El capítulo 4 de Valeria ha sido uno de esos momentos fuera de trama en los que la historia se queda en un segundo plano para dar pleno protagonismo al feminismo. Pero no porque las cuatro protagonistas finalicen el episodio acudiendo a una manifestación del 8M, sino porque a lo largo de sus 38 minutos cada una de ellas habla de lo duras que fueron sus primeras veces como chicas adolescentes. Y, curiosamente, el chispazo con el que las cuatro amigas arrancan a contar su pasado es un estudio científico que Nerea lee en el móvil. Este dice que la adolescencia es una etapa que nos marca para toda la vida y que, por eso, lo que nos pasa en la treintena ya se había escrito entonces. Ahora bien, ¿es cierto ese estudio? O, al menos, ¿es verdad lo que dice?
La respuesta rápida es que no es exacto, pero sí que dice cosas que son ciertas. No es verdad que la treintena de cada ser humano esté ya escrita. Sin embargo, sí que lo es que la adolescencia es una temporada de cambios que más o menos nos va forjando tal y como seremos.
Y eso es algo que sí que tiene una explicación científica. Dado que el artículo que lee Nerea en el capítulo 4 de Valeria queda en un segundo plano, no sabemos cuál será la supuesta razón que contiene. Pero sí podemos hablar de la realidad, que sin duda es muy interesante.
La verdad de la adolescencia, según el capítulo 4 de Valeria
Suele decirse que la adolescencia es una etapa muy vulnerable para cualquier persona. Lo vemos en el capítulo 4 de Valeria. La protagonista principal está enamoradísima de un compañero de clase, pero cuando por fin consigue quedar con él este quiere ir demasiado rápido y ella le para los pies, sintiéndose después tonta y culpable. Lola empieza una relación con un hombre quince años mayor que ella, que además tiene una mujer embarazada. Carmen empieza a salir con un chico que la mantiene oculta, porque está demasiado gorda y tiene miedo a que sus amigos se rían de él. Y, finalmente, Nerea debe esconder que, realmente, no le gusta el novio con el que sus padres casi la obligan a seguir, sino que se siente atraída por las chicas.
Es una etapa dura, en la que se da mucha importancia a lo que dicen los demás, pero también se forja quiénes seremos después. Ocurre tanto psicológicamente como físicamente y se debe a un fenómeno conocido como poda sináptica.
¿Qué es la poda sináptica?
Las sinapsis son uniones entre neuronas a través de las cuales viajan las señales hasta el cerebro. Pueden verse como una especie de carretera por la que viaja la información.
Cuando nacemos, tenemos muchas de estas sinapsis. Sin embargo, no usamos todas. Si volvemos a compararlo con una carretera, hay carreteras muy transitadas, otras poco transitadas y algunas por las que nunca pasa nadie. Gastar dinero público en mantener esas en las que nunca pasan coches puede ser un despilfarro. Del mismo modo que lo es gastar energía en mantener unas sinapsis que realmente no se usan. Por eso, si estas se eliminan, se optimizan aquellas que realmente son necesarias.
Esto es lo que se conoce como poda sináptica. Se cortan las sinapsis que no se usan y se refuerzan las que sí. Es un proceso que empieza en la adolescencia y finaliza en la edad adulta temprana, aproximadamente a los 20 años.
Por eso se dice que es una etapa vulnerable, porque es justamente cuando estamos reforzando los caminos que seguirán las señales a nuestro cerebro. Si se usa demasiado una vía dañina esta no solo no se eliminará, sino que podría reforzarse.
Es por eso por lo que la poda sináptica es tan importante. Además, se considera que está relacionada con varias enfermedades. Por ejemplo, se cree que la esquizofrenia podría deberse a un exceso de poda sináptica. Es decir, a que se cortan demasiadas señales. Dado que la adolescencia es justo la etapa en la que suelen comenzar los síntomas de este trastorno, es una hipótesis que ha cobrado bastante fuerza. Aunque aún no se sabe con seguridad.
En definitiva, la poda sináptica explica por qué la adolescencia es una etapa clave en nuestra personalidad. No es un cuaderno en el que se escriba nuestro futuro, como se intuye en el capítulo 4 de Valeria, pero sí algo que nos forja poquito a poco. Y de lo que no cabe duda es de que las inseguridades, el miedo y la ansiedad que sufren muchas mujeres durante la adolescencia sí que puede afectarles cuando se hacen adultas. Por eso son necesarias la investigación científica, el 8M e historias como la del capítulo 4 de Valeria.