Hace unos pocos años, la percepción general de la inteligencia artificial era completamente distinta. La aparición de ChatGPT de repente puso a todo el mundo a pensar en esta tecnología revolucionaria. La implicación más obvia, como sucedió con la calculadora y luego con la computadora personal, era que solo las actividades más técnicas y tediosas serían automatizadas. Mientras que los procesos creativos como la pintura, el cine, la actuación, o sea las cosas que las personas disfrutan hacer, estarían a salvo. Hoy sabemos que esto no será así.

¿Quién imaginaría hace un par de años que incluso el romance sería automatizado? La mayoría pensábamos que la historia de Her (estrenada en el 2013) se haría realidad como mínimo para el 2040. Pero esa realidad ya está aquí. La verdad es que nadie tiene idea de para qué ni de qué manera será utilizada la inteligencia artificial en el futuro. Ya que, mientras más se desarrolla, se dirige a un dominio general, alejado de lo específico. Según Max Tegmark, estamos presenciando el nacimiento de una nueva forma de vida. La cual se niega a ser encasillada.

Por esto solo era cuestión de tiempo para que la industria del modelaje optara por cortar costos, generando campañas de modelaje en un instante a través de una inteligencia artificial. Y por supuesto, el primer lugar en el que esta práctica se ha hecho ampliamente popular es en la China de hoy en día. Apenas se masificó su uso, aparecieron una serie de problemas bastante perturbadores.

Una herramienta que hizo temblar a la industria

En el 2020, el gigante chino Alibaba hizo disponible en su plataforma un generador de modelos digitales, llamado Taji. Los comerciantes podían escoger entre cien modelos distintos, de edades y razas variadas. Luego subían imágenes de sus productos y el programa generaba imágenes de los modelos usando esa ropa. Para finales del 2022, 29.000 vendedores habían utilizado Taji para producir más de 1,6 millones de imágenes generadas por inteligencia artificial, según un reporte de Alibaba. Esos números deben haber incrementado muchísimo desde entonces.

El enorme atractivo que despierta esta alternativa virtual se debe a que abarata muchísimo los costos, como es el caso cada vez que se automatiza una tarea. En promedio, una modelo de verdad en China cobra entre 1400 y 1600 yuan la hora (200-225$). Eso sin contar los demás gastos que una sesión de fotos profesional involucra: maquillistas, fotógrafos, el alquiler del set, etc. Mientras que Taji de Alibaba es gratis. También existe la opción de contratar a ilustradores profesionales, quienes utilizando el generador Stable Difusion son capaces de entregar un producto mucho más realista y personalizado. Esta alternativa no es gratis, pero sale mucho más barata que el proceso tradicional.

Este es el dilema al que se enfrentarán todas las industrias del mundo tarde o temprano. Es una especie de dilema del prisionero, porque probablemente la mayoría de compañías prefieran trabajar con modelos de verdad, por todas las ventajas inherentes al proceso creativo. Sin embargo, ¿qué pasa cuando tus competidores comienzan a ahorrar dinero mientras realizan más campañas publicitarias que nunca? La naturaleza de la competencia podría forzar a los comerciantes a decidirse por utilizar la alternativa más barata.

La empresa Levis también ha experimentado con campañas con modelos generadas por inteligencia artificial. Ofreciendo a sus clientes la opción de cambiar la etnicidad y el tipo de cuerpo de la modelo por uno que se parezca más al de ellos.

Un estándar de belleza ficticio

El problema es que la gran mayoría de imágenes generadas por estas inteligencias artificiales son bastante similares, de una manera perturbadora. Por supuesto existe más demanda por modelos femeninas. Las mujeres que aparecen en estas fotografías virtuales representan un estándar de belleza propio de las series de animación japonesa: ojos gigantes, caderas anchas, figura extraordinariamente delgada, senos enormes y rostro pequeño e infantil. Es grotesco que estas mujeres falsas y sexualizadas al extremo vayan a ser usadas para venderle ropa a mujeres reales. Muchos usuarios reportan que estas modelos virtuales parecen actrices pornográficas. Lo cual es curioso dado que los posibles clientes no son hombres heterosexuales.

Resulta que softwares como Stable Difusion generan imágenes basándose en modelos de machine learning. La mayoría de ilustradores escogen el modelo ChilloutMix, el cual fue entrenado con la base de datos Civitai, siguiendo la palabra clave "doll-likeness", o sea "aspecto de muñeca". Lo que quiere decir que desde el primer momento el proceso está viciado, la tecnología tiene un prejuicio por el cual es propensa a crear imágenes de mujeres que poco tienen que ver con cómo se ve una mujer de verdad.

Un post viral en la red social china Weibo compara las fotos de una modelo humana (izquierda) con una selección de imágenes generadas por inteligencia artificial. El post afirmaba que las modelos virtuales son superiores a la de verdad.

Se espera que las empresas reaccionen y se esfuerzan para que sus modelos generadas por inteligencia artificial dejen de parecer muñecas sexuales. La industria en China se encuentra dominada por hombres, lo que ayuda a explicar cómo nadie notó un problema hasta que las usuarias se quejaron. Es lógico que el sexismo de la sociedad se filtre dentro de tecnologías como esta. Tener consciencia de estos prejuicios inconscientes es esencial para solucionar el problema.

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