en ningún caso sustituyen un examen visual completo". ¿Los motivos? Según comentan por e-mail, estas pruebas sirven para "descartar una posible patología ocular" y "posibles alteraciones de la visión", algo que no se realiza con las aplicaciones móviles. "Es el profesional de la visión quien, mediante un el trato directo con el paciente, detectará la presencia o no de alteraciones de salud visual u ocular, y en caso de necesidad proponer la solución adecuada totalmente individualizada", zanja la organización.