Quedan menos de veinticuatro horas para que se conmemore el Día Mundial de la Tierra, la fecha elegida para celebrar la marcha por la ciencia en todo el mundo. La reivindicación, que nació como respuesta al Gobierno de Donald Trump y sus posturas contrarias a la investigación y a la evidencia científica, se ha extendido por todo el planeta. La marcha por la ciencia en España se realizará en diversas ciudades (Madrid, Barcelona, Girona, Granada y Sevilla), con el fin de alzar la voz contra aquellos que "menosprecian e ignoran el conocimiento".

La movilización organizada por la comunidad investigadora para el 22 de abril cuenta con reivindicaciones propias según la región. En el caso de España, la marcha por la ciencia busca impulsar la situación de la I+D en nuestro país, reclamando una mayor inversión en investigación, la firma de un Pacto de Estado y el reestablecimiento del Ministerio de Ciencia, así como la puesta en marcha de un ente independiente de la Administración, responsable de los instrumentos y recursos derivados de las políticas científicas. Pese a las reivindicaciones de los investigadores, el Gobierno ha vuelto a recortar en I+D en el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado 2017. Pero, ¿son compartidas estas reclamaciones por parte de la sociedad española?

El Gobierno aporta "pocos recursos" a la ciencia

La Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) presentó recientemente la VIII Encuesta de Percepción Social de la Ciencia. Según el informe, ha crecido el número de ciudadanos que piensa que los Gobiernos -central y autonómicos- dedican "pocos recursos públicos" a la ciencia y la tecnología. Entre 2006 y 2014, el análisis realizado por FECYT solo se centraba en la valoración que realizaba la sociedad española con respecto a la inversión en I+D, sin tener en cuenta otras partidas incluidas en los presupuestos públicos.

La Encuesta de Percepción Social de la Ciencia demuestra que la preocupación de los participantes sobre el gasto en ciencia aumentó de forma considerable en 2014. El 73,8% de los ciudadanos señaló que el Gobierno central dedicó "pocos recursos públicos" a la investigación, un porcentaje que se incrementó hasta el 74,7% en el caso de los Gobiernos autonómicos. El aumento de la preocupación por los reducidos presupuestos destinados a la I+D se dio entre 2012 y 2014, los ejercicios donde el Gobierno de Mariano Rajoy aplicó los grandes recortes en ciencia, aunque la disminución de la inversión en investigación comenzó en realidad a partir de 2010, coincidiendo con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Se destinan pocos recursos públicos a la I+D

La percepción pública sobre los bajos recursos destinados a la ciencia, sin embargo, no es homogénea en toda España. A pesar de que en 2014 el 73-74% de los participantes señalaba que el presupuesto en I+D no era suficiente, el informe de FECYT muestra un cambio importante en 2016. El último documento recoge el porcentaje de personas que cree que la inversión en ciencia es reducida en relación a otras partidas públicas, un dato que se sitúa en el 52,8%, es decir, veinte puntos porcentuales menos que en los análisis anteriores. Extremadura es la región que más piensa que los recursos destinados a I+D son bajos (71,1%), seguida del País Vasco (62,7%), Cataluña (62,4%) y Navarra (58,4%). Estos porcentajes no coinciden exactamente con las Comunidades Autónomas que más dinero presupuestan para la investigación. Según el Instituto Nacional de Estadística, las regiones que más apuestan por la I+D son País Vasco, Madrid, Cataluña y Andalucía.

La ciencia, una prioridad de tercer nivel

FECYT ha preguntado en su última encuesta cuáles serían las cuatro prioridades de gasto público. Y, pese a que los participantes tenían claro aparentemente que los recursos destinados a I+D son insuficientes, no consideran a la ciencia como una de las disciplinas principales en las que habría que aumentar los presupuestos gubernamentales. En otras palabras, las dos áreas fundamentales donde los españoles incrementarían el gasto público en mayor medida son la sanidad (85%) y educación (73%), seguidas de las partidas de seguridad social/pensiones (53,7%) y protección al desempleo (47,2%).

La ciencia y la tecnología (19,2%) ocuparía un tercer nivel de prioridad en los bolsillos de los españoles, en el mismo escalafón que vivienda (28,8%), cultura (18,1%) y medio ambiente (17,2%). Según la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia de FECYT, además, el nivel de apoyo a la I+D como partida presupuestaria prioritaria ha descendido en los últimos años, ya que en 2016 se sitúa en el 19,2%, mientras que en 2014 el porcentaje era un poco mayor, alcanzando el 23,4%. De todas formas, la tendencia es igual en los dos últimos informes: la I+D no es una disciplina principal en el gasto público de la sociedad española, frente a otras partidas como sanidad, educación, seguridad social/pensiones y protección al desempleo.

