Ryan Hopkinson ha estado fascinado por años con los tornados, su fuerza destructiva y su aparente cuerpo físico donde sólo hay aire y partículas convierte a estos fenómenos naturales en seres vivos.

Viendo programas como "Storm Chasers" se le ocurrió la idea de sacar a estos tornados de su contexto y traerlos al ambiente controlado de un laboratorio.

Con la ayuda de Lighting+Kinglyface, una compañía de efectos especiales aprendió a crear y replicar estos tornados utilizando un ambiente controlado y humo de color. El trabajo era de prueba y error y cualquier soplo de viento en el estudio podía destruir el vortex y dispersar el tornado.

Al final creó 20 tornados diferentes de 12 metros de alto cada uno con su propia forma y personalidad. Estos seres de viento y humo de colores tienen una cualidad intangible y delicada casi hipnotizante.

Via: Ignant

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