Elon Musk podría enfrentar una nueva investigación relacionada con la muerte de monos que se usaron en las pruebas de los chips cerebrales de Neuralink, su empresa de biotecnología. Cuatro congresistas escribieron al presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de los EE. UU. (SEC), Gary Gensler, acusando al magnate por posible fraude. Justo cuando Neuralink se prepara para comenzar los experimentos en humanos.
Elon Musk escribió dijo en septiembre que «ningún mono ha muerto como resultado de un implante Neuralink». En una publicación en X (Twitter), explicó que los monos utilizados por la compañía para probar sus chips cerebrales estaban «ya cerca de la muerte». La carta firmada por cuatro miembros de la Cámara de Representantes dice que Musk sabía que lo que estaba diciendo era mentira.
Una investigación del Centro Nacional de Investigación de Primates de California aseguran que al menos una docena de monos a los que se les implantaron chips experimentaron una variedad de problemas de salud. Entre ellos, infecciones e inflamación cerebral, antes de que finalmente fueran sacrificados.
Los legisladores argumentan que Elon Musk podría haber incurrido en fraude de valores al pasar por alto los aspectos letales de las pruebas de Neuralink. Consideran que sería una violación de una regla de la SEC, diseñada para proteger a los inversores de omisiones y errores materiales relacionados con la compra o venta de un activo.
Elon Musk y las múltiples denuncias de maltrato animal en Neuralink
La carta de los congresistas, a la que tuvo acceso Wired, dice que la muerte de los animales está directamente relacionada con la seguridad y comerciabilidad del chip cerebral de Neuralink. Por eso, dijeron, es clave que los inversores de la empresa reciban información precisa.
El Comité de Médicos para una Medicina Responsable, una organización sin fines de lucro, también pidió a la SEC en septiembre pasado que investigara a Elon Musk por fraude de valores. Un ex empleado de Neuralink dijo a WIRED que la idea de que se usara monos terminales en los experimentos es ridícula: “Tuvimos estos monos durante aproximadamente un año antes de realizarles cualquier cirugía”, declaró.
En septiembre, Elon Musk y Neuralink comenzaron el reclutamiento de voluntarios para comenzar a probar en humanos sus chips cerebrales. El proceso dio inició luego de que la compañía recibiera la aprobación de una junta de revisión independiente para hacer pruebas en personas. Neuralink está en la búsqueda de personas con parálisis, mayores de edad.
La compañía pretende insertar pequeños chips cerebrales, ya probados en monos y otros animales, para tratar enfermedades como la parálisis y la ceguera. En algún momento, Musk ha dicho que a largo plazo quiere sanar la esquizofrenia o la depresión.
Las dudas sobre la seguridad
La seguridad del dispositivo ha generado dudas por todos lados. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) retrasó en 2022 su autorización final a Neuralink para las pruebas en humanos porque creía que algunos aspectos del chip podrían ser peligrosos. En un reporte, habló sobre la posibilidad de que el dispositivo pudiera desplazarse a otras partes del cerebro o, incluso, recalentarse.
Otra investigación publicada por Reuters en diciembre pasado asegura que la cantidad de animales muertos es mucho mayor. En total, la compañía habría matado alrededor de 1.500 animales, incluidas más de 280 ovejas, cerdos y monos, en experimentos realizados desde 2018. Reuters citó estimados de fuentes relacionadas con las pruebas. Por acusaciones como estas, el Inspector General del Departamento de Agricultura de EE. UU. inició el año pasado otra averiguación, a petición de un fiscal federal.
Pero Elon Musk logró resolver estos inconvenientes y avanzar con el experimento de Neuralink. De hecho, trascendió que la FDA había aprobado pruebas adicionales planificadas para 2024. Neuralink ha dicho dijo que planea hacer 11 cirugías en 2024, 27 en 2025 y 79 en 2026, según documentos entregados a sus inversores. De ahí en adelante, la idea es escalar de manera dramática: estiman 499 cirugías en 2027, hasta llegar a las 22.204 en 2030.
La primera fase del estudio comenzará en 2024 y pondrá a prueba una interfaz cerebro-computadora. El objetivo es comprobar que el mecanismo permite a personas con parálisis controlar el cursor o el teclado de una computadora utilizando únicamente sus pensamientos.