Los animales domésticos tienen en su organismo ciertos microorganismos que puede que a ellos no les hagan nada; pero que, en caso de mordisco o arañazo, pueden provocarnos alguna infección. Un buen ejemplo de esto lo vemos en los gatos. De hecho, hay incluso una enfermedad conocida como arañazo de gato. En realidad es algo muy raro, pues lo más normal es que este tipo de lesiones no lleguen a provocar ninguna infección. Las personas que conviven con gatos lo saben bien. La mayoría exhiben buena cantidad de arañazos por su cuerpo y nunca han tenido que lamentar ninguno. No obstante, en algunos casos sí que es necesario tratamiento. El caso de las mordeduras de gato es diferente y también el de los perros. ¿Pero hay un caso más peligroso que otro?

Antes de contestar a esta pregunta, es importante dejar algo claro. Este artículo no es una demonización ni de perros ni de gatos. Ambas son mascotas cariñosas y fieles (aunque los gatos a veces parezca que solo buscan dominar el mundo, también nos quieren). Todo depende de los gustos que tengamos como humanos y con qué tipo de mascota congeniemos más. Si pueden herirnos es generalmente sin querer y la probabilidad de que la lesión llegue a ser grave es muy baja. En nuestro día a día, podemos sufrir muchas heridas susceptibles de infectarse y no por eso dejamos de actuar de determinadas maneras. Dicho esto, sí que es cierto que es importante conocer un poco más sobre las mordeduras de gato o de perro, para actuar en consecuencia llegado el caso.

Y para eso, sin ningún afán de hacer competir a ambos animales, no está de más conocer cuáles son más susceptibles de infectarse. Así, podremos actuar en consecuencia.

¿Cuál se infecta más?

En realidad, que una herida se infecte depende de muchos factores, desde la rapidez con la que la lavemos y la curemos hasta el lugar en el que sucede. Pero, en el caso de las mordeduras de perro y de gato, también se ha estudiado si el propio animal es uno de esos factores.

Por ejemplo, en 2006 un equipo de científicos de la Sociedad Chilena de Infectología publicó un artículo sobre la probabilidad de infección con las mordeduras de gato, perro y otras mascotas. Así, al comparar los casos reportados en su país, comprobaron que la incidencia de infecciones con las mordeduras de gato es de un 50%, aproximadamente el doble que con las producidas por perros.

Cabe destacar que este es el porcentaje de infecciones en casos de mordeduras de gato o de perro atendidas en centros sanitarios. Habrá otras muchas lesiones que se curen directamente en casa, sin acudir a un médico, por lo que el porcentaje probablemente será mucho más bajo.

Dicho esto, sí que es cierto que en el organismo de los gatos hay bacterias, como Pasteurella multocida, también presente en perros, que a menudo pueden causar infecciones en humanos. También hay otra, llamada Bartonella henselae, que se asocia mayormente con la enfermedad por arañazo de gato, aunque también se puede contraer por mordiscos.

En el caso del arañazo, la inmensa mayoría de ellos, aun produciendo infección, se curan sin necesidad de tratamiento. De hecho, hay estudios en los que se compara el tiempo de resolución de la infección con un tratamiento antibiótico con azitromicina o con placebo y no se ve ninguna diferencia. No obstante, las mordeduras de gato sí que pueden conllevar  infecciones más serias, por lo que a menudo se administra amoxicilina con clavulánico como prevención. 

dientes de gato
Crédito: Erik Jan (Unsplash)

¿Por qué causan más infecciones las mordeduras de gato?

Hay dos razones principales por las que las mordeduras de gato suelen causar más infecciones que las de perro. En primer lugar, porque hay una mayor probabilidad de que se transmitan suficientes bacterias en un solo mordisco. De hecho, la bacteria P. multocida, aun estando presente en ambos animales, se encuentra en un 25-50% de los perros, frente a un 70-90% de los gatos. 

Además, los dientes de los gatos son largos, finos y afilados, por lo que actúan como pequeñas agujas, que pueden penetrar mucho más en la piel. Esto provoca que la infección pueda ser mayor.

De cualquier modo, ya hemos visto que se soluciona fácilmente con antibiótico y que es muy extraño que revista gravedad. Quizás no sea recomendable que una persona inmunodeprimida tenga mascotas. Pero alguien con buena salud puede tenerlas sin problema. Los beneficios de compartir nuestras vidas con uno de estos amigos peludos son muchísimo mayores que esos posibles riesgos. 

Aun así, es bueno conocerlos. Por eso, si tienes animales en casa, no les molestes ni les azuces para que muerdan y si se produce un mordisco mientras juegan, lávalo, pon antiséptico y consulta con tu médico. Esa es la única prevención que se debe tener en cuenta. Por lo demás, disfruta de tu mascota. 

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