Tras las numerosas filtraciones en las que vimos tanto los acabados como las especificaciones, hoy ha sido presentado por sorpresa el Samsung Galaxy Alpha, en una presentación que nos ha pillado por sorpresa, pues todo parecía apuntar a que el lanzamiento de este Samsung Galaxy Alpha acabaría produciéndose durante la IFA en Berlín este próximo mes de septiembre. Más allá de hablar sobre especificaciones y su rendimiento, queremos hablar de lo que puede simbolizar este Galaxy Alpha de cara al futuro de la compañía surcoreana.
Lo primero de todo, es que debemos recordar que a Samsung le gusta experimentar, presentando productos como el Galaxy Beam o el Galaxy Round o incluso la gama Note. Sin embargo, es por todos conocido el hecho de que no todos estos productos tienen el mismo éxito y que, aunque el Round o el Beam no triunfaron, si que lo hizo la gama Note, estableciéndose en la línea de productos de Samsung como una línea propia, con características muy específicas como una enorme pantalla, el S Pen y un hardware espectacular.
Este no es un experimento raro de Samsung; el Galaxy Alpha tiene muchísimo sentido.
Pero hemos de distinguir entre un experimento bizarro, como un smartphone con un proyector, a un smartphone como el Galaxy Alpha. El Galaxy Alpha llega como respuesta al punto débil que se la ha recordado a Samsung en múltiples ocasiones: el diseño. Olvidándose del plástico que hemos visto tanto en la gama Note como en la gama Galaxy S, el Galaxy Alpha llega con el aluminio como material protagonista, dando protagonismo al feeling que aporta el dispositivo al ser manejado, como pasa en el iPhone de Apple.
Este movimiento de usar metales de forma total en un smartphone podría significar el inicio de una nueva tendencia creada por Samsung: un smartphone de tamaño más contenido, con un buen hardware y mejores materiales. Esta posible tendencia puede tener dos objetivos: solucionar el problema que tiene en la opinión pública con respecto al diseño de sus smartphones, y tener un arma de contención preparada para cuando llegue el iPhone 6, el cual llegará, según los rumores, con una pantalla de 4.7 pulgadas, el mismo tamaño que podemos encontrar en el Galaxy Alpha. Este smartphone podría ser comercializado en futuras ediciones del mismo en una zona del calendario dónde no pueda solapar a las presentaciones del Galaxy S o el Galaxy Note.
Es decir, podría llegar el nuevo smartphone de la gama Galaxy S alrededor de marzo o abril, el siguiente de la gama Alpha sobre junio o julio, y finalmente el Note entre septiembre y octubre, coincidiendo con el IFA de Berlín. Tres smartphones de tres gamas diferentes dispuestos a lo largo del calendario para tener siempre un nuevo smartphone a las puertas de ser presentado, mientras se tiene uno a la venta presentado recientemente. Una maniobra que vendría a dar un empujón a los resultados financieros que, si bien están lejos de ser malos, no han sido tan buenos como se podían esperar por parte de sus accionistas.
Por otro lado, este Galaxy Alpha podría llegar para plantar cara en cuestiones de diseño al iPhone 6 que será presentado en menos de un mes. Durante mucho tiempo, los usuarios de iPhone han demandado pantallas de mayor tamaño y, ahora que finalmente llegan, esto podría causar que muchos usuarios de Android que se encuentran usando estos dispositivos especialmente por la pantalla podrían migran al ecosistema de Apple. Obviamente, con esto no queremos decir que el Galaxy Alpha y el iPhone 6 vayan a ser iguales: iOS y Android son muy diferentes entre sí, pero con el Galaxy Alpha se pueden acercan a unos estándares establecidos por el iPhone.
Por supuesto, aún es demasiado pronto para hablar del rendimiento del Galaxy Alpha: es un producto extremadamente nuevo y utiliza un procesador Exynos 5430, un procesador propio de Samsung. La batería de 1860 mAh con la que cuenta el Galaxy Alpha es uno de sus puntos más críticos ya que, a no ser que tenga una optimización impresionante, puede verse mermado en términos de batería y horas de pantalla. Lo que sí podemos decir es que el Galaxy Alpha es una respuesta lógica a algo que llevaba tiempo siendo muy demandado y que, si se ejecuta bien, puede llegar a convertirse en una tendencia propia, como lo fue en su día el Galaxy Note.