New York
New York

Sigue nuestro pequeño periplo por las tiendas de la compañía de la manzana. Hoy, nos vamos a New York, la ciudad que nunca duerme.

Poco puedo añadir desde aquí sobre este lugar. New York engancha desde el primer momento que llegas. Sería una más que adecuada capital del mundo. Puede no gustarte la suciedad, ese tráfico espantosamente caótico, los barrios periféricos a Manhattan, incluso el dichoso carácter neoyorkino, entre orgulloso y prepotente casi a partes iguales... Pero lo cierto es que es un lugar al que se le coge cariño con facilidad.

Destacar sitios a visitar de un sitio así es complicado. Hay muchísimos y realmente casi todo merece la pena. Lo más importante podría ser:

* El centro financiero. Situado al sur de la isla, el lugar en el que estuvo el World Trade Center y donde están Wall Street y la Estatua de la Libertad son visitas obligadas. Un paseo por el Puente de Brooklyn tampoco es mala idea. Por cierto, el mismo ferry que lleva a la Estatua pasa por Ellis Island, el lugar al que llegaban los inmigrantes en barco hace ya muchos años y ahora un museo muy interesante.
* Times Square: sería el centro neurálgico ideal para la capital del mundo. Quedarse embobado allí es de lo más fácil. Buenos sitios para cenar.
* Tiendas en la 5ª Avenida: para que el más cauto comprador no pueda evitar gastar algunos dólares.
* Central Park: espectacular pulmón verde de la ciudad. De descomunales dimensiones, la totalidad del Principado de Mónaco cabría dentro. Con eso queda todo dicho.
* Museos: entrando en el Upper East Side por la 5ª, al este del parque, puedes pasarte por el Metropolitan o el Guggenheim, entre otros. Eso, por destacar algunos de los más importantes. Para aficionados al arte.
* Recintos deportivos: el Madison Square Garden, el estadio de los Yankees, el de los Giants... Visitas casi obligadas.
Y tantos otros lugares...

Bueno, a lo que íbamos. En New York se encuentra, sino la mejor, si la tienda número uno en el corazón de los maqueros* del mundo. Porque uno puede decir que la tienda de Boston es más bonita, o la de Londres mucho más grande. Y tendrá razón. Pero en ninguna de las dos se respira la alucinante atmósfera de la que te impregnas al entrar en la tienda de la 5ª Avenida.

Para empezar, está la entrada, el famoso cubo. Situado en medio de una bonita plaza, con un enorme rascacielos detrás y a un paso del extremo sur de Central Park. Hay varias terracitas en esa plaza en las que ya me imagino a más de un fanboy tomando algo mientras espera haciendo cola para adquirir antes que nadie ese nuevo producto con el que a menudo nos sorprenden los chicos de Cupertino.

Haciendo un pequeño esfuerzo de concentración (la densidad de tiendas en la zona es altísima y es fácil despistarse si uno no es lo bastante fanático del credo manzanil) pasamos el umbral y entramos en la tienda. Allí hay una escalera de caracol y un ascensor totalmente de cristal, así que bajamos y listos. Y ahí puede llegar la decepción.

La Apple Store de Manhattan, para empezar, se localiza en una sola planta. Entrando desde la calle, te encuentras la zona Genius a la derecha (no muy grande) y las cajas para pagar a la izquierda. Al ser una tienda tan famosa, recibe muchos visitantes, lo cual hace que esté más densamente poblada de máquinas de lo que suele ser habitual. En las varias visitas que hice, a pesar de ver la tienda siempre muy llena, nunca tuve problema para coger ordenador, y estuve varias veces por allí. Pero vamos, que no hay mucho más: la zona de accesorios es relativamente pequeña y hay relativamente pocos libros. Las expectativas que todos tenemos sobre un sitio así podrían hacernos pensar que tampoco es para tanto, que hay otras tiendas mejores... Insisto, es verdad. Pero ninguna está en New York.

Y es que la tienda de Manhattan tiene su encanto. Abren 24 horas al día, 365 días al año. Que son las 3 de la mañana y te levantas con la urgente necesidad de comprarte un nuevo iPod? Pues ya sabes lo que has de hacer. Además, no abren 24 horas porque sí. Lo hacen porque hay gente a todas horas. Resulta chocante ver la cantidad de gente que está en la tienda a cualquier hora. Puedo dar fe. La amabilidad y paciencia del personal está fuera de toda duda. Esto es común en casi todas las Apple Stores, pero en pocas resulta tan fácil perder los nervios como en esta. Por cierto, no es difícil que te atiendan en español si no dominas la lengua inglesa, ya que nuestro idioma es casi oficial en New York.

Los visitantes de la tienda son en gran parte turistas. No es difícil encontrar españoles. Pero claro, es una tienda muy transitada. Como cosa curiosa, destacaría que la gente es muy abierta, a todo el mundo le gusta preguntar cosas, contrastar opiniones... Como te vean usando Google Reader, por ejemplo, no es difícil que alguien quiera comentarte alguna noticia. No se si será normal. A mi me pasó varias veces. Es divertido.

En fin, así es la Apple Store más famosa del mundo. Decepcionante como tienda, pero alucinante como experiencia. Yo la echo mucho en falta...

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