De confirmarse esta noticia estaríamos hablando de una jugada con muy mala ética por parte de Apple. Ya creo que muchos de vosotros conocéis Spotify, ¿verdad? Un servicio de música en streaming que nos permite escuchar de todo de forma gratuita y por una módica suscripción de 10€ eliminamos la publicidad y se nos deja descargar para escuchar en modo offline las listas que queramos.
Tan bueno considero este servicio que hace unos meses publiqué una lista de cinco cosas que Apple debía aprender de Spotify. La cuestión es que los suecos llevan meses intentando entrar en el mercado norteamericano con muy poca efectividad y ahora se plantea la posibilidad de que sea Apple la que está obstaculizando esta entrada.
De confirmarse esta noticia (no lo hará nunca) se demostraría que la empresa de la manzana considera a Spotify un gran rival que podría destronarla de la cúspide como la mayor tienda estadounidense de venta de música por Internet. ¿Pero por qué se sabe de estas maniobras? Esta idea ha trascendido por unos comentarios proclamados por Greg Sandoval en un medio especializado como es Cnet, donde reconoce que algunos ejecutivos de Apple estarían tratando de convencer a la industria musical norteamericana que la entrada de Spotify afectaría a sus ventas.
No nos engañemos, Apple no es una ONG, es decir, vive de sus negocios, y cuanto más venda mejor. No necesito leer unas palabras como estas para confirmar que estas conversaciones de pasillo se producen en reuniones, comidas de negocios, etc. Tan solo espero que esta fuerza antagónica no logre desanimar a los suecos de Spotify, pues nos beneficiaría mucho el tirón que se produciría en el servicio si finalmente logra introducirse: a más suscriptores más artistas y álbumes con los que se llega a acuerdos para que alojen sus creaciones en la aplicación.
Es interesante ver lo diferentes que son los europeos de los norteamericanos, lo que hace daño aquí no lo hace allí y viceversa. Llevamos años queriendo alquiler de películas y series y no hay forma. Ni siquiera Netflix u otros sirven en estos lugares. En cambio, la música parece moverse en dirección opuesta. ¿Llegará el día en que se igualen las condiciones a uno y otro lado del charco?