Esta mañana en Madrid Nokia ha presentado dos de sus últimos smartphones, el Nokia X7 y el Nokia E6 y junto con ellos Anna, la nueva versión del que por el momento y mientras muchos esperamos ansiosos a que llegue Windows Phone 7 es su sistema operativo para smartphones: Symbian^3. Cuando reseñamos el Nokia N8 una de las principales conclusiones en las que hicimos hincapié es en que se trataba de un terminal con un hardware absolutamente abrumador pero que se veía reducido a la práctica inusabilidad por culpa del sistema operativo. La actualización de Symbian^3 por tanto era algo más que necesario, era un movimiento de una importancia esencial.

Symbian Anna llega con varios e importantes cambios, el principal y más llamativo es una renovación profunda de los iconos. Parece tan mentira que algo tan simple como cambiar toda la iconografía de un sistema operativo pueda conseguir que desprenda toda una serie de sensaciones distintas cuando lo usamos. Que nadie me malinterprete, Symbian^3 sigue siendo Symbian^3, con las mismas virtudes y con las mismas carencias de antes, lo que cambia es que ahora 'se siente' algo distinto, es algo que ayuda a la usabilidad general del sistema. Aparte de un rediseño de todas las aplicaciones nativas en general también se ha mejorado la apariencia de partes del sistema tan enrevesadas y engorrosas en Symbian como es la de Ajustes generales del sistema, como digo, el funcionamiento de estos no han cambiado en absoluto, pero el rediseño ayuda un poco a que sean algo más intuitivos.

Otra de las grandes novedades es, por fin, el teclado QWERTY en vertical. Resulta increíble que Nokia considerase siquiera o pensase que era una buena idea no ponerlo en la primera versión y en lugar colocar otro que se asemejaba a los botones físicos de un móvil tradicional, pero después de las quejas continuas de muchos usuarios por fin en Symbian Anna los usuarios van a poder disfrutar de un teclado como Dios manda tanto en vertical como en horizontal. No es que sea ninguna maravilla, y al menos en el X7, el terminal donde he probado Anna de manera más extensiva las teclas resultan demasiado estrechas, algo que supongo que se acusará aún más en teléfonos con la pantalla más pequeña como el Nokia N8.

El cambio entre escritorios es otra de esas nuevas funciones que primero entran por los ojos cuando empezamos a probar la nueva versión. Ya no es, como venía siendo hasta ahora, un salto brusco cual pantallazo entre uno y otro sino que se realiza 'deslizándose' de uno a otro de manera idéntica a la de iOS, Android, WebOS o sistema operativo para móviles moderno que se precie. En el caso de tener un fondo de pantalla distinto en cada escritorio, algo característico si no me equivoco de Symbian^3, ya que los widgets y los accesos directos se deslizan de uno a otro este se realiza con una elegante disolución entre las imágenes. El resultado en general está muy bien conseguido y le hace ganar al sistema en apariencia y visibilidad, aunque de nuevo toca señalar que es deplorable que esto tenga que llegar ahora y no en la primera versión.

Son un total de 50 mejoras, algunas más importantes y apreciables a primera vista y otras menos. La idea general que se trasluce es que la compañía ha querido sobre todo mejorar la interfaz en términos de estética y sobre todo de usabilidad, algo que como mencionaba al principio venía siendo muy necesario. Otras mejoras menores incluyen renovación de la interfaz en calendarios (ahora hay soporte para más de un calendario que además podremos diferenciar por colores) o pequeñas animaciones internas como por ejemplo cuando nos conectamos a una red WiFi, detalles mínimo que están lejos de solventar las profundas carencias de Symbian^3 pero que se agradecen bastante.

A la mayoría de usuarios actuales del sistema les agradará saber que Nokia no se olvida de ellos y que los Nokia N8, Nokia C7, Nokia C6 y Nokia E7 van a recibir una actualización a Symbian Anna en algún momento del verano, no se va a limitar exclusivamente a los terminales nuevos que vayan saliendo.

Aún y con todo, la sensación personal que me deja Symbian Anna es bastante agridulce, principalmente porque no me puedo quitar la impresión de que lo que teníamos hasta ahora no era más que una beta, comparativamente hablando, de lo que debería haber tenido el sistema al final, tanto a nivel de funcionamiento como de sensaciones en general. Anna es una actualización mediana, correcta y necesaria, pero no es nada más, faltan todavía muchas, pero que muchas cosas para que pueda ser considerado un sistema operativo para móviles medianamente digno. Suena duro, pero es que realmente no hay otra manera de decirlo, ni merece tampoco la pena buscarla.

Con Windows Phone 7 entrando cada vez con más fuerza en escena me temo que el futuro de Symbian y sobre todo para sus usuarios es bastante pesimista. La finlandesa ha prometido soporte para Symbian hasta 2016 pero conforme el sistema de Microsoft vaya adquiriendo peso es muy probable que se vaya viendo progresivamente relegado a un segundo plano en lo que a actualizaciones y puestas a punto del sistema. Esperemos que Anna no sea la primera y la última gran actualización de Symbian^3.

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