Sobre el telescopio James Webb, hubo mucho este año. El observatorio espacial más potente cumplió en 2023 su primer año y medio operativo. Lo que ya conocíamos, nos lo ha mostrado ahora con un nivel de precisión impresionante. Y en aquellos rincones inexplorados, nos ha revelado mundos que difícilmente hubiésemos sospechado alcanzar.

Este año, por ejemplo, vimos por primera vez una postal de Saturno luciendo sus 13 anillos, gracias a los sensores de luz infrarroja con los que está equipado el instrumento. También nos ha revelado nuevos detalles sobre la muerte de algunas estrellas. Y nos regaló una imagen inédita del corazón de la Vía Láctea, a unos 25.000 años luz de nuestra Tierra, con un nivel de resolución y sensibilidad que solo el telescopio James Webb puede alcanzar.

Pero ni hablar de lo que no sabíamos ni que existía. Descubrimos que allá afuera hay un planeta extremadamente caliente en el que llueve arena. Y que otro exoplaneta 8,6 veces más masivo que la Tierra es potencialmente acuático, con un entorno prometedor para buscar vida.

«El telescopio espacial James Webb ha transformado la visión del cosmos de la humanidad», dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson, en julio pasado, cuando cumplió el primer año en funcionamiento. «Ha permitido a los científicos de todo el mundo hacer y responder preguntas con las que antes ni siquiera podían soñar», dijo Nelson. Entre todos

El Telescopio James Webb ha sido diseñado para tener una vida útil mínima de cinco años, que podrían extenderse hasta un total de 10 años. Así que todavía hay mucho más para ver. Para cerrar el año, te compartimos cuatro descubrimientos del Webb que rompieron récords este año.

1. El telescopio James Webb encuentra el agujero negro más antiguo

Sí, un grupo de científicos descubrió el agujero negro más antiguo hasta ahora gracias al Telescopio James Webb. Se estima que se creó apenas unos 470 millones de años después del Big Bang. El descubrimiento fue posible gracias a la tecnología combinada del Webb y el Observatorio de Rayos X Chandra, ambos administrados por la NASA.

El universo tiene 13.700 millones de años. Por lo tanto, la edad de este agujero negro es de 13.200 millones de años. En otras palabras, surgió cuando el universo tenía solo el 3% de su edad actual.

El agujero negro fue captado en una etapa temprana de crecimiento que nunca antes se había presenciado, donde su masa es similar a la de su galaxia anfitriona. Se encuentra en una galaxia llamada UHZ1, que está en dirección al cúmulo de galaxias Abell 2744. Y hay otro dato que sorprendió a los investigadores: es enorme. Es 10 veces más grande que el agujero negro de nuestra Vía Láctea.

Ilustración de un agujero negro.
Ilustración de la NASA de un agujero negro.

2. El telescopio James Webb descubre estrellas en formación a distancia récord

Uno de los más recientes es el descubrimiento de estrellas bebes en una galaxia a 2,8 millones de años luz de la Tierra. Es millones de años luz más lejos que cualquier observación de estrellas recién formadas realizada hasta ahora.

Estos «objetos estelares jóvenes» están en el brazo sur de la galaxia espiral del Triángulo (M33). Los astrónomos utilizaron el generador de imágenes de infrarrojo medio (MIRI) del Telescopio James Webb. Encontraron 793 de estas estrellas jóvenes, escondidas dentro de enormes nubes de gas y polvo.

Los «objetos estelares jóvenes» no habían sido captados más allá de la Vía Láctea y las Nubes de Magallanes. Son el estándar de oro para rastrear la formación de estrellas en las galaxias.

Galaxia M33
La galaxia espiral M33 está ubicada en la constelación Triangulum.

3. La enana marrón más pequeña que flota libremente

El telescopio espacial James Webb encontró la estrella enana marrón más pequeña hasta ahora que flota libremente. Está a unos mil años luz de nuestro planeta, junto a otras estrellas similares. A las enanas marrones a veces se les llama estrellas fallidas: se forman mediante un colapso gravitacional, pero nunca ganan suficiente masa para iniciar una fusión nuclear.

Esta estrella pesa solo entre tres y cuatro veces la masa de Júpiter. Se encontró en el cúmulo estelar IC 348, a unos mil años luz de distancia en la región de formación estelar de Perseo. La sensibilidad infrarroja del Webb permitió detectar objetos más débiles, imperceptibles para los telescopios terrestres.

«Una pregunta básica que encontrará en todos los libros de texto de astronomía es: ¿cuáles son las estrellas más pequeñas? Eso es lo que estamos tratando de responder», dijo Kevin Luhman, autor principal de la investigación y científico de la Universidad Estatal de Pensilvania.

El cúmulo de estrellas IC 348, en el que econtraron a la estrella enana.

4. El James Webb encuentra cientos de galaxias antiguas

El Telescopio James Webb encontró cientos de galaxias antiguas en dos pequeños parches de cielo: uno en la constelación de la Osa Menor y otro en dirección al cúmulo Fornax. Dentro de esta zona, había más de 700 galaxias jóvenes que revelan cómo se veía el cosmos en sus inicios.

Estas regiones ya habían sido observadas antes, pero el 93% de estas galaxias fueron observadas este año por primera vez gracias al Webb. «Estas son las galaxias que están iniciando el proceso de creación de los elementos y la complejidad que vemos hoy en el mundo que nos rodea», dijo Kevin Hainline, profesor asistente de investigación en el Observatorio Steward en Arizona y autor principal del estudio publicado en junio.

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Andy Holmes (Unsplash)