En Avatar: La leyenda de Aang, Netflix ha adpatado la primera temporada de la reconocida serie animada del mismo título. El proyecto aspiraba a darles a los fans una buena adaptación live-action después de aquella terrible película que M. Night Shyamalan estrenó en el año 2010. Esta vez, el público ha respondido. Y aunque las críticas no han sido tan optimistas como las de One Piece, los números de audiencias sí lo son. De hecho, son aún mejores. La serie es ya uno de los mejores estrenos en la historia de la plataforma.

En su último episodio, el equipo Avatar llegaba hasta la Tribu del Agua del Norte. En su capital, Agna Qel'a, Aang, Katara y Sokka tienen que ayudar a defender a la población de un devastador ataque de la Nación del Fuego. El comandante Zhao ha conseguido dar con ellos y se dispone a derrotarlos de una vez por todas. Pero resulta que los planes de este perverso villano son aún más malignos. Por un lado, confirma que quiere llegar a ser el nuevo Señor del Fuego, sustituyendo a Ozai.

Y, por otro lado, quiere llevar a cabo un acto que interfiere directamente con el mundo de los espíritus de Avatar: La leyenda de Aang. Resulta que en Agna Qel'a se encuentra un Oasis Espiritual con un pequeño estanque. En él viven dos peces. Pero, en realidad, son nada menos que los espíritus del océano y de la luna, que cada cierto tiempo se manifiestan en forma mortal para saber lo que es la vida. El primero de ellos es el espíritu que da vida a toda la Tribu del Agua. El segundo es el que otorga sus poderes a los maestros del agua.

El plan de Zhao es asesinar a este último. Al hacerlo, nadie podrá dominar el agua, acabando así con el control de uno de los cuatro elementos. Y, aunque Aang y los demás intentan frenarle, finalmente consigue su objetivo. El militar de la Nación del Fuego atrapa al pez blanco del espíritu de la luna y le clava un puñal. A partir de ahí, el caos se desata.

Avatar: La leyenda de Aang

El sacrificio de Aang y el Koizilla

Sin el poder del agua, Agna Qel'a está indefensa frente al ataque de la Nación del Fuego. Pero entonces, Aang comprende lo que durante toda la temporada llevaba rehuyendo. Ser el Avatar implica sacrificarse para otorgarle paz y equilibrio al mundo. Por eso, toma una drástica decisión. El protagonista de Avatar: La leyenda de Aang le ofrece su cuerpo al espíritu del océano, que ha quedado desolado y muy enfadado por la muerte de su contraparte. El pequeño se mete al estanque, entrando en estado Avatar y fusionándose con el pez negro.

El resultado de esta fusión de Aang y del espíritu del océano da como resultado a Koizilla. Se trata de un gigantesco monstruo hecho de agua y de luz. Es la materialización de la ira del espíritu del océano, que quiere vengarse por lo ocurrido a la luna. No es la primera criatura fantástica que aparece en Avatar: La leyenda de Aang, pero sí es la que más llama la atención por la manera en la que ha sido creada. Su tamaño es enorme y sus poderes parecen imparables.

Ni siquiera todas las fuerzas del ejército de la Nación del Fuego son capaces de detener a Koizilla, que los expulsa de Agna Qel'a. Para frenar a este poderoso monstruo, tienen que darse dos circunstancias a la vez. Por un lado, Katara consigue conectar con Aang, presente en el centro de Koizilla. La incipiente maestra del agua le pide que regrese y que ponga fin al funesto espectáculo. Por otro lado, la princesa Yue, que en su interior albergaba parte del espíritu de la luna, da su vida para que este resucite.

Avatar: La leyenda de Aang

Al darse ambas circunstancias, Koizilla al fin retrocede y, en última instancia, la fusión se deshace. Hay que señalar que la enorme criatura no es un añadido del remake de Avatar: La leyenda de Aang, sino que nace de la serie original. Su aparición supuso un punto de inflexión con el que la primera temporada terminaba. Netflix ha querido ser fiel a la historia pese a tratarse de una trama muy especial y delicada, ya que su ausencia habría sido imperdonable por parte de los fans.