La entidad reguladora de transportes privados de Londres (Transports for London) acaba de certificar que Uber, la empresa de transporte, opera de manera totalmente legal en la capital británica, según informa The Next Web. Esto representa un duro golpe para los taxistas londinenses que han visto cómo su popularidad bajaba en los últimos meses.
Las protestas de los conductores londinenses se dirigían contra la entidad reguladora ya que no se posicionaba ante las acusaciones de éstos sobre la legalidad de Uber. En concreto, se denunciaba que el uso de un smartphone para calcular tarifas en base a un desplazamiento y un tiempo determinado calculados por un GPS suponía un equivalente a un taxímetro. El cual tan solo pueden tener los taxistas con licencia.
La entidad tenía intención de llevar el caso a la Corte Suprema
Sin embargo la TfL (Transports for London) ha establecido que calcular tarifas basadas en distancias o tiempo no es ilegal. Además, su visión en lo que respecta a un smartphone enviando información de su localización entre vehículos y operadores es que no existe conexión física u operacional entre ellos y que recibir información sobre tarifas que se calculan remotamente no convierte al dispositivo en un taxímetro.
La situación en Londres no se puede comparar con la que se vive en España donde las protestas se dirigen contra la administración por su pasividad y las reclamaciones apuntan directamente a la prohibición del servicio sin que exista la posibilidad de regulación. De todos modos no creo que se legisle del mismo modo que en Inglaterra ya la argumentación es diferente a la que se sostiene en las islas. Los taxistas españoles esgrimen que no se puede operar sin una licencia de transportes.
Sea como fuere, el gobierno español debería moverse e intentar calmar los ánimos entre el sector del taxi. En el último mes se han vivido dos jornadas de protestas en las dos ciudades más importantes del país y eso, en pleno verano y con el apogeo de turistas, es una pésima imagen que tan solo beneficia a Uber.
