En la tercera temporada de Los Bridgerton hemos podido ver a una nueva Penelope. Harta de no encontrar marido, decide gastarse su dinero en comprar vestidos más elegantes, muy alejados de esas tonalidades naranjas y estridentes que caracterizan a su familia. En su nuevo armario predominan los azules y los verdes, pero destaca sobre todo el vestido con el que presenta su nueva imagen en sociedad. Un flamante modelo verde brillante que deja con la boca abierta incluso a su madre y sus hermanas. Afortunadamente, la joven sale ilesa de la situación, pues lo cierto es que, por la época en la que se basa la historia, su vestido podría haber sido realmente peligroso.

La historia de Los Bridgerton se sitúa a principios del siglo XIX, durante el periodo de regencia inglés. Este comienza en 1811 y finaliza en 1820, aunque en realidad en la serie en ningún momento hablan de años concretos y posiblemente las últimas historias vayan más allá de 1820. Lo que está claro es que en la Inglaterra del siglo XIX ya circulaba entre los ropajes de la alta sociedad el verde París, un tinte del color de la esmeralda que se usaba en todo tipo de adornos, desde vestidos hasta coronas de flores para el pelo.

Lo puso de moda en 1864 la emperatriz Eugenia, quien fue vista en la ópera de París luciendo un hermoso vestido que atrajo todas las miradas de los presentes. Se dice que el color era intenso y parecía brillar incluso debajo de la luz de gas. Pronto, aquella tonalidad, que ya llevaba tiempo utilizándose, se hizo de gran fama por toda Europa, causando muchas muertes en el camino. El motivo: la gran cantidad de arsénico que se utilizaba para obtener el pigmento.

La historia detrás del verde París

El verde París estaba compuesto por una mezcla de cobre y arsénico. Este último elemento se ha usado como veneno durante miles de años. Tanto su ingesta como el contacto con la piel e incluso su inhalación pueden causar síntomas como náuseas, vómitos, diarrea, neuropatías o lesiones en la piel. También se ha visto que puede causar una gran variedad de cánceres, incluyendo el cáncer de pulmón por inhalación. Una dosis elevada puede matar rápidamente a una persona, pero incluso las dosis bajas son peligrosas si se mantienen en el tiempo. 

Eso precisamente era lo que le pasaba a los fabricantes de flores de tela durante el siglo XIX. En 1859, un médico francés llamado Ange-Gabriel-Maxime Vernois publicó un estudio en el que analizaba el estado de salud de estos trabajadores. Aquellos cuya labor implicaba el contacto continuo con el pigmento de color verde, desarrollaban ulceraciones en manos y piernas, dolor de cabeza, palidez, anemia y otros muchos síntomas.

verde París
Crédito: Chrs Goulet (Wikimedia COmmons)

El doctor concluyó que la causa debía ser el arsénico, pero nadie le tomó en serio. Con el tiempo otros científicos analizaron el pigmento en prendas de vestir y alertaron preocupados que un vestido de baile podía contener la mitad de su peso en arsénico. De nuevo, no se les hizo caso.

Tampoco se le dio importancia a la situación después de que en 1861 una joven de 19 años llamada Matilde Schaurer muriese entre terribles sufrimientos. La chica, que llevaba tiempo trabajando en una fábrica de flores, sufrió convulsiones y vómitos. La parte blanca de sus ojos se tiñó de verde y su vida se fue apagando mientras temblaba y echaba espuma por la boca. La autopsia reveló que tenía grandes cantidades de arsénico, tanto en sus pulmones como su estómago y su hígado. Sin embargo, se concluyó que había sido un accidente y las condiciones de los trabajadores siguieron siendo las mismas. De hecho, aún quedaban unos años para el verdadero auge del verde París.

De las ropas de la alta sociedad a su uso como insecticida

El verde París no solo se usaba en ropajes como el vestido de Penelope en Los Bridgerton. También se empleaba para decorar cubiertas de libros y papel pintado para las paredes. Incluso muchos pintores lo incluían en sus obras de arte.

Con el paso de los años, el número de intoxicaciones y muertes asociadas al verde París llevó por fin a la sociedad a prestar atención a lo que los científicos habían estado alertando durante años. A principios del siglo XX finalmente se prohibió su uso en prendas de vestir. Pero no dejó de usarse. Y es que era tan sumamente tóxico que se comprobó que era un gran insecticida, de manera que todos esos botes que se habían fabricado para teñir preciosos vestidos pasaron a emplearse para evitar que los insectos invadiesen alacenas o bodegas.

Los Bridgerton
Los tonos verdes predominan en el nuevo armario de Penelope. Los Bridgerton

¿Aparece el verde París en Los Bridgerton?

En realidad, asegurar que los vestidos de Los Bridgerton pudiesen estar teñidos con verde París no es más que una suposición. Hemos visto que la historia se sitúa varias décadas antes de que la emperatriz Eugenia hiciera famoso este pigmento.

No obstante, también hemos visto que ya se venía utilizando mucho tiempo atrás. La única diferencia es que no era tan famoso. Uno de los vestidos que lleva Penelope en esta temporada de Los Bridgerton tiene una tonalidad realmente parecida a la del verde París. Pero por suerte esto no deja de ser una ficción, en cuya trama no se incluyen las intoxicaciones por arsénico. No hay peligro para la joven Featherington, que no cunda el pánico. 

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