Furiosa: de la saga Mad Max llega a los cines con una misión. Devolver al público al universo postapocalíptico de George Miller con una nueva historia llena de acción y adrenalina. La película es una precuela de Mad Mad: Fury Road que, esta vez, está protagonizada por Anya Taylor-Joy (Gambito de Dama, Last night in Soho, El menú). Frente a ella está Chris Hemsworth (Thor en el Universo Marvel) como el terrible Señor de la Guerra Dementus.

La historia de Furiosa viaja hasta la más tierna infancia de la pequeña, cuando fue secuestrada del Paraje Verde en el que vive rodeada de abundancia y recursos suficientes para una buena vida. A partir de ese fatídico momento, debe aprender a valerse por sí misma siendo tan solo una cría en el territorio de Dementus. Este loco villano, además, entra en guerra con Immortan Joe, el antagonista de Fury Road, que domina con mano de hierro la Ciudadela. En un momento dado, Imperator Furiosa acabará siendo entregada como ofrenda de paz, pasando de las manos de un sádico bellaco a otro mientras se hace un lugar en ese mundo de escasez, violencia y gasolina.

Furiosa

Anya Taylor-Joy da la talla como Imperator Furiosa en una película de orígenes con mucho más dramatismo que 'Fury Road' pero con casi las mismas dosis de espectáculo salvaje y desenfrenado. George Miller vuelve a acertar con una entrega colosal y enormemente entretenida que va de menos a más y donde Chris Hemsworth también brilla como villano. La mejor acción regresa a los cines llena de arena y gasolina.

Puntuación: 4 de 5.

Recoger el testigo

La nueva entrega de la franquicia contaba con dos grandes obstáculos. Por un lado, hacer honor a Mad Max: Fury Road, una de las mejores películas de acción del s. XXI. Por otro lado, que Anya Taylor-Joy mantuviera el exquisito nivel que mostró Charlize Theron como Furiosa. Una doble tarea muy difícil de alcanzar y que, sin embargo, George Miller ha conseguido realizar de manera bastante airosa.

La Furiosa de Taylor-Joy recupera el misticismo que la hizo tan icónica en la versión de Theron. Esta vez lo es incluso más, puesto que apenas tiene líneas de diálogo, menos aún que Keanu Reeves en John Wick. A falta de palabras, el personaje se expresa con miradas. Y es ahí donde la joven actriz la hace suya. La argentina es una de las intérpretes más expresivas de la industria y se vale de ello para construir una Furiosa profunda y llena de matices, aunque con un deseo en mente: la venganza.

Furiosa | Mad Max

Cuando la película pisa el acelerador, ella lo da absolutamente todo, dejándose la piel y el alma. Su entrega traspasa la pantalla y compromete al espectador en su historia de supervivencia. Acertar con el casting para el personaje, dado el legado que arrastraba, era muy complicado, pero la elección no podía ser mejor. Gracias a este filme, Furiosa es aún más legendaria y se consagra como una de las grandes heroínas de la historia del cine.

Además, la protagonista crece gracias a su contraparte. Su hermetismo contrasta con la excentricidad del Dementus de Chris Hemsworth. Era fundamental encontrar, como Immortan Joe en Fury Road, a alguien capaz de derrochar carisma y terror a partes iguales. Y el actor, criticado en los últimos años por su encasillamiento en Marvel, ha dado un golpe sobre la mesa con el mejor papel de su carrera. Miller logra insuflarle a su intérprete el tono delirante y enajenado de la película, sirviendo de réplica perfecta para Furiosa. Es una actuación brillante que eleva al villano a uno de los mejores de la saga.

Furiosa

Una sombra alargada

La otra gran decisión de Miller en Furiosa es no repetir al dedillo la estructura de Mad Max: Fury Road. Aquel estreno fue una sorpresa, un antes y un después en el cine de acción de alto presupuesto. Pero para darle una continuación (o una precuela) no bastaba con replicar sus aciertos. Había que distanciarse, encontrar una idiosincrasia propia. Y el director lo sabía. Por eso, le pone mucho más dramatismo a la historia. Era la única manera de poder valorar a la película por lo que es y no por la herencia que se le impone por decreto.

Así, en Furiosa nos encontramos una clásica historia de personaje al que arrastran a los infiernos para que aprenda a renacer y alcanzar su mejor versión. El filme indaga en la naturaleza humana llevada al extremo. También en la pérdida, en el dolor y en la desesperanza. La vida de Furiosa es una tragedia de principio a fin. Por eso su sed de venganza es tan poderosa. Por otro lado, hay interesantes reflexiones sobre las dinámicas de poder, el ansia de conquista y el juego sucio de la guerra, donde nunca existe el honor. Amén, por supuesto, del trasfondo ecologista de la saga. Todos los mensajes funcionan como engranajes bien engrasados.

Furiosa

Acción sin límites

Ese drama es un concepto fabuloso para enganchar a los espectadores con una historia nueva. Pero quizá en él radica también el principal fallo de la película. Y es que su primera parte se hace larga en exceso. La idea es fantástica y está estupendamente ejecutada con el pulso cinematográfico de Miller que hace que sea un disfrute constante. Pero es después de una hora cuando la cinta parece arrancar de verdad. Eso sí, cuando lo hace ya no hay pausa.

Las largas escenas de acción y persecuciones vuelven a ser prodigiosas. Nadie rueda como Miller las carreras de coches, camiones, motos y cualesquiera que sean los vehículos que tenga a mano el director. Todo ello está aderezado con brutales explosiones, disparos y personajes postapocalípticos enloquecidos que sobrecargan la pantalla para dejar un demencial espectáculo de adrenalina, arena y gasolina. A este respecto, la última hora de película es un prodigio.

Además, aunque es evidente el bajón con respecto a Fury Road en el uso de efectos digitales -un par de chromas chirrían especialmente-, Furiosa sigue siendo un milagro en el contexto del cine actual. La sensación de ver algo tan tangible y práctico está a años luz de la de casi cualquier otro blockbuster moderno. Una película bárbara que merece ser vista en la pantalla más grande posible.

Furiosa

En resumen, puede que Furiosa no llegue a Mad Max: Fury Road, pero es un disfrute enorme. Es más contenida y dramática, pero sigue siendo un espectáculo apoteósico de acción, arena y gasolina con una Anya Taylor-Joy que se hace gigante en modo venganza y un Chris Hemsworth de lejos en su mejor papel. George Miller no pierde el toque por muchos años que pasen. Una precuela a la altura que sabe encontrar su propia identidad.

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