El regreso de Sam Altman como CEO de OpenAI es un hecho, o al menos eso parece. A primera hora de la mañana europea, la compañía anunció en X (Twitter) que había llegado a un "principio de acuerdo" para el retorno del director ejecutivo despedido el viernes. Aún quedan detalles por resolver, pero todo apunta a que, a menos que ocurra una calamidad, la historia no volverá a dar nuevos giros repentinos.

Si bien aún falta trabajar sobre algunas cuestiones, la información que circula con respecto a los pormenores de la negociación son muy interesantes. Es cierto que estos datos todavía no son oficiales, pero ya han sido divulgados por múltiples fuentes calificadas y de gran reputación en el sector tecnológico.

En la tarde de ayer, les contamos que Sam Altman negociaba su vuelta a OpenAI en un clima de altísima tensión. Según se indicaba por entonces, la discusión principal era con Adam D'Angelo, CEO de Quora e integrante de la junta directiva que expulsó al ejecutivo de su cargo. Poco después, Emmett Shear, CEO interino de la startup californiana, se sumó al diálogo para intermediar.

Los escenarios que se plantearon inicialmente no conformaban a nadie. En un momento se habló de que OpenAI habría ofrecido a Altman la posibilidad de regresar, pero no como CEO, sino como director de una junta de transición. En tal sentido, el cofundador del laboratorio de IA habría sido tajante: si volvía, lo haría como director ejecutivo. De lo contrario, no sucedería.

Otra de las posibilidades que se puso a consideración fue la de crear una nueva mesa directiva con Bret Taylor, el exco-CEO de Salesforce, a la cabeza. Esta parece haber sido la opción que más cuadró entre las partes. En el anuncio del regreso de Sam Altman, OpenAI confirmó el ingreso de Taylor y de Larry Summers, exsecretario del Tesoro de Estados Unidos, a la junta.

Los pormenores del regreso de Sam Altman a OpenAI

Sam Altman / OpenAI

Los detalles de las negociaciones que se han conocido en las últimas horas son varios. Vuelvo a lo del comienzo: es información todavía extraoficial, pero obtenida por fuentes de gran reputación en el sector tecnológico. The Information, por ejemplo, indica que, como parte del acuerdo por su retorno como CEO, Sam Altman no podrá volver a su puesto en la junta directiva del brazo sin fines de lucro de OpenAI. Ni tampoco podrá hacerlo Greg Brockman, cofundador y presidente de la startup.

No obstante, esto no estaría del todo cerrado. De acuerdo con The Verge, Altman no habría renunciado por completo a obtener un puesto dentro de la mesa de directivos. Mientras que Microsoft también pujaría por tener un representante dentro del nuevo esquema de gobernanza, considerando que es el principal inversor de la startup y no quiere que se repitan sobresaltos como el del viernes pasado.

Una junta más grande y con caras nuevas

Con respecto a la conformación de la nueva junta directiva de OpenAI, Sam Altman habría pretendido que se eliminara todo rastro de los responsables del motín que derivó en su salida. Sin embargo, terminó cediendo a la continuidad de Adam D'Angelo. El CEO de Quora será el único de los antiguos integrantes de la mesa acompañando a Bret Taylor y Larry Summers.

Eso sí, la junta de OpenAI no quedará limitada a estos tres individuos. Durante las negociaciones se aprobó la ampliación de la misma a un máximo de 9 integrantes. Todavía se desconocen los plazos establecidos para nombrar a los otros seis miembros, pero ya se vaticina una nueva lucha de poder. La actual junta se encargará de designar o vetar los nombres que se propongan para los asientos restantes. Una tarea bastante más complicada de lo que suena.

Al momento del despido de Sam Altman, la junta de OpenAI estaba confirmada por el susodicho y Greg Brockman, Ilya Sutskever (jefe científico de la startup), Adam D'Angelo (Quora), Tasha McCauley (GeoSim Systems) y Helen Toner (Universidad de Georgetown). Sin embargo, la mesa había sido más amplia. Shivon Zilis (Neuralink), Will Hurd (congresista) y Reid Hoffman (LinkedIn) habían abandonado sus puestos durante el año y aún no se los había reemplazado. Según The New York Times, los directivos restantes no se ponían de acuerdo en cómo elegir a sus sucesores, acrecentando la división interna.

Será interesante ver qué nombres se proponen para cubrir las vacantes. Pero todo apunta a que, con la excepción de D'Angelo, las demás serán caras nuevas. Todavía no hay datos sobre quién podría representar a Microsoft, en caso de que la firma de Redmond reciba su lugar en la junta. Satya Nadella no quiere más sorpresas y aspira a tener un diálogo más cercano con el brazo sin fines de lucro de OpenAI.

El compromiso a una investigación

Logo de OpenAI, creadores de ChatGPT y GPT-4 Turbo

Otro punto crucial del regreso de Sam Altman a OpenAI es que tanto el empresario como la organización se comprometieron a investigar lo sucedido. Todavía no se sabe demasiado al respecto, pero se especula con que no se realizará de forma interna. Esto implicaría la contratación de un estudio legal independiente para llevarla a cabo.

Este proceso seguramente demande varios meses y remueva varias cuestiones importantes sobre la lucha de poder que derivó en el despido de Altman. Pese a la falta de detalles, se supone que la investigación se centrará tanto en el comportamiento del ejecutivo durante su primer periplo como CEO, como en el accionar de la junta y las justificaciones detrás del motín.

La realización de un análisis profundo de los eventos fue de los primeros puntos que marcó Emmett Shear cuando asumió como CEO interino de OpenAI. El exlíder de Twitch dijo que planeaba encomendar una pesquisa para conocer a fondo lo que había sucedido, debido a que la falta de información era demasiado grande. De hecho, el ejecutivo habría amenazado con renunciar si la junta no le entregaba evidencias contundentes del supuesto mal accionar de Sam Altman que derivó en su expulsión de la empresa.

De todos modos, es un hecho que el interinato de Shear ha llegado a su fin. El empresario aprovechó su cuenta en X (Twitter) para celebrar el regreso de Altman. "Estoy profundamente satisfecho con este resultado, después de casi 72 horas de trabajo muy intensas. Al ingresar a OpenAI, no estaba seguro de cuál sería el camino correcto. Este fue el camino que maximizó la seguridad y en el que todas las partes interesadas hicieron lo correcto. Me alegro de haber sido parte de la solución", aseveró.