Ridley Scott siempre ha sido un director muy dado a decir lo que piensa. A sus 85 años, no necesita ponerle filtro a sus palabras. Y con la promoción de Napoleón lo está dejando muy claro. De hecho, varias de sus declaraciones no están sentando nada bien en Francia. El cineasta ha llevado a cabo un proyecto de ambición colosal para retratar al militar. Y aunque fuera se le perciba como un conquistador y en muchos casos un hombre sádico y violento, los franceses le tienen en alta estima y no han dudado en defenderle.

Así, algunas críticas a Napoleón han sido muy destructivas, catalogándolo incluso de "Barbie y Ken en el Imperio". También la han definido como un cúmulo de inexactitudes torpes, antinaturales y antifrancesas. Pero al juego del contraataque, Scott es un maestro. Y cuando en entrevistas posteriores le han preguntado por tales comentarios, no ha tenido pelos en la lengua para responder. "Los franceses no se gustan ni a sí mismos", decía ante la BBC. Una frase que ha dado la vuelta al mundo y que se ha hecho ya un hueco entre las más icónicas de la vida del director.

Pero sus ataques hacia Francia y, sobre todo, hacia aquellos que se han postulado tan visceralmente contra su película, no han acabado ahí. Durante su visita a España atendió a los medios de comunicación en el Museo del Prado. Y cuando fue cuestionado por el tema por el diario ABC, volvió a dejar clara su postura con respecto a Napoleón y su ejército. "Hicisteis muy bien echando a los franceses", ironizaba Ridley Scott. Eso sí, deja claro que al público al que le puso su filme en París la película le encantó. Es consciente de que las descalificaciones vienen por parte de sectores muy concretos.

Ridley Scott, contra los historiadores por Napoleón

Entre ellos están quienes pretenden salvaguardar la fidelidad histórica al completo, incluso en el terreno de la ficción. Para ellos, Scott también ha tenido unas cuantas palabras. "Es una absoluta gilipollez", espetaba en declaraciones a Europa Press. "Siempre habrá historiadores que digan esto, pero de lo que no quieren hablar es de que se han escrito más de 2.500 libros sobre la figura de Bonaparte. Eso significa que hay una gran cantidad de especulación y de visiones diferentes, lo que también implica falta de rigor", reflexiona.

Esta misma idea la había defendido unos días antes ante The Times. "Napoleón murió. Diez años después, alguien escribió un libro. Después, alguien escribió otro libro basado en ese primer libro, y así hasta 400 años después", sugiere. Por eso, considera que no puede decirse nada sobre su proyecto, por muchas licencias que se haya tomado. "Cuando un historiador me dice algo, le pregunto: ¿Tú estabas allí? No. Así que cierra la puta boca", sentencia. En The New Yorker, lo que Ridley Scott les pedía era que se "compren una vida".

Tuvo que ser el propio Joaquin Phoenix, que da vida a Napoleón en la cinta, quien matizara a su director. "Si realmente quieres comprender de verdad a Napoleón, probablemente deberías hacer tu propia investigación. Porque si ves esta película, es una experiencia contada a través de la mirada de Ridley", recomendaba el intérprete. Sea como sea, está claro que por muchos años que pasen, Ridley Scott no ha perdido ni un ápice de su autenticidad. Y entre tanto, la película llega a los cines el 24 de noviembre.

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