El móvil del que todos hablan, muchos quieren, y algunos ignoran. Ese que sale en el anuncio de la tele, con el que puedes grabar vídeos a 1080p y sacar fotos al mismo tiempo. Esto y más es lo que ofrece el que hoy ocupa esta página, el HTC One S, un dispositivo que gusta al principio, pero cuya pantalla PenTile deja, al final, un regustillo rancio. Igual que después de comer en una hamburguesería rápida de esas que tú y yo sabemos. Sigue para ver cómo se comporta el mediano de los hermanos de la ultimísima línea One.

Nada más sacarlo de la caja redondeada en la que viene nos fijamos, obviamente, en su estética. Personalmente, no es muy de mi agrado, pero esto ya es cuestión de gustos. Lo que sí me gusta es su extrema ligereza, solo 119,5 gr, así como su delgadez (7,8 mm). Es uno de los smartphones más ligeros y finos del mercado, frente a los 130 gramos de su hermano mayor HTC One X, los 144 gr. del Sony Xperia S, y los 140 del iPhone 4S. Quizá parezca una nimiedad comparar pesos tan pequeños, pero si tenemos en cuenta que el Sony Xperia S es un 18% más pesado que HTC One S, los números comienzan a tener sentido. Igualmente, esto también es subjetivo, pues hay quien prefiere sentir peso en la mano, como seña de robustez.

Hardware

En cuanto a la cubierta de aluminio, ha sido fabricada con un proceso muy sci-fi llamado micro-arc oxidation. Así, se le somete a 10.000 voltios, dando un acabado casi cerámico y una dureza que lo hace, teóricamente, indestructible. Sin embargo, las partes superior e inferior son de plástico de toda la vida, lo que le hace perder, en mi opinión, gran parte de su atractivo estético.

Por detrás, vemos también algo escrito: Beats audio. Incluidos en la caja, hallamos unos auriculares de esta reconocida marca, que se ha sabido vender tan bien, tanto en películas, como series y demás. A pesar de que su reputación no es excesivamente buena entre los puristas, la calidad de estos auriculares incluidos no es nada mala, con una gran presencia de graves, bastante más que los clásicos de Apple. Al conectarlos, veremos en la interfaz un iconito de Beats, avisándonos que el sonido está siendo mejorado, aunque la diferencia entre activar esta opción y desactivarla se me antoja inexistente.

Al margen del humo que venda o deje de vender Beats, HTC acompaña su One S con un rico sandwich helado, la versión 4.03 de Android, y por encima, la interfaz HTC Sense 4, que ayer mismo se ha actualizado. Siendo franco, debo decir que todo se mueve muy fluido, las aplicaciones se abren con una suavidad y rapidez digna de mención. Perfectamente entendible si vemos las especificaciones: CPU Snapdragon S4 de 1,5 GHz de doble núcleo, uno de los primeros en recibir este procesador. Lo completan 16 GB de memoria total, 1 GB de RAM y GPU Qualcomm que acelera OpenGL 2.0.

Cambiando al apartado energético, la batería tiene una capacidad estándar de 1650 mAh, pero no puede ser cambiada, pues está directamente engarzada en el hardware para ahorrar espacio. Tampoco tiene ranura de expansión microSD y solo acepta microSIM, ambas por la misma razón, la de mantener esas ajustadísimas líneas. Volviendo a la batería, haciendo un uso típico de navegación, whatsapp, twitter, fotos, etc., nos puede durar un día, algo a lo que ya estamos acostumbrados en este tipo de smartphones.

Aplicaciones

Como decíamos, el rendimiento de las aplicaciones es envidiable, así como el manejo cotidiano del móvil con la interfaz HTC Sense 4. Esta incluye widgets propios, aparte de los que trae Android; uno que me gusta mucho es el de twitter, algo lento a la hora de actualizar los últimos tweets pero, en mi opinión, mejor que el widget oficial.

A la hora de arrancar juegos también es notable la potencia del Snapdragon S4, especialmente con pesos pesados como Deer Hunter Reloaded. Abrirlo no se hará mucho más rápido que en un Samsung Galaxy S2, pero el movimiento del personaje es más suave, e incluso las texturas se ven mejor. Tiene toda la pinta de aplicar un filtro anisotrópico en el One S, quizá por detectar una potencia gráfica mayor.

Por otro lado, más que bienvenida es la aplicación de Dropbox, que viene instalada por defecto, y con la que nos regalan nada más y nada menos que 23 GB por usarla en el HTC. Con todo, echo en falta algunas características que sí incluyen otros móviles, como el porcentaje cargado al enchufarlo a la corriente/USB, o la barra superior con acceso directo a WiFi, Bluetooth, GPS, para poder activar y desactivar rápidamente estas funciones.

