El cambio climático no es solo calor. Uno de los efectos más devastadores tiene que ver con las inundaciones provocadas por las lluvias, que cada vez son más torrenciales y frecuentes. Un nuevo estudio advierte que los modelos climáticos que venían advirtiendo sobre este impacto estarían subestimando el efecto del calentamiento global. En otras palabras: las lluvias aumentarán su intensidad más rápido de lo que pensábamos.
«Nuestro estudio confirma que la intensidad y frecuencia de las fuertes precipitaciones extremas aumentan exponencialmente con cada incremento del calentamiento global», explica Max Kotz, autor principal del estudio e integrante del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK). La investigación fue publicada esta semana en Journal of Climate.
Los investigadores de PIK analizaron las precipitaciones extremas diarias sobre la tierra en 21 simulaciones climáticas de última generación (CMIP-6). Compararon los cambios proyectados con los observados históricamente. El método que aplicaron se basa en técnicas de filtrado de patrones, lo que les permitió separar qué cambios en las lluvias son consecuencia del cambio climático provocado por la actividad humana y cuáles no.
La mayoría de las áreas terrestres registran aumentos, tanto en la intensidad como en la frecuencia de las lluvias. Pero son especialmente más fuertes en las regiones tropicales, según el estudio. También, en latitudes altas, como en el sudeste asiático o el norte de Canadá.
El beneficio de conocer el efecto del cambio climático en las lluvias
Los modelos actuales de última generación subestiman el impacto de manera «considerable y significativas», resaltan los científicos. «Nuestros hallazgos sugieren que estos efectos podrían ser mucho peores de lo que pensábamos. Las lluvias extremas serán más intensas y frecuentes. La sociedad debe estar preparada para esto», explicó Anders Levermann, jefe del departamento PIK y coautor del estudio, en un comunicado.
Los cambios en la frecuencia e intensidad de las lluvias extremas diarias tienen impacto económico y social. «Pero también con la disponibilidad de aguas subterráneas, que pueden causar pérdidas importantes de vidas y pérdidas financieras», dicen los investigadores.
Otro estudio publicado en octubre alerta que los huracanes del Atlántico tienen ahora más del doble de probabilidades de intensificarse rápidamente. Debido al calentamiento de la superficie del mar, cada vez más, los huracanes menores se transforman en fenómenos más fuertes y potencialmente catastróficos. En agosto pasado, por ejemplo, el huracán Lee pasó de ser un evento categoría 1 —con vientos de una fuerza de 129 kilómetros por hora— a uno de categoría 5 -249 kilómetros por hora—. Esto, en solo 24 horas.
«La buena noticia es que esto hace que sea más fácil predecir el futuro de las precipitaciones extremas», dijo Levermann. Y, de esta forma, las autoridades y las poblaciones podrán prepararse más rápido y manera más oportuna. ¿La mala noticia?: «Empeorará si seguimos aumentando las temperaturas globales mediante la emisión de gases de efecto invernadero».
Daños por lluvias
Otra investigación determinó que más del 64% de los daños causados por el cambio climático en todo el mundo están relacionados con tormentas y lluvias intensas. Los investigadores tomaron en cuenta 185 desastres naturales, ocurridos entre el 2000 y 2019, que fueron más probables por culpa de la crisis climática. El análisis, publicado en la revista científica Nature Comunications, reporta un promedio de 140 mil millones de dólares al año en daños.
Un informe de la Unión Europea dice que, solo en la región, hay cerca de 170.000 personas expuestas al riesgo de inundaciones todos los años. Este número podría aumentar a 480.000 para finales de siglo debido al cambio climático, dice la Dirección General de Acción por el Clima de la Comisión Europea.
El próximo jueves 30 de noviembre comienza la COP28, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Es la instancia de discusión global más importante sobre la problemática. Líderes de gobiernos y organizaciones se reunirán en Dubai, en una cita que durará hasta el 12 de diciembre en Dubai. El gran objetivo del encuentro, como todos los años, es revisar los planes para reducir la emisión de gases contaminantes, los grandes impulsores del calentamiento global.