A todos nos cambian nuestros gustos a lo largo de los años. El mejor ejemplo lo tenemos en la comida. ¿Cuántos alimentos que detestábamos de pequeños nos encantan hoy en día? Con los colores puede pasar lo mismo. A veces, vemos a personas mayores que visten con colores bastante llamativos, en comparación a cómo lo hacían cuando eran más jóvenes. Podríamos pensar que la sabiduría de la edad ha llevado a que no les importen nada los cánones de la moda. Y posiblemente haya algo de verdad en eso. Pero, según un nuevo estudio, la clave también está en que la percepción del color cambia con los años.
No ocurre con todos los colores, pero sí con algunos. Los autores del estudio en cuestión, publicado en Scientific Reports, observaron que las personas mayores tienen problemas con la percepción del color, sobre todo en la gama del magenta y el verde. No ocurre lo mismo con otros tonos, como los de azul.
En cuanto al brillo del color, sí que pueden distinguirlo exactamente igual que las personas más jóvenes. Se necesitaría más investigación para confirmarlo, pero los autores de este estudio creen que esta puede ser la causa de la extravagante vestimenta de algunas personas mayores. Si su percepción del color no es muy buena, puede que crean que esa estridente camisa verde en realidad es un poco más apagada o en un tono menos llamativo. ¿Pero qué más da? Se han ganado vestir como les dé la gana.
Los cambios en la percepción del color de las personas mayores
Algunos estudios previos a esta última investigación apuntaban a que las personas mayores distinguen menos los colores de su entorno. No verían una gama tan amplia de tonos como alguien más joven.
Con esta información como premisa, un equipo de científicos del University College de Londres quiso saber más. Para ello, reclutó a 17 adultos jóvenes, con una edad media de 27, 7 años, y 20 mayores, con 64,4 años de media.
Todos ellos tuvieron que entrar a una habitación con las luces apagadas, en la que había un instrumento que medía la dilatación de sus pupilas mientras se exponían a 26 colores diferentes, durante 5 segundos cada uno. Había tonos de verde, magenta, amarillo, azul y rojo, divididos en oscuro, apagado, saturado y claro.
Cuando miramos un color, nuestras pupilas se contraen en respuesta a pequeños cambios de tonalidad. Esto, lógicamente, no se ve a simple vista, pero gracias a un instrumento conocido como pupilómetro se pueden detectar 1000 cambios por segundo en la dilatación de la pupila.
Así, se vio que las personas mayores contrarían menos la pupila al cambiar ligeramente las tonalidades. Sobre todo, esto pasaba con el verde y el magenta.
¿Para qué sirve todo esto?
Este estudio puede tener implicaciones a dos niveles. Por un lado, existe una forma de demencia, conocida como atrofia cortical posterior, en la que se da justamente este problema en la percepción del color, sobre todo en tonos de verde y magenta. Con sus resultados, pueden entender mejor los mecanismos cerebrales que llevan a esta afección. Aunque esto es bidireccional, pues también se pueden discernir las áreas del cerebro cuya actividad cambia con la edad, al compararlas con las zonas afectadas en la demencia.
Por otro lado, su estudio puede ayudar a adaptar la moda y la decoración para las personas mayores. Las prendas podrían confeccionarse con colores adaptados a lo que ellos ven, de manera que se sientan mucho mejor cuando se miren en el espejo. Puede parecer frívolo, pero en realidad merecen una moda adaptada a ellos, en vez de quedarse con las migajas del resto.
Es cierto que esta investigación se ha realizado con un número muy reducido de participantes, por lo que sería interesante realizar más estudios. No obstante, hay suficientes datos para lanzar la hipótesis de que su percepción del color se merece adaptar un poco el mundo que ven para que los colores luzcan como cuando eran más jóvenes.