Además de esto, hemos ejecutado el benchmark Antutu, dando una puntuación de 7006, mientras que, por ejemplo, un Samsung Galaxy S2 obtiene 6226. Si tenemos en consideración que los tests se generan a la resolución nativa del móvil, que la del One S es mayor que el Galaxy S2, y que, a más resolución, más trabajo para completarlos, el One S se lleva la palma en rendimiento. Si lo comparamos con un competidor más actual, el Sony Xperia S saca 6493, corriendo a 1280x720. Aún así, estos datos son simplemente orientativos y no deberían hacerte inclinar por uno o por otro.

Cámara

Uno de los mejores apartados de este HTC One S es la cámara. La funcionalidad estrella, como se ve en el anuncio de la tele, es la posibilidad de grabar vídeo y sacar fotos simultáneamente. Pero no se queda ahí, el software de la cámara es completísimo, permitiendo aplicar un sinfín de filtros, algunos muy del estilo de Instagram. Además, es muy divertido probarlos.

Con un sensor de 8 MP y flash LED, la calidad de las imágenes tomadas es, sin embargo, la común en este tipo de dispositivos. Se defiende bastante bien en situaciones normales, pero se aprecia con facilidad el grano en la mayoría de las tomas. Un poco decepción nos llevamos al sacar una panorámica, pues no llega a los 180 grados. Igual decepción con la cámara frontal, solo VGA, no llega ni a 1 MP. Debajo, un ejemplo de foto a máxima resolución con el One S (más fotos en la galería, al final del artículo).

Donde no hay dudas es en su potencial como cámara de vídeo, grabando un Full HD de gran calidad. También tiene un modo cámara lenta que, a priori, es muy atractivo, con una tasa de frames del doble para conseguir el efecto, pero a costa de bajar mucho la resolución. Así, como resultado tenemos un vídeo funesto.

En cuanto al editor de vídeo incluido, hay que decir que es muy sencillo y posee las ya típicas características: unir varios vídeos con música, insertar fotos, transiciones automáticas, recortar clips de vídeo... Al terminar un proyecto, podemos exportar a un máximo 720p, proceso que puede llevar de uno a varios minutos, dependiendo del minutaje. En nuestro caso, para este vídeo de 1:51, tardó 5 minutos.

YouTube video

Pantalla

Esta es la parte que no le va a hacer gracia a HTC, pero ellos lo saben: la pantalla es lo peor del One S. De acuerdo, es Super AMOLED de 4,3 pulgadas, resolución de 960x540, pero es PenTile... Esto da la extraña sensación de que los iconos están como pixelados, o que son una especie de GIFs de mala calidad. No hay más que ver la comparación con un Samsung Galaxy S2. Lo realmente terrible es que, una vez te das cuenta, ya no puedes ir para atrás. Lo vas a notar siempre. Mi consejo: aléjate de una pantalla PenTile como de la peste, es lo peor que ha creado el ser humano para reducir costes. Lo más sangrante es que se está poniendo muy de moda este tipo de pantallas, incluso el Samsung Galaxy S3 lucirá una de estas, por desgracia.

Conclusión

7

Después de probar tanto este, como el Sony Xperia S y el HTC One X, e intercambiar opiniones con compañeros, vemos que todo se reduce a una cuestión de gustos y/o necesidades. Si buscas el móvil con mejor relación peso/potencia del mercado, deberías quedarte con el HTC One S. Por otro lado, si eres un sibarita de la calidad de pantalla, apunta al Sony Xperia S, HTC One X, ambos con salida HDMI de asombrosa calidad. O incluso el Samsung Galaxy S2, que ahora está más barato. Solo veo una pega en el Xperia S, y es que viene con Android 2.3, pero su actualización a Ice Cream Sandwich está prevista para final de mes. Además, según los precios oficiales, el One S está a 549 €, mientras que el Xperia S es solo 50 € más caro (el One X llega a los 649 €). Aunque todo depende al final de los planes de cada compañía.

Lo cierto es que el One S es un móvil muy cómodo, que se adapta a la mano perfectamente, y tiene unas formas agradables al tacto. La interfaz Sense 4 se mueve con bastante soltura y no estorba, que ya es mucho. Pero repito, HTC no puede hacerte desembolsar semejante cantidad de dinero por un dispositivo con pantalla Pentile. La sensación es de que nos están vendiendo gato por liebre. No es como con un Samsung Galaxy Mini, que sabes que vas a tener un móvil de gama baja. Con todo, en caso de gustarte mucho HTC, recomendaría invertir un poquito más en el One X.

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