El telescopio espacial James Webb apuntó hacia el enigmático Urano y, como siempre, no decepcionó con el resultado. El potente instrumento de la NASA, equipado con la mejor tecnología disponible hasta ahora, capturó como nunca antes la serie de 13 anillos del gigante hielo y varias de sus lunas.
Hasta este año, Urano solo había sido fotografiado directamente dos veces. La primera foto la tomó la nave espacial Voyager 2 —en 1986— y luego lo hizo el Observatorio Keck con base en la Tierra —la primera vez, en 2004—. El planeta era para nosotros una bola azul, plácida y sólida. Pero el James Webb transformó esta imagen.
El potente telescopio nos regaló su primera postal de Urano en abril pasado. Una imagen impresionante en la que, sin embargo, solo se alcanzaban a ver 11 de sus 13 anillos. Los otros dos anillos de Urano, los más externos, no habían sido capturados porque son muy tenues.
El James Webb ahora ha aprovechado sus sensores de luz infrarroja para mostrarnos más detalles de lo que había revelado antes. Y, finalmente, expone los dos últimos anillos esquivos de Urano, el séptimo planeta de nuestro sistema contando desde el Sol. También tomó imágenes de muchas de las 27 lunas conocidas e incluso vio algunas lunas pequeñas dentro de los anillos.
Otros nuevos detalles que mostró la NASA tienen que ver con la capa de nubes estacional del polo norte del planeta. En comparación con la imagen de Webb de abril pasado, algunos aspectos de la gorra son ahora más fáciles de ver. Entre ellos, el casquete interior blanco y brillante y el carril oscuro en la parte inferior del casquete polar, hacia las latitudes más bajas.
Urano, el gigante frío de muchos anillos
Urano es muy frío y ventoso. Lo distingue una rareza: gira en un ángulo de casi 90 grados con respecto al plano de su órbita. Esta inclinación hace que parezca que el planeta gira de costado. Por esta forma de girar, Urano tiene las estaciones más extremas del sistema solar.
Durante casi una cuarta parte de cada año uraniano, el Sol brilla sobre un polo, hundiendo la otra mitad del planeta en un oscuro invierno que dura 21 años. Y es que un día dura un poco más de 17 horas, pero un año equivale a 84 años en la Tierra.
En la nueva imagen del James Webb se pueden ver varias tormentas brillantes cerca y debajo del borde sur del casquete polar, explicó la NASA en un comunicado. El número de estas tormentas, la frecuencia y el lugar en que aparecen en la atmósfera de Urano, podrían deberse a una combinación de efectos estacionales y meteorológicos.
El casquete polar parece volverse más prominente cuando el polo del planeta comienza a apuntar hacia el Sol, a medida que se acerca el solsticio y recibe más luz solar. Urano alcanzará su próximo solsticio en 2028. Por eso, los astrónomos están ansiosos por observar cualquier posible cambio en la estructura de estas características.
La atmósfera está compuesta principalmente de hidrógeno y helio, pero también incluye grandes cantidades de agua, amoníaco y metano. Urano es de color azul verdoso porque, precisamente, tiene grandes cantidades de metano que absorben la luz roja, pero permite que los azules se reflejen hacia el espacio.
Los detalles expuestos gracias a la tecnología del James Webb, como los del cercano anillo Zeta, serán clave para planificar futuras misiones a Urano. El planeta también sirve a los científicos como una muestra para estudiar los casi 2.000 exoplanetas de tamaño similar que se han descubierto en las últimas décadas.