Como ocurría anteriormente, la respuesta de los participantes ante las prioridades de inversión pública no son iguales en todo el Estado. Por Comunidades Autónomas, Extremadura es la región que apoya el gasto en ciencia y tecnología por encima de la media, mientras que por debajo se situaría Castilla-La Mancha. Asimismo, según la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia, la inclusión de la I+D como partida presupuestaria relevante es mayor entre los hombres de 15 a 34 años y menor entre las personas con edad superior a los 64 años. Por otra parte, el apoyo a la inversión en ciencia aumenta con el nivel formativo de los encuestados, llegando al máximo entre las personas con formación universitaria.

Sí donarían a la ciencia, pero no lo harán

Tras evaluar la opinión de los españoles sobre los recursos públicos destinados a I+D, FECYT ha preguntado a los participantes acerca de su disposición a donar de forma desinteresada a la ciencia y la tecnología. El 40,9% de los encuestados admite que sí le gustaría hacerlo, pero que no puede, mientras que el 26,9% y el 26,1% se muestran a favor y en contra, respectivamente, de las donaciones a I+D. Las respuestas, sin embargo, no son homogéneas en toda España: Extremadura es la región más dispuesta a este tipo de financiación; Cataluña es la Comunidad Autónoma donde los participantes están más a favor, pero no podrían hacerlo; y en Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana, los encuestados son los que más contestan que no realizarían donaciones a la ciencia y a la tecnología.

Más mujeres interesadas en la investigación

La VIII Encuesta de Percepción Social de la Ciencia de FECYT muestra que el interés informativo por la ciencia y la tecnología ha crecido desde el 6,9% en 2004 hasta el 16,3% en 2016. Por el contrario, hay un mayor número de participantes que dicen no estar interesados en la investigación o presentar muy poco interés (29%). En este segmento de los encuestados, un 33,1% de la sociedad atribuye este desinterés a no entender los conceptos relacionados con la ciencia y la tecnología. El dato positivo es que el porcentaje de mujeres que muestran interés por estos campos ha crecido, desde el 9,9% en 2014 hasta el 13,7% en 2016, mientras que en el caso de los hombres, el porcentaje ha disminuido desde el 20,4% en 2014 hasta el 18,5% en 2016. Como en otras preguntas del informe, existe una enorme variabilidad según la Comunidad Autónoma: Extremadura y Madrid son las regiones más interesadas, mientras que Baleares y Comunidad Valencianas son las que presentan menor interés.

La percepción pública sobre la ciencia y la tecnología continúa siendo positiva. La mayor parte de los encuestados (54,4%) cree que tiene más beneficios que perjuicios, frente a un limitado porcentaje (5,8%) que opina al contrario. Esta actitud positiva es variable, ya que es mayor en el grupo de hombres de 25 a 54 años, en el segmento de ciudadanos con mayor nivel formativo y en los residentes de poblaciones entre 50.000 y 500.000 habitantes. En este caso tampoco se da una respuesta homogénea en toda España: mientras Asturias (68,9%), Murcia (66,8%), Navarra (66%), Aragón (64,1%) y Madrid (61,5%) apoyan que la ciencia tiene más beneficios que perjuicios, los participantes de Castilla-La Mancha creen, por encima de la media, que la investigación tiene más perjuicios que beneficios (10,2%).

El último informe de FECYT también declara que los científicos son la segunda profesión más valorada (4,4 sobre 5), por detrás de los médicos (4,55). La encuesta recoge por primera vez la confianza en las prácticas sin evidencia científica. Por un lado, los españoles desconfían de los horóscopos (83,9%), de los fenómenos paranormales (76,7%), de los curanderos (76,3%) y de los números y cosas que den suerte (71,3%). Sin embargo, el 59,8% de los participantes confía mucho, bastante o algo en la acupuntura y el 52,7% confía mucho, bastante o algo en los productos homeopáticos. Además, las personas que cuentan con un mayor nivel de estudios confían más que la media en estas pseudoterapias y prácticas cuya eficacia no tiene evidencia científica.