A veces se dice que cada persona tiene su orgasmo de un color. Que hay quien colorea su clímax de amarillo o quien ve las estrellas pintadas de azul. Todo a un nivel mental, por supuesto, no se trata de que toda la habitación se tiña de un color. Si eso te pasa, corre a urgencias. De hecho, lo del color del orgasmo tiene más de mito que de ciencia, aunque sí hay un fenómeno que se parece ligeramente: la sinestesia orgásmica.

La diferencia entre el mito del color del orgasmo y la sinestesia orgásmica es que lo primero, supuestamente, puede verlo todo el mundo si presta atención, mientras que lo segundo es un fenómeno raro, que le pasa a muy pocas personas.

Hay algunos casos descritos en la literatura científica. Algunos hacen referencia a personas que previamente tenían sinestesia, mientras que otros la desarrollaron por primera vez durante el orgasmo. ¿Pero a qué se debe esto? ¿Es preocupante? Lo cierto es que lo primero no se sabe con seguridad. Pero tranquiliza saber, con respecto a lo segundo, que no, no es preocupante.

¿Qué es la sinestesia?

A grandes rasgos, la sinestesia es una especie de cortocircuito entre diferentes sentidos. Es decir, las personas que la experimentan, pueden tener percepciones asociadas a un sentido a través de estímulos relacionados con otro. Por ejemplo, pueden oír colores o saborear texturas.

No se sabe exactamente cuáles son las causas, aunque se cree que puede deberse a una poda neuronal inadecuada. Esta poda se da en la adolescencia, cuando se eliminan aquellas conexiones neuronales que no se han usado desde el nacimiento. De este modo, se refuerzan las que sí que necesitamos.

Si esta no se da adecuadamente, podría ocurrir que se refuercen conexiones entre regiones del cerebro asociadas a diferentes sentidos, hasta el punto de que se huelen los colores.

Ahora bien, es importante destacar que la sinestesia no es algo patológico. Como tampoco lo es ver un color en el orgasmo. Esto puede ser simplemente otra forma de experimentar la sinestesia, ya que no todo el mundo la siente del mismo modo.

Por ejemplo, para algunas personas se relaciona con el lenguaje. Incluso pueden ver que cada idioma tiene un color diferente. Para otras es algo mucho más musical. De hecho, se dice que Kandinski era sinestésico y que algunos de sus cuadros están basados en obras musicales que le cautivaron.

Es más, esto es algo bastante común en el arte. Tanto, que se calcula que, mientras que la incidencia de la sinestesia en la población general es de un 4%, en las artes sube hasta aproximadamente un 7%. No es que el arte provoque la sinestesia, sino que los sinestésicos, al ser más sensibles a lo que perciben los sentidos, se decantan más a menudo por estas profesiones. 

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Dan Cristian Padure (Unsplash)

El color del orgasmo

En 2022 se describió en Irán el caso de un hombre de 31 años, que acudió al hospital informando de algo raro en sus orgasmos. Durante sus últimas relaciones, cuando llegaba al clímax, veía los objetos más nítidos y brillantes, con una predominancia del color rosa.

El hombre no tenía problemas de salud previos más allá de un prolapso de la válvula mitral. Esto generalmente no es grave. De hecho, muchas personas ni siquiera llegan a saber que lo tienen. A él se le diagnosticó porque de vez en cuando padecía dolores en el pecho, pero lo más curioso es que cuando empezó a ver cambios de color en sus orgasmos también percibió cómo se coloreaba el dolor. Concretamente, cuando describía ese dolor en el pecho decía que era muy blanco.

Se le hicieron varias pruebas de visión y neurológicas y todo parecía estar bien. Tampoco se encontró ninguna disfunción sexual. Por eso, finalmente fue diagnosticado con sinestesia. 

También ocurre en las diferentes fases

Este podría parecer un caso excepcional, pero no es el único. De hecho, se han reportado incluso casos de personas que percibieron las diferentes fases de la actividad sexual en colores distintos. Por ejemplo, en 2013 se describió el caso de 19 personas que habían experimentado sinestesia durante el sexo, fase a fase. Así, algunos describían el apetito inicial como algo entre amarillo y naranja, el orgasmo como un estallido en forma de anillo, con colores azules y violetas. Y, finalmente, la fase de resolución, que se da inmediatamente después de orgasmar, como una mezcla entre rosa y amarillo.

El color del orgasmo no es el mismo para todo el mundo, aunque casualmente aquí se repite el rosa, como con el hombre iraní. 

En definitiva, aunque cada orgasmo es único, no hay un color del orgasmo para cada persona. Pero eso no hace que los nuestros sean peores. Podemos pasarlo igualmente bien, sin que cambie nuestra percepción del color. Así que no te obsesiones intentando ver si tu clímax es verde o anaranjado y disfruta del camino. Tanto si llegas como si no lo haces. Al final, lo otro que debe quedarnos claro es que, en el sexo, el orgasmo no lo es todo.

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