Para lo bueno y para lo malo, la fotografía se ha democratizado. Lo hizo con los precios de las DSLR tocando fondo, y el smartphone, así como las aplicaciones de edición, se han encargado de masificarla. En algunos casos, los fotógrafos han tenido que ir más allá -bastante más allá- para poder poner en valor su trabajo y evitar los manidos y odiosos "mi sobrino tiene una réflex y también nos hace unas fotos estupendas gratis". Un caso extremo es el de Max Asabin, un artista digital de Rusia que realiza creaciones espectaculares.

Para ello se vale de dos o tres fotos superpuestas que integra a la perfección. Luego se encarga de crear efectos muy vistosos en un tono homogéneo en la imagen, con sombras, resaltes y bordes, con un resultado tan realista como espectacular. En su perfil en DeviantArt ya cuenta con más de 35.000 seguidores... y subiendo.

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