¿Quién no ha intentado alguna vez ganarse el cariño de otra persona a través del estómago? Demostrar el amor a través de la comida es algo de lo más habitual. Pero no solo con humanos. También con nuestros amigos peludos, tanto perros como gatos. Sin embargo, según un nuevo estudio sobre la sobrealimentación de los gatos, esa forma de dar amor puede ser contraproducente.
Y es que, al contrario de lo que podríamos llegar a pensar, comer más no significa extraer más nutrientes de la comida. De hecho, lo que demuestra este estudio es precisamente que la sobrealimentación de los gatos conduce a un deterioro en la absorción de nutrientes. Además, por si eso fuese poco, se altera la composición de la microbiota intestinal de los felinos.
Por todo esto, si queremos demostrar amor a nuestros gatos, será mucho mejor darles un hogar confortable, rascadores, algún juguete y, por supuesto, comida, pero en su justa medida. Es una medida que varía mucho de unos gatos a otros, por lo que puede ser aconsejable preguntarle a su veterinario. Una vez que conozcamos sus raciones idóneas, lo mejor será que intentemos no pasar por encima de ellas.
El peligro de la sobrealimentación de los gatos
En este estudio participaron en total 11 gatas adultas esterilizadas. Los experimentos se llevaron a cabo en dos fases. En la primera, todas ellas tomaron una dosis de comida calculada para sus necesidades, de forma fija y durante dos semanas.
Después, durante 18 semanas, se les dio exactamente la misma comida, pero se les puso a su disposición para que ellas comiesen todo lo que quisieran. Paralelamente, se fueron tomando mediciones y observaciones de datos como su actividad física, la grasa corporal o la composición de sus heces.
Hubo unas gatas más glotonas que otras. Pero, en general, cuando se les deja elegir, lo lógico es que se pasen de las dosis recomendadas. Como era esperable, las que más lo hicieron empezaron a engordar, con cambios más que significativos en su peso y la cantidad y distribución de grasa corporal. Curiosamente, y en contra de lo esperado, no hubo cambios en su actividad física.
Pero, incluso manteniéndose activas, experimentaron los peligros de la sobrealimentación de los gatos. Estos se vieron al analizar sus heces, ya que no solo defecaban más. Los excrementos también tenían un pH más ácido.
Ambas cuestiones indican que la comida estaba pasando demasiado rápido por sus intestinos, de manera que no estaban absorbiendo los nutrientes correctamente en comparación con los animales que comieron menos.
¿Qué pasa con la microbiota intestinal?
La microbiota intestinal es esencial para cualquier ser vivo que la tenga, no solo para los humanos.
Se trata de las colonias de microorganismos que viven en los intestinos, donde llevan a cabo principalmente dos funciones. Por un lado, ayudan a digerir los alimentos. Ellas sacan beneficio, pues aprovechan para llevar a cabo sus funciones metabólicas. Por otro lado, sirven como barrera defensiva, al combatir a otros microorganismos, generalmente patógenos, que intentan colonizar el intestino.
Es esencial que las poblaciones de microorganismos que viven en los intestinos sean variadas y, sobre todo, con una mayor proporción de bacterias no patógenas. Tras la sobrealimentación de los gatos se ha visto que estas poblaciones se alteran. Aún no se ha indagado en mucha profundidad, pero podría ser que la variedad y proporción de bacterias no patógenas disminuya, pudiendo causar problemas digestivos a nuestras mascotas.
Por todo esto, debemos recordar que, por mucho que los gatos salvajes puedan comer lo que quieran, los que tenemos en casa no deberían hacerlo. Debemos recordar que el gato doméstico es eso. Un gato que debe comer en casa. No es recomendable que salga a la calle, ni que coma alimentos crudos, ni mucho menos que ingiera toda la comida que desee. Ahora sabemos cuáles pueden ser las consecuencias, lo mejor será evitarlas.