La década del '70 fue algo complicada para la ciudad de Nueva York y Estados Unidos en general. Pero esta ciudad, urbe concurrida y que parece nunca detenerse, no lo hacia y continuaba con sus labores diarios, como toda ciudad populosa que parece ignorar a sus indigentes, personas en situación de calle y problemas diarios de sobrepoblación y basura.

El fotógrafo John Conn pasó una buena cantidad de años documentando el estado de esta ciudad, pero en su exponente máximo de mezcla de gente urbana y conflicto social: el subterráneo. Allí es donde la gente que iba a trabajar se cruzaba con las personas en la peor situación posible, creando imágenes imposibles de olvidar. John hizo parte de su trabajo, de la mano de una Hasselblad y un pequeño cuchillo en su bolsillo, a modo de defensa personal.

¿Por que arriesgarse a semejante labor, en una ciudad en crisis, con una cámara de tamaño considerable y arriesgando su propia vida? En palabras del propio John Conn:

Me gustaba el factor de riesgo, el no saber que clase de problema me iba a meter.

Durante una década realizó todo tipo de imágenes, hasta que un día de 1982 decidió detenerse, sin razón aparente.

El legado que dejó, recolectado hoy por New York Times, es una temerosa galería de imágenes donde el miedo, la pobreza y la violencia están presentes sin ningún tipo de filtro.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: