Cuando miramos al cielo no podemos evitar preguntarnos por la procedencia de uno de los astros más seductores de nuestro cielo. ¿Cuál es el origen de la Luna? Es decir, sabemos que lleva toda la vida ahí, cambiando las mareas, condicionando los ciclos terrestres e iluminando las noches más románticas. La Luna ha sido una musa, una diosa, un icono y una meta para el ser humano, entre otras cosas. Por su enorme influencia no es nada raro que a la comunidad científica se le haya ocurrido examinar la pregunta con mucho detenimiento. Sobre todo tras pisarla por primera vez y conocer más datos sobre su composición. De las teorías hasta ahora posibles parece que la de la colisión va tomando fuerza. Parece ser que hubo un tiempo en el que la Luna chocó con nosotros para pasar a ser parte de nuestro sistema celeste.
Las hipótesis clásicas
Cuatro son las hipótesis que se han considerado tradicionalmente. Aunque varias son las pruebas que soportan unas a otras, lo cierto es que ninguna es concluyente aunque en vistas a los últimos descubrimientos, parece que la teoría del impacto es la que más fuerza está cogiendo últimamente. Vamos a verlas todas:
La hipótesis de la fisión
Fisión significa separación, escisión. Según esta hipótesis, el origen de la Luna está en la misma Tierra. En tal caso, el planeta tuvo que poder girar a una velocidad vertiginosa, separándose una masa enorme y caliente que, al alejarse, se enfriaría con el tiempo y formaría la Luna, la cual, ya en las inmediaciones, quedaría atrapada por la gravedad terrestre. Esta es la hipótesis más floja ya que con tal velocidad, la tierra, muy probablemente, se hubiera alejado de su órbita actual.
La hipótesis de la acreción
Básicamente, esta hipótesis explica que la Luna y la Tierra se formaron a partir de los mismos materiales y en el mismo lugar, a partir de la masa del sistema. Acreción significa "acumulación", la formación de un cuerpo a partir de otros más pequeños. La Tierra se quedaría con la mayor masa y terminaría capturando a la Luna. La radiación de ambos cuerpos avalan esta hipótesis, la cual es la segunda más débil ya que la química, muy distinta entre la Tierra y la Luna, habla en contra de ella.
La hipótesis de la captura
Al contrario que las dos anteriores, esta hipótesis explica el origen distinto de ambos astros. El origen de la Luna estaría en otro punto del sistema solar y, al pasar por aquí, siendo mucho más pequeño, se quedaría atrapado por la gravedad. Más tarde iría cogiendo cuerpo con distintos impactos hasta convertirse en lo que es hoy día. También pudo haber sido siempre un cuerpo grandísimo y fue desacelerado hasta ser capturado por la Tierra. En este último caso es muy difícil explicar como ocurrió esa pérdida de velocidad, que tuvo que ser, sencillamente, enorme.
La hipótesis del impacto
Aún siendo altamente improbable, el impacto de un gran asteroide con un planeta de masa similar a la de Marte, parece, a día de hoy, la hipótesis más probables sobre el origen de la Luna. Según esta, el astro se formó tras la colisión, desprendiéndose de la Tierra y creciendo con nuevos impactos y acreción de los restos de la colisión, los cuales se repartieron entre la Tierra y la Luna.
El gran impacto y el origen de la Luna
Como veíamos, esta última hipótesis parece la favorita en la actualidad. ¿Por qué? De todas las hipótesis, solo esta última sigue en desarrollo. El resto ha sido desestimada por falta de evidencias o por las evidencias contrarias y difíciles de explicar. Y eso que la hipótesis del impacto es bastante compleja de justificar. En el momento en el que comienzas a hacer suposiciones, la hipótesis se vuelve demasiado compleja. Por ejemplo, es muy improbable que al comienzo de la historia de nuestro sistema chocaran dos cuerpos. Además, el choque de dichos cuerpos muy probablemente los haría añicos a ambos, concentrándolos de nuevo, más adelante, en uno solo y no en dos.
La composición también resulta terriblemente incómoda, ya que existen ciertos parecidos difícilmente explicables. No obstante, las últimas investigaciones apuntan a que, aunque improbable, existen posibilidades significativas de que esto ocurriera. Las simulaciones por ordenador muestran la posibilidad de entre el 20 y el 40% de que esto ocurriese. En tal caso, Theia, el supuesto cuerpo que chocó con nosotros, lo habría hecho dejando parte de su masa en la tierra y separándose para formar, más tarde, la luna a partir de los restos de la colisión. Parece algo bastante lógico, aunque no siempre lo lógico es científicamente correcto. Habrá que seguir desvelando datos para conocer, con certeza, el verdadero origen de la Luna.