Aunque es ampliamente aceptado hoy en día que hay agua en la Luna, durante muchas décadas existieron misiones que pudieran llevar a los científicos a la conclusión. A través del estudio del astrofísico Arlin Crotts ese hallazgo podría remontarse a 1976, fecha en la que la misión soviética Luna 24 se dirigió al suelo lunar.

Luna 24 fue la misión espacial no tripulada del programa soviético Luna. Fue la última de las series de naves al satélite que trató de recuperar muestras del suelo lunar aterrizando en la zona conocida como Mare Crisium. Su llegada a la Tierra finalizó el 22 de agosto de 1976, una vuelta en la que recopiló con éxito 170 gramos de muestras lunares.

Crotts devuelve hoy a la primera plana la última misión Lunar. El profesor de la Universidad de Columbia lo hace afirmando que el programa soviético había encontrado evidencias de agua en la Luna mucho antes de lo que todo el mundo piensa.

Y es que a través de los resultados publicados en la revista de 1978 Geokhimiia, la misión pudo haber traído muestras geológicas que contenían alrededor de 0,1% de agua en masa de Mare Crisium.

La razón de que no se haya divulgado hasta ahora es que la revista Geokhimiia fue muy poco leída en Occidente a pesar de que los investigadores rusos fueron muy claros y confiados en sus resultados. No así misiones como las estadounidenses Apolo que trajeron un gran número de muestras pero que en su mayoría fueron expuestas a la contaminación potencial de la Tierra, lo que significó que no pudieron ser utilizadas para probar la presencia de agua.

Cuando terminó la misión de Luna 24 el equipo soviético instó a darle seguimiento a los resultados pero esa fue la última misión con éxito en el programa. Hasta 1994 no se volvería a plantear la cuestión con la misión lunar Clementine.