Si un hombre y una mujer duermen exactamente lo mismo, siendo un número inadecuado de horas, puede que ella se encuentre más irritable y apática. El machista de turno, como decimos en el título, posiblemente señalaría que se debe a que somos más bordes. O quizás a que somos más débiles y, por eso, no soportamos las consecuencias físicas de dormir poco. Sin embargo, la realidad, según un estudio publicado por científicos de la Universidad de Duke, es mucho menos agradable para el incel de turno. Las mujeres necesitan dormir más porque piensan más y, como consecuencia, su cerebro necesita más tiempo para recuperarse. 

La investigación en cuestión se llevó a cabo en 2008. Sin embargo, ha vuelto recientemente a las redes sociales con un vídeo de Instagram del farmacéutico Álvaro Fernández. En él, señala que los hombres deberían preparar el desayuno, ya que, de media, las mujeres necesitan 20 minutos más de descanso. Desde aquí, alabamos la idea.

Más allá de eso, recordar este estudio es una buena idea, ya que se vuelve a poner sobre la mesa el hecho de que las necesidades fisiológicas de hombres y mujeres no son siempre las mismas. No se trata solo de dormir poco. Se han realizado estudios de todo tipo. Incluso sin salirnos del tema del desayuno, hay investigaciones que apuntan a que el desayuno ideal para ambos sexos no es exactamente el mismo. Pero, sobre todo, esto no demuestra que la ciencia debe tenernos en cuenta a todos.

Muchísimos estudios se llevan a cabo solo en hombres, para luego concluir que sus necesidades son las de todo el mundo. Esto ha llevado, por ejemplo, a que se infradiagnostiquen enfermedades en mujeres o que, a veces, nos sienten peor los fármacos, básicamente porque las dosis se calcularon para hombres. Son solo un par de ejemplos, pero hay muchos más. Tener en cuenta las necesidades de sueño de unos y otras es una buena forma de recordar que la ciencia debería ser para todos, no solo para la mitad de la población.

Las consecuencias de dormir poco no son las mismas para todos

En el estudio realizado en 2008 se analizó el sueño de 210 hombres y mujeres de mediana edad. 

Se observó que, por lo general, cuando las mujeres dormían menos de las horas recomendadas, eran más propensas a experimentar ira, depresión y desequilibrios psicológicos a otros niveles distintos. Los hombres con una falta de sueño igual experimentaron estos síntomas en una medida mucho menor.

Pero eso no es todo. También se vio que los niveles de insulina en ayunas fueron más elevados, del mismo modo que los marcadores bioquímicos asociados a la inflamación. Eso indica que las mujeres estarían en un mayor riesgo de experimentar enfermedades metabólicas o cardiovasculares por dormir poco si la falta de sueño se mantuviese en el tiempo. En el caso del estudio, esto ocurrió solo con dos malas noches a la semana.

¿A qué se debe?

A raíz de la publicación de este estudio sobre las consecuencias de dormir poco en hombres y mujeres, se llevaron a cabo otras investigaciones similares para dar más información. Además, otros expertos señalaron sus propias hipótesis sobre el motivo de esta distinción entre sexos.

Por ejemplo, en 2010, el profesor Jim Horne, director del Centro de Investigación del Sueño de la Universidad de Loughborough, declaró a Daily Mail que la clave está en el estrés mental. “Una de las principales funciones del sueño es permitir que el cerebro se recupere y se repare a sí mismo”, relató. Esto se debe a que “durante el sueño profundo, la corteza, la parte del cerebro responsable de la memoria del pensamiento, el lenguaje, etc., se desengancha de los sentidos y entra en modo de recuperación”. Como consecuencia, cuanto más se haya usado el cerebro, más necesitará recuperarse. “​​Las mujeres tienden a realizar múltiples tareas y, por lo tanto, usan más su cerebro que los hombres. Debido a eso, su necesidad de dormir es mayor”. 

Dicho esto, el experto añade que un hombre que realice un trabajo con mucho pensamiento lateral y toma de decisiones también necesitará más sueño. No es solo una cuestión de sexo, sino de lo que se use el cerebro. La cuestión es que, de media, las mujeres suelen darle más caña y finalizar el día con un mayor estrés mental. Eso se soluciona mayormente durmiendo, por lo que dormir poco puede ser aún más peligroso que para los hombres.

mujer ocupada
Las mujeres pasa por un estrés mental mayor. Crédito: Freepik

En resumen, las personas que suelen llevar a cabo varias tareas a la vez y alcanzar un mayor estrés mental necesitan dormir más. La ciencia dice que, por lo general, esas personas son las mujeres y que, de media, se soluciona con 20 minutos más de sueño. Desde luego, lo del desayuno es una buenísima idea. Compartir las tareas durante el día en la medida de lo posible es aún mejor.