Sí, estamos en 2015. iOS cumple 9 años y Android 8. A estas alturas, considero que ambas plataformas, pese a que aún queda mucho por mejorar, son maduras. Huyendo de teléfonos fabricados sin gusto y con unas especificaciones anacrónicas, ambos sistemas ofrecen una buena experiencia de usuario, y mucho usuarios están encantados con los dos sistemas. He recomendado muchos Motorolas Moto G, y la mayoría de los usuarios no tienen queja de nada. Hace ya mucho tiempo que dejé de recibir mensajes de mis familiares preguntándome por qué su móvil se reinicia o se calienta sin motivo. Pero siguen preguntándome sobre otra cuestión: problemas de almacenamiento.
Y es que, a día de hoy, compres la gama de entrada del teléfono que compres (con honrosas excepciones), puedes tener problemas. El caso más flagrante ha aparecido en las últimas horas. Desde Xperia Blog comentan que el Sony Xperia Aqua de 8 GB, sólo reserva 1.26 GB para almacenamiento de los datos del usuario en el momento de comenzar la actualización, lo que resulta completamente insuficiente a poco que instalemos ciertas apps y éstas llenen la memoria con su caché. No es un problema ya de que la marca aproveche mejor o peor el espacio, o del número de apps preinstaladas, es un problema de que no se ha avanzado nada o muy poco desde 2011, cuando el Xperia Arc y el Xperia Neo traían 320 MB de especio para el usuario.
¿Qué provoca todo esto? En un período como dos semanas, el usuario comienza a recibir mensajes del sistema anunciándole el agradable "Almacenamiento casi lleno". Y el usuario no puede, e incluso no sabría aunque pudiera, hacer nada. ¿No pasa la solución por incluir tarjetas microSD? No, porque no todos los datos pueden moverse a la tarjeta externa, y además, no debería ser una obligación.
Pese a lo que se suele pensar, son los usuarios básicos los que suelen experimentar más problemas de almacenamiento
Los que estamos dentro del mundo de la tecnología, tendemos en ciertas ocasiones a dejar la empatía de lado, y a pensar que asuntos como disponer de 64 GB de memoria sólo nos conciernen a nosotros. Pero el almacenamiento es un asunto de gente normal y corriente que recibe cada 20 memes por WhatsApp, tiene una carpeta (que va obligatoriamente en la memoria interna) de 4GB con backups de conversaciones y fotos, y envía a sus familiares muchas fotos y vídeos de sus hijos. Es un caso muy corriente, de una persona corriente que ni sabe ni probablemente quiera eliminar esos recuerdos. Y no tendría por qué hacerlo, si los fabricantes incluyeran memorias internas de mayor capacidad, cuyo precio es ridículo.
Lo mismo podemos decir en el terreno de iOS. A día de hoy Apple vende el iPhone 5c de 8GB por 400€, que llega con 4.9 GB disponibles para el usuario. Con unas pocas fotos que haga, y de nuevo, con caché de WhatsApp y Twitter, ese espacio estará lleno en muy poco tiempo. La necesidad de espacio es similar a la de un usuario avanzado, con la diferencia de que un usuario avanzado podría saber cómo lidiar con el problema, y un usuario corriente se desesperaría sin saber qué hacer (sin desinstalar todas las apps). Si nos vamos a los 700€ u 800€, encontramos los iPhone 6 y 6 Plus, que llegan con 13 GB libres, y a la larga, presentan el mismo problema. Lanzarlos así fue la decisión empresarial del año, pero desde el punto de vista de los usuarios, es bastante grave que a esos precios sea esa la opción de base.
La solución no está en la nube ni en memoria externa, sino en almacenamiento acorde a 2015
Mi compañero Javier Lacort pidió en su momento que desaparecieran los 16 GB de la gama alta de 2014, y pido sentido común a los fabricantes. La nube de momento no soluciona nada, y los sistemas operativos no son tan inteligentes como para ayudar a solucionar todo esto. Los usuarios, sobre todo cuando paguen cantidades superiores a 300 euros, no se merecen esa nefasta experiencia, y más aún si tenemos en cuenta el escaso coste de las diferencias de memoria.