El terror religioso no es sencillo. Ya lo decía Dario Argento, que luego de dirigir la espeluznante Inferno, confesó que nunca podría ver los símbolos de la fe de la misma manera. El subgénero trata de subvertir todos los elementos relacionados con lo místico, las creencias y la espiritualidad hacia lugares más macabros. De la blasfemia, demonios, ritos oscuros, sitios sagrados profanados por obra del mal. Las películas con temática que exploran directamente en lo profano, se han convertido en las favoritas de los amantes de lo espeluznante. 

En especial, cuando los temas se vuelven más extremos, violentos y brutales. Desde El Exorcista, que planteó dilemas éticos y morales, entre oraciones y vomito color verde, hasta La profecía, que analizó la Biblia como un escenario de horror. Lo cierto es que el plano religioso, llevado a los códigos del cine de género, suele ser un experimento que resulta bien. O cuando menos, se hace más siniestro a medida que profundiza en el ámbito de lo sobrenatural, esta vez conectado con lo divino. 

Con la cercanía de Semana Santa, es momento propicio para repasar algunas de las películas recientes, que han indagado en los dogmas de fe como parte de lo aterrador. De monjas que descubre secretos inconfesables, a niños aterradores que se convierten en monstruos al malinterpretar lo sagrado. La selección abarca varias rarezas del tema, ideal para explorar en un tipo de temática que sigue sorprendiendo por su variedad y retorcida visión del mundo religioso. 

Hermana muerte

Con Verónica (2017), el director Paco Plaza exploró en el tópico de la posesión a través de un conocido caso real. Lo que le permitió mezclar terrores y paranoias colectivas en un escenario novedoso. Pero en medio de la historia de la adolescente maltratada y al final asesinada por fuerzas ocultas, había una figura misteriosa. La hermana Narcisa (Consuelo Trujillo), era el contrapunto del enigma que planteaba el guion. La religiosa ciega, que fumaba a escondidas y parecía tener las respuestas acerca de lo sobrenatural, se convirtió en un elemento intrigante y retorcido en la trama. 

En Hermana muerte (2023), lo acontecido con Narcisa (interpretada esta vez por Aria Bedmar y Almudena Amor) antes de llegar a Madrid, es el centro de un suceso paranormal. En medio de la guerra civil española, la por entonces novicia, debe enfrentar un mal antiguo y retorcido. 

Mucho más, uno que se conecta con la idea acerca de la maternidad y la búsqueda del propósito de la bondad. Contada a través de flashbacks, imágenes que emulan los tétricos videos NODOS y por último, una puesta en escena gótica, la cinta es una terrorífica visión sobre la fe. A la vez, de los excesos de quienes la profesan y los dolores del fanatismo. 

Ruega por nosotros

La adaptación del libro del mismo nombre de James Herbert, intenta responder la enigmática cuestión acerca de qué es un milagro. Pero más que un problema que se relacione con las creencias, lo profundiza a partir de la ambigüedad de un fenómeno extraordinario. El argumento del director y también guionista Evan Spiliotopoulos, se interesa por punto clave. ¿Qué hace que un suceso asombroso sea, por necesidad, bueno? 

Gerard (Jeffrey Dean Morgan, de The Walking Dead) es un periodista que tratará de responder la pregunta. Con nada que perder, arriesgará su reputación para llegar al fondo de un suceso inexplicable. Alice (Cricket Brown), la devota sobrina de un pastor, asegura ser capaz de ver una aparición divina. Que, además, le da órdenes para evangelizar y obrar en lo que parece un sagrado propósito.

Pero, todo se volverá más turbio, cuando Gerald descubra que lo que se oculta detrás de las curaciones milagrosas y cantos de fe es un peligro latente. Uno capaz de obrar el horror por medio de Alice y todos los creyentes a su alrededor. Una premisa que funciona mientras la película se cuestiona duramente sobre la posibilidad que la religión sea un evento emocional que encumbre algo más peligroso. 

La semilla del mal

La película, dirigida y escrita por David S. Goyer, explora la mitología del judaísmo desde un ángulo tenebroso. Cuando Casey (Odette Annable), comience a sufrir de lo que parece un padecimiento ocular, una puerta hacia lo inexplicable se abrirá para ella. 

Desde visiones de un niño desconocido que la acecha en todas partes, hasta la posesión de otro. Gradualmente, a su alrededor comenzará a manifestarse un tipo de fuerza impura que la llevará a buscar respuestas y ayuda en los lugares que menos imagina. Lo que incluye, la oficina del rabino Sendak (Gary Oldman), en la que buscará comprender la naturaleza del dybbuk que le amenaza y que, luego, intenta asesinarla.

Para Casey la situación se volverá más caótica cuando comprenda que la aparición es parte de algo más poderoso y antiguo, relacionado con su familia y la tragedia del holocausto nazi. Lo que le llevará a una travesía a través de sus raíces y al origen del terror que le rodea. ¿Un dato curioso? La semilla del mal incluye una de las pocas escenas de un exorcismo de la religión judía de las últimas décadas. 

Saga ‘La monja’

En — hasta ahora — dos cintas, el spin off de la franquicia Los expedientes Warren, narró los orígenes del demonio Valak (Bonnie Aarons) y su batalla contra la hermana Irene (Taissa Farmiga). Pero más allá de las convenciones del género y la baja calidad de su guion, la subfranquicia tiene puntos rescatables. Para comenzar, su exploración sobre el origen y la propagación del mal, a través de la fe, el miedo y los espacios oscuros de la mente humana.

Al otro lado, la exploración de un amplio simbolismo cristiano, que utiliza con inteligencia en diferentes momentos de su argumento. De la historia de mártires hasta la importancia las reliquias. Las películas analizan la forma en que se comprende lo divino y cómo, interactúa con los códigos del cine de terror. Pero más allá de eso, se trata de una versión sobre lo macabro con inspiración religiosa, que juega con la idea de lo profano y el poder de la fe para lograr un escenario macabro. 

Los niños del maíz

Esta adaptación del cuento corto de Stephen King del mismo nombre, es un singular de cine de terror religioso, enfocado en medio de lo pagano y el fanatismo. El director Fritz Kiersch logró mezclar ambas premisas, en un argumento que no solo explora la trama original del escritor y la lleva a otro espacio, acentuando lo relacionado con mitos y leyendas del paganismo. También, la dotó de algunos puntos de horror folclórico, que convirtieron a la cinta en una rareza por la época. 

Cuando Burt (Peter Horton) y su esposa Vicky (Linda Hamilton), lleguen por accidente a un pueblo abandonado en la Norteamérica profunda, no sospecharán acerca del horror que les espera. De un grupo de niños exaltados por un frenesí de devoción enfermiza a una entidad escondida entre las cosechas. El horror espera en forma de cánticos religiosos y al final, la muerte en medio de oraciones profanas. El punto más aterrador del argumento. 

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