Imagina que eres un niño con una imaginación prodigiosa. Te la pasas todo el día leyendo, viendo televisión y muchas películas. Por eso tienes la cabeza llena de historias fantásticas. Sueñas con escribir tus propias novelas o incluso tus propios guiones de cine. Lo que sabes con seguridad es que quieres ver esas historias cobrar vida. Ahora imagina que tu padre es el quinto hombre más rico del mundo, esa fue la suerte de Megan Ellison.
Larry Ellison fundó la Oracle Corporation en los años setenta. Una compañía especializada en software de base de datos. Con el tiempo se convertiría en la tercera empresa de software más grande de todo el mundo, por eso el patrimonio de su fundador se cuenta en los miles de millones de dólares. Se trata de una hazaña maravillosa, considerando que Larry Ellison nació en el Bronx, un barrio pobre de Nueva York. Su padre estaba ausente y su madre no lo quería, por lo que se lo “regaló” a su hermana. Luego se mudaría a Chicago con su familia adoptiva, no volvería a ver a su madre hasta cumplir los cuarenta y ocho años de edad.
Megan Ellison es la hija de Larry Ellison y su tercera esposa (hoy ex esposa) Bárbara Boothe. Su gran riqueza le permite mantener su privacidad, por eso sabemos poco de su vida personal, sumándole el hecho de que nunca da entrevistas. Prefiere mantenerse en las sombras, rara vez asiste a una premier y cuando lo hace no le gusta introducir la película al público. Cuando cumplió veinticinco años, su padre le regaló una suma impresionante de dinero. Algunos dicen que se trataba de 200 millones de dólares. El rumor más popular afirma que recibió 2.000 millones de dólares. Mientras que su representante afirma que ninguna de las dos cifras es correcta. Lo que sabemos es que luego de ese momento, Megan Ellison contaba con los fondos suficientes para dejar su marca en Hollywood.
Un buen gusto que hace la diferencia
Zero Dark Thirty es el ejemplo más famoso. La película sobre la cacería de Osama Bin Laden necesitaba 45 millones para ser filmada. Mientras que recibir financiamiento a través de un estudio es una tarea complicada y lenta, Megan Ellison simplemente confió en la directora ganadora del Óscar Kathryn Bigelow, entregándole un cheque por el monto requerido. En vez de proveer los fondos e irse a descansar a la isla hawaiana que su padre compró, Megan se involucra directamente en la producción. O sea que no solamente es la productora ejecutiva, sino que también realiza todas las labores correspondientes a un productor de cine.
Esta es una de las claves de su éxito. Megan Ellison estudió en la escuela de cine de la University of Southern California durante un año. Allí comenzó a financiar películas pequeñas, cuestión de entre 3 y 10 millones de dólares de presupuesto. Sin duda la compañera de clase soñada por cualquier estudiante de cine. Es indudable que Megan hace lo que hace por amor al cine. Su fascinación por el séptimo arte es su única motivación, ya que es libre de cualquier ambición económica.
Es responsable por haber financiado The Master (40 millones de dólares), una de las obras maestras más aclamadas del siglo XXI. Protagonizada por Joaquin Phoenix y el legendario Phillip Seymour Hoffman, cuenta la historia del fundador de la cienciología, L. Ronald Hubbard, a través del nacimiento de una profunda amistad. Es considerada una de las mejores películas de Paul Thomas Anderson, lo que es decir mucho tomando en cuenta la impresionante filmografía con la que cuenta el director.
La historia cuenta que Paul Thomas Anderson estaba a punto de acordar un trato con Fox Searchlight por un presupuesto de 18 millones. Hasta que un almuerzo con Megan Ellison lo cambió todo. La multimillonaria escuchó el pitch de Anderson y sin dudarlo le ofreció el doble de lo que estaba negociando. Incluso apoyó su costosa decisión artística de grabar en 65 milímetros. The Master no recuperó su presupuesto en taquilla, pero eso es irrelevante para Megan, su objetivo es financiar a directores geniales y en esta ocasión lo cumplió.
El resto de su excelente catálogo incluye The Grandsmasters de Wong Kar Wai (25 millones), Phantom Thread de Paul Thomas Anderson (35 millones), True Grit de los hermanos Cohen (38 millones), The Ballad of Buster Scruggs también de los Cohen (30 millones), Spring Breakers de Harmony Korine (5 millones), American Hustle de David O. Russell (40 millones) y las más icónica, de todas, Her de Spike Jonze (23 millones). Así se convirtió en la primera mujer en recibir dos nominaciones a mejor película en los Premios Óscar en un mismo año (Por Her y American Hustle), recordemos que ese premio es para los productores.
El regreso de Megan Ellison
Luego de unos cuantos fracasos críticos y financieros, incluidas unas cuantas disputas con el infame Harvey Weinstein, Megan Ellison decidió tomarse un descanso. Tomó un rol menor en su compañía de producción, Annapurna Pictures, y desapareció del mapa desde 2019.
Ahora parece haber regresado, rescatando Nimona, una película con temática LGBT que había sido rechazada por Disney. Fue nominada al Óscar en la categoría de mejor película animada, en la que enfrenta la dura competencia de The Boy and the Heron de Studio Ghibli y Spiderman: Across the Spider-Verse de Sony Pictures.
En su ausencia, Hollywood ha experimentado una preocupante escasez de películas de mediano presupuesto (15-40 millones), debido a que son mucho menos rentables que las de presupuestos masivos. Por lo general, esas son las películas que se convierten en íconos de la cultura popular. Existen infinitos ejemplos como: Pulp Fiction, Taxi Driver, Mulholland Drive, American Beauty, Boogie Nights, Kill Bill, Magnolia, Birdman o Parasite, los grandes éxitos de A24, entre otras.
El regreso de Megan Ellison podría significar algo que resulta necesario entre la sobredosis de secuelas, remakes y los grandes blockbusters a los que estamos acostumbrados: películas originales que estén dispuestas a tomar riesgos, libres de cualquier tipo de molde.