EL sector del transporte en las ciudades y fuera de ellas no pasa por su mejor momento en lo que a términos legales se refiere. En este contexto, y mientras se espera la resolución que habría de determinar qué pasará con la normativa que regula los transportes terrestres -la que habría de liberalizar el sector de las licencias VTC controladas por Uber y Cabify-.

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En esta historia, hay uno de los protagonistas del negocio del transporte que, pese a su silencio, tarde o temprano termina saliendo a colación. Ya sea por su modelo de negocio, sus casos pendientes a nivel judicial o por el tenso ambiente que se respira, pero tarde o temprano se menciona a BlaBlaCar. Y, pese a todo, "es el año más tranquilo para la compañía en España desde hace mucho tiempo", explica Álvaro Zamácola , director de operaciones.

Con 3,5 usuario, BlaBlaCar se ha encontrado con su mayor récord en Semana Santa. Una app mucho más conocida que, además confluye con un incremento del gasto medio por español en la época de vacaciones. Sin conocer las cifras de negocio de la compañía en España, pese a que explica que la tecnológica ya es rentable, se sigue a la espera de su nuevo sistema de trayectos. El algoritmo que pretende desbloquear los trayectos de punto a punto y aumentar la actividad de la compañía. En principio, la nueva opción de trayecto estará disponible para antes de verano, precisamente su mejor época a lo largo del año.

Álvaro Zamácola, Director de operaciones de BlaBlaCar

La lista de casos pendientes

Las alarmas saltaban precisamente cuando UberPop era considerado como una compañía del sector del transporte por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Independientemente de las consecuencias para la multinacional norteamericana, las primeras miradas se dirigieron precisamente a la compañía francesa. Si un servicio de coche compartido entre usuarios era considerado transporte y, por tanto, bajo la normativa de ese sector, ¿acaso BlaBlaCar no sufriría la misma suerte?

La defensa de BlaBlaCar, salpicada por el caso de Uber

El abogado de CONFEBUS, José Andrés Díez, se apresuraba a comentar que, sí o sí, el texto redactado por el TJUE saldría a relucir en el recurso propuesto para después de verano. Zamácola apunta que, aunque saben que saldrá el texto a colación, "la sentencia favorable al modelo de negocio de BlaBlaCar es un hecho diferenciador respecto a otros modelos de trasporte". Sin nuevos argumentos que presentar en la futura vista este se posiciona, junto al juicio de hace unos días, como el otro encuentro importante para las empresas tecnológicas en España a lo largo de 2018. Curiosamente, la compañía de autobuses Alsa -principal enemigo de BlaBlaCar, se posicionaba en un punto complejo para la compañía: mientras negaba la entrada de empresas como la francesa, Alsa entregaba sus licencias VTC a la actividad de Uber en Barcelona.

https://hipertextual.com/2017/06/amovens-demanda-a-blablacar

A su lista de temas pendientes le sigue la causa abierta con Amovens, su par español que a mediados del año pasado denunciaba a la compañía por espionaje industrial. Amovens acusaba a BlaBlaCar de utilizar un bot para espiar la oferta de la web y conocer la disponibilidad de desplazamientos de sus usuarios y así poder competir con ellos. De nuevo, el estado de la situación se mantiene en stand by a la espera de saber dónde se ha de realizar el juicio. "BlaBlaCar es francesa y la matriz de Amovens es danesa, por lo que estamos pendientes de que nos digan dónde tenemos que ir a juicio y bajo que normativa", explica el director de operaciones.

Y como no hay dos sin tres, o eso dicen, a su batalla con CONFEBUS y Amovens se suma dos causas pendientes por las denuncias impuestas a dos usuarios de BlaBlaCar. Acusados de lucrarse en su actividad, "BlaBlaCar ha recurrido ambas demandas y, de nuevo, están a la espera de ver qué pasa". Entienden que un agente de la autoridad no puede saber si un conductor está lucrándose con la actividad solo con preguntar en el momento de recogida de los pasajeros. En cualquier caso, y después de las tensiones con la Comunidad de Madrid y otras administraciones, explican que ahora mismo hay un mejor ambiente y las conversaciones son mucho mejores que hace unos meses.

Trayectos de corta distancia

A nivel legal siguen luchando por una renovación de la definición de coche compartido en España. "La actual viene de 1981 y habla de amigos y allegados", explica Zamácola, "creo que es hora de definir eso de allegados". A diferencia del sector del taxi, que pugna por lograr un decreto ley que blinde la actividad del sector, BlaBlaCar solo pide una modificación de un artículo.

Mientras pugnan por esta modificación, sigue estando la pregunta en el ambiente: ¿llegará BlaBlaLines a España? El servicio que busca traer habitantes de fuera de las ciudades al interior de la misma está solo disponible en Paría, ciudad donde las huelgas de transporte público han incentivado su uso.

"En España no hay planes para traer BlaBlaLines, pero sí que hemos tenido conversaciones con la administración para decirles que nos encantaría traerlo".

Una startup dentro de otra startup que se enfrentaría a dos problemas. El primero de ellos sería la competencia, no son los únicos que pugnan por entrar en ese sector. Por otro lado, dos negocios muy sensibles a los rivales. El taxi y los autobuses, muy probablemente, encontrarían la vía para rechazar la actividad de la compañía.