A la hora de dormir, cada cual tiene sus manías. Hay quienes no pueden usar calcetines y quienes son incapaces de conciliar el sueño sin ellos. También hay personas que necesitan mil mantas y otras que, incluso en invierno, no soportan el peso de mucha ropa de cama. Pero, sin duda, uno de los factores que más nos diferencian a la hora de dormir es el uso de almohadas. Algunas personas necesitan solo una, otras amontonan varias. Incluso hay quien duerme sin ninguna y asegura que es la mejor opción. ¿Pero es cierto? ¿Es mejor dormir con almohada o sin ella?

La respuesta es compleja, como muchas de las cuestiones que tienen que ver con nuestra salud. Y es que, en un mundo ideal, no necesitaríamos dormir con almohada para nada. Pero no vivimos en un mundo ideal.

Vivimos en un mundo en el que nuestras rutinas y posturas van haciendo mella en nuestra columna, haciendo muy necesario el uso de una almohada. Ahora bien, ¿cómo debe ser? ¿Es necesario tener alguna consideración a la hora de elegirla y comprarla? Veamos lo que dice la ciencia.

¿Por qué no sería necesario dormir con almohada en un mundo ideal?

Un mundo ideal sería ese en el que pasamos sentados el tiempo justo y necesario. Practicamos ejercicio, caminamos con regularidad y tenemos trabajos que no requieren un sedentarismo extremo. En ese trabajo, las patologías de la columna serían mucho menos comunes de lo que lo son en el que vivimos. Y, en ese caso, no necesitaríamos dormir con almohada.

Lo ha explicado a Hipertextual el fisioterapeuta Gustavo Fabián Carreño. “Lo que le digo siempre a mis pacientes es que con una columna flexible podríamos dormir hasta encima de una piedra o del tronco de un árbol”, relata.  “El problema es que toda nuestra vida social y nuestro trabajo son cada vez más sedentarios y eso produce rigidez en el sistema de sostén de la columna”. 

Por ese motivo, sí que es necesario dormir con almohada. Ahora bien, para elegir una, no hay fórmulas mágicas.

¿Cuál es la posición perfecta?

Otro fisioterapeuta, Roberto Junquera, explica en su web que, en parte, el uso de almohada, cuando no hay patologías, es más bien una cuestión de costumbre. Durante años hemos asumido que es necesaria para dormir y ya no podemos estar sin ella. Pero en algunas posiciones, concretamente boca arriba, podría no ser necesaria. Todo depende de las necesidades de la columna de cada persona. 

A grandes rasgos, Carreño señala que el tipo de almohada dependerá de si dormimos boca arriba o boca abajo:

“Para dormir boca arriba, sin almohada o almohada baja. Y para dormir de lado, una almohada que nos mantenga la cabeza lo más recta posible, alineada con nuestra columna vertebral." 

Gustavo Fabián Carreño, fisioterapeuta
dormir almohada
Nuestras rutinas durante el día influyen mucho más en el dolor al despertar que la almohada que usemos. Crédito: Tim van de Kuip (Unsplash)

¿Qué pasa con los materiales?

Ya sabemos que dormir con almohada no es indispensable, pero que la inmensa mayoría de las personas sí que la necesitan. Ahora bien, ¿hay almohadas perfectas?

“La gente gasta fortunas en almohadas, pero no es necesario”, aclara el fisioterapeuta entrevistado para este artículo.  “Cada cual debe elegir una almohada a la que se acostumbre bien, pero lo fundamental no es tanto lo que pasa durante el sueño como lo que hemos hecho en el día previo”. Lo aclara con un ejemplo. “Si estás 8 horas en un ordenador, con los hombros hacia delante, y compensando tu centro de gravedad con la cabeza hacia delante, eso es lo que te provoca el daño y que te levantes con dolor cervical, no tanto la forma o el tamaño de la almohada”.

Por eso, nuestros hábitos diarios son lo primero que debemos cuidar antes de elegir almohada. Hecho esto, del mismo modo que el tamaño depende de cada persona, el material también. “ Dicen que las de viscoelástica son las mejores, pero a mí personalmente no me gustan, porque terminan cediendo demasiado”, señala Carreño.  “Debe ser un material que te sujete, básicamente que, a la altura que te lo pongas, aguante lo que más pueda durante toda la noche”.

Para ello, señala que hay almohadas con relleno tipo guata o mitad viscoelástica y mitad espuma que, por un precio aproximado de 10 euros, resultan muy útiles. 

En definitiva, sí, es verdad que dormir con almohada no es indispensable. Pero, con las vidas que llevamos y en el mundo en el que vivimos, suele ser bastante necesario. Nuestro objetivo es intentar que todo el cuidado de nuestra espalda no recaiga en la almohada, sino hacer bien los deberes durante el día. Una vez hecho esto, necesitamos una almohada que nos sujete, simple y llanamente. Para eso, no es necesario gastar una fortuna en ella.