Algunas marcas de ropa aconsejan no lavar los vaqueros más que lo estrictamente necesario y, ante todo, evitar la lavadora. En los últimos años, una de las personas que más se ha encargado de concienciar sobre ello ha sido el CEO de Levi's, Charles Bergh. Según él, lo ideal es lavar solo las zonas manchadas y, en caso de que el pantalón esté sudado por completo, lavarlo a mano. Pero eso únicamente si no queda más remedio.

El hecho de no lavar los vaqueros aporta bastantes beneficios. Para empezar, dado que fabricar estas prendas supone una huella de carbono y un consumo de agua inmensos, cuanto menos se laven más fácil se podrá recuperar esa afrenta al medioambiente. Pero, además, si no se lavan se mantendrán sus colores y texturas durante más tiempo. Sobre todo en lo que se conocen como raw denim. Es decir, vaqueros que se cosen en su estado natural, sin tratamientos ni prelavados.

Vale, está claro que no lavar los vaqueros puede tener muchas ventajas. ¿Pero no es una guarrada? Esta pregunta se la hizo en 2009 un estudiante de la Universidad de Alberta quien, junto a una de sus profesoras, decidió realizar un experimento científico de lo más curioso. Básicamente, llevó los mismos vaqueros durante 15 meses, sin quitárselos a veces ni siquiera para dormir. Los resultados podrían haber sido nauseabundos, pero lo cierto es que resultaron bastante sorprendentes.

Los falsos riesgos de no lavar los vaqueros

Este estudiante de la Universidad de Alberta, Josh Le, quería saber qué ocurre al no lavar los vaqueros durante mucho tiempo.

Para ello, en 2009 tomó unos pantalones recién comprados y comenzó a usarlos día tras día, a lo largo de 15 meses. Incluso durmió con ellos durante un mes. En ese tiempo, aunque él sí mantuvo una buena higiene, con los vaqueros solo se limitó a eliminar manchas superficiales. Por ejemplo, si se derramaba algo de salsa sobre ellos, la retiraba con una toalla de papel. Nada más.

Para evitar el olor, los introdujo en el congelador una vez cada dos semanas, así que ese fue el único tratamiento al que los sometió. Pasados los 15 meses, su profesora de ciencias textiles, Rachel McQueen, tomó algunas muestras de la superficie del pantalón y las analizó en busca de bacterias.

Después, Le pudo lavar los vaqueros en la lavadora y comenzar a usarlos otra vez, día tras día, durante dos semanas.

A continuación, McQueen volvió a tomar muestras y comparó las poblaciones bacterianas con las que se midieron antes del lavado. Así, vio que la cantidad de bacterias era muy similar. Concretamente, había entre 8.000 y 10.000 unidades formadoras de colonias por centímetro cuadrado en el área de la entrepierna, de 1.500 a 2.500 en la parte posterior y de 1.000 a 2.000 en la parte delantera. En cuanto a la composición, tampoco hubo diferencias significativas.

De hecho, según explicó en un comunicado la profesora, esperaba encontrar algunas bacterias de la porción interior del intestino, como E. coli. Si bien estas conviven con nosotros regularmente, su acumulación sí que puede dar lugar a enfermedades. Pero no se encontraron. La inmensa mayoría de bacterias que se detectaron en el pantalón, tanto en la primera parte del experimento como en la segunda, procedían de la piel de Le. Estas bacterias de la piel son totalmente inocuas, por lo que el estudiante no había corrido peligro en ningún momento.

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Sobre todo, se debe evitar usar la lavadora para lavar los vaqueros. Crédito: Ricardo Gómez (Unsplash)

¿Podemos copiar el experimento?¿

Lo que hizo este estudiante es claramente un fenómeno extremo. No debemos dejar los vaqueros sin lavar durante 15 meses. Mucho menos si los usamos todos los días.

La congelación, aunque a Le pareció darle resultado, no sirve de mucho para evitar la proliferación de bacterias, inocuas o no, por lo que el olor termina siendo inevitable. Pero sí que es verdad que este experimento demuestra que podemos lavar los vaqueros mucho menos de lo que lo hacemos normalmente. Desde luego, no tras cada uso. Si no se han sudado mucho y están bien, quizás incluso podrían dejarse varias semanas con un uso regular.

Ahora bien, si hay manchas o detectamos mal olor en partes concretas del pantalón, sí que debemos lavarlo. Al menos lavar esas partes.

Lo importante es llegar a un equilibrio. No lavar los vaqueros con regularidad minimiza muchísimo el gasto de agua y energía que supuso fabricarlos. Estaríamos devolviendo al planeta lo que le quitamos. Por lo tanto, es una medida interesante. Pero tampoco nos podemos colar. Reduzcamos los lavados, sin que los pantalones lleguen a saludarnos por las mañanas o quedarse de pie cuando nos los quitemos. En el término medio está la virtud.