La salud y la forma de vida de los padres marca la salud de los hijos desde antes de ser concebidos. Eso es lo que afirman una serie de tres artículos publicados por la revista científica The Lancet, tras una investigación que analiza las dietas y la salud en edad reproductiva (18-42 años) en Reino Unido y Australia.

Este nuevo estudio no solo tiene importantes implicaciones para la sociedad y la salud pública, sino que apunta nuevas direcciones en las que poner énfasis para preparar a los padres antes del embarazo, es decir, en la preconcepción. Pero, ¿qué significa este término? ¿Qué factores de la salud de los padres hay que tener en cuenta antes de la gestación?

¿Qué se considera preconcepción?

Entre las ideas de la serie de artículos se encuentra redefinir el periodo de la preconcepción. Hasta ahora, los investigadores han descrito este momento como los meses que pasan entre que una pareja decide tener un hijo y el instante en el que se produce el embarazo. Este proceso de media tarda alrededor de tres meses en las parejas fértiles.

En realidad, esta idea es imprecisa e ignora el tiempo necesario para lograr mejorar la salud, ya que hay factores que pueden estar resueltos dentro de ese plazo (como las concentraciones adecuadas de ácido fólico) y otros que pueden necesitar años para conseguirse (como tener un peso saludable).

Por esto, los autores han redefinido el término desde varios enfoques. A nivel biológico como los días antes y después de la fertilización; a nivel individual, como las semanas o meses desde que una pareja o mujer decide tener un hijo y a nivel de salud pública, como los meses o años necesarios para abordar los factores de riesgo previos a la concepción (dieta y obesidad).

Factores de riesgo

El tabaquismo, el consumo elevado de alcohol y cafeína, la dieta, la obesidad y la malnutrición causarán cambio genéticos, celulares, metabólicos y fisiológicos durante el desarrollo del bebé en el útero. Y estos son la causa de enfermedades cardiovasculares, metabólicas, inmunes y neurológicas, según apunta el estudio.

En el caso de las mujeres, la obesidad está relacionada con aumentos en los niveles de inflamación, hormonas y metabolitos, que pueden alterar de forma directa el desarrollo tanto del óvulo como del embrión, que aumentan, además, el riesgo de enfermedad crónica en etapas posteriores de la vida del hijo.

En el caso de los hombres, la obesidad se relaciona con mala calidad, cantidad y movilidad del esperma que, además, podría aumentar el riesgo de enfermedad crónica en el nonato, aunque todavía son necesarios más estudios para saber si realmente la influencia paterna es tan fuerte como la de la salud materna.

"Una mejor comprensión de los mecanismos subyacentes, incluidos los efectos epigenéticos, celulares, metabólicos o fisiológicos, y las exposiciones que los impulsan, serán importantes y ayudarán a definir recomendaciones de salud previas a la concepción en el futuro", señala el profesor Keith Godfrey del Centro de Investigación Biomédica (NIHR) de Southampton y la Universidad de Southampton, en Reino Unido.

Mujeres y dieta

En este nuevo análisis recién publicado, los autores han usado datos de la Encuesta Nacional de Dieta y Nutrición de Reino Unido, con una muestra de 509 mujeres, para saber cuál es la proporción de estas que, en edad reproductiva (18-42 años), están nutricionalmente preparadas para el embarazo. Gracias a estos datos estiman casi todas las que están en edad reproductiva (96%) consumen dietas de hierro y folato por debajo de la recomendación para el embarazo (14,8 mg por día y 400 μg por día, respectivamente).

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Para los autores de la investigación todos estos datos demuestran que es necesario mejorar la salud de toda la sociedad desde una edad temprana para hacer que las generaciones futuras crezcan sanas.

Salud preconcepcional

"El período previo a la concepción es un momento crítico en que la salud de los padres, incluido el peso, el metabolismo y la dieta, puede influir en el riesgo de futuras enfermedades crónicas en niños. Por lo que ahora debemos reexaminar la política de salud pública para ayudar a reducir este riesgo", dice una de las autoras de la serie de artículos, la profesora de la University College London (UCL) Judith Stephenson. "Si bien el enfoque actual en los factores de riesgo, como fumar y el exceso de consumo de alcohol, es importante, también necesitamos nuevos impulsos para preparar nutricionalmente a ambos padres. Aumentar la conciencia sobre la salud previa a la concepción y aumentar la disponibilidad de apoyo para mejorar la salud antes de la concepción es crucial”.

El profesor Stephenson también enfatiza: "No se trata de provocar miedo o culpar a las personas: nuestro análisis establece la importancia de la salud de la próxima generación, enfatiza la responsabilidad social y exige un fuerte liderazgo local, nacional e internacional".

Si bien es cierto que para las parejas que tardan más de la media en producir el embarazo hay pautas a seguir en las que se incluye la alimentación, no era así para los que conseguían quedarse en estado pronto. Sin embargo, los autores del estudio proponen que sea un tema en el que se comprometan tanto las instituciones como las propias personas en cualquier etapa a lo largo de la vida.

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Fuente: Unsplash

Los investigadores de la serie de artículos proponen que desde las escuelas se debe ayudar a los adolescentes a prepararse para la maternidad y paternidad que vivirán en el futuro. Los jóvenes adultos deben involucrarse en sus dietas y en su salud, para que de manera posterior esto repercuta en el embarazo y las generaciones futuras.

Pero no queda aquí ya que los autores del estudio sugieren que también queda en manos de la industria alimentaria y los minoristas de alimentos ser parte de la solución y trabajar junto con otras organizaciones e instituciones para defender la importancia de la salud antes de la concepción.

"Las intervenciones actuales de salud antes de la concepcional pueden estar limitadas por su enfoque en la responsabilidad individual y no abordar directamente las influencias sociales o el entorno obesogénico. Mejorar la salud general de la población, así como aumentar la conciencia sobre la importancia del período preconcepcional podría ayudar a mejorar la la salud de las generaciones futuras ", explica la doctora Mary Barker, de la Universidad de Southampton, Reino Unido. "Es responsabilidad de todos ayudar a nuestros jóvenes adultos a convertirse en padres exitosos de niños sanos y longevos. Tenemos la infraestructura para hacerlo en nuestras plataformas educativas y de salud existentes y en un sistema alimentario global, pero ahora debemos priorizar la mejora de la salud preconcepcional", afirma.

Las intervenciones actuales de salud antes de la concepcional pueden estar limitadas por su enfoque en la responsabilidad individual y no abordar directamente las influencias sociales o el entorno obesogénico

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