El calentador de agua es posiblemente uno de los aparatos que todos tenemos en casa y que más echamos en falta cuando deja de funcionar. Gracias a él tenemos agua caliente para ducharnos, lavarnos las manos o fregar los platos, por poner tres ejemplos prácticos. Los calentadores más completos sirven también para caldear la casa en invierno gracias a los radiadores que tenemos en cada habitación. Y los hay que funcionan con gas natural, gas butano o electricidad. En este último apartado, existen un tipo particular llamados calentadores de agua eléctricos instantáneos.
Los calentadores convencionales suelen ser de grandes dimensiones. Su función es calentar agua que irá a varias estancias del hogar. Cocina y baño principalmente. Así que es inevitable que este dispositivo, también conocido como caldera, terma o termotanque, sea uno de los que más energía consumen. Ya sea gas o electricidad. Una alternativa, más modesta pero asequible, es el calentador eléctrico instantáneo. Está pensado para ser instalado en zonas muy concretas, más pequeñas. Y van a cumplir la misma función que la caldera convencional pero para una estancia concreta.
El invento no es nuevo. Pero como ocurre en otros ámbitos, cuando algo se pone de moda, las alternativas acaban por ser residuales o menos conocidas. Sin embargo, en situaciones especiales, estas alternativas vuelven a relucir porque son la manera más práctica de resolver problemas como el precio de la electricidad, el ahorro de agua o, en general, la imperiosa necesidad de optimizar el consumo que hacemos en nuestros hogares.
Más pequeño, más económico
Los calentadores de agua eléctricos instantáneos se conocen también como calentadores de punto o calentadores de flujo. Son de pequeñas dimensiones y se instalan justo en el lugar donde son necesarios. Mayormente, al lado de una ducha o debajo de un fregadero. Se alimentan principalmente de electricidad y se activan por flujo o mediante un interruptor. Al ser más pequeños, consumen menos electricidad. Hablamos de cantidades entre 1500 y 5000 vatios. O entre 1,5 y 5 kilovatios, si bien hoy en día los hay con potencias entre 3 y 6 kilovatios.
Los modelos actuales se integran en el sistema cerrado de suministro de agua. El agua del grifo es calentada mediante electricidad utilizando un sistema de tubos, similar a lo que ocurre con un calentador al uso. Pero a diferencia de éste, no es necesario un flujo frío. Esto hace que se aproveche mejor el agua y, al mismo tiempo, se utilice menos energía para calentarla. Además, al calentar agua directamente donde se la necesita, el resultado es más eficiente. A esto hay que añadir que los modelos más avanzados integran controles electrónicos de temperatura y de caudal. Así es posible elegir la temperatura necesaria.
Más ventajas. Caben en cualquier rincón por su reducido tamaño, no requieren ventilación a diferencia de calderas o calentadores de gas, su instalación es más sencilla ya que solo requiere una toma eléctrica y, finalmente, son bastante seguros. Por lo demás, los principales fabricantes de calentadores de gran tamaño cuentan en su catálogo con calentadores instantáneos. Y los hay con o sin depósito y de distintos tamaños. Algunos modelos integran cabezal de ducha, otros traen grifo de serie, etc. Todo listo para instalar allí donde sea necesario.
Una manera de replantear nuestro consumo
Si los calentadores instantáneos o calentadores de agua eléctricos instantáneos no son muy conocidos allí donde vives, es probable que sea porque para la mayoría de hogares, no resulta práctico. Por comodidad, hábito y por la obligación de satisfacer las necesidades más habituales, no resulta práctico instalar este tipo de calentadores. Al ser menos potentes, consumen menos electricidad. Pero, a cambio, calientan menos cantidad de agua. Si necesitas grandes cantidades, este tipo de aparatos se quedan cortos.
Está claro que para calentar el agua de una vivienda familiar es necesario una caldera de gran tamaño. Más todavía si hablamos de una casa en vez de un piso. Pero si necesitamos moderar nuestro consumo de agua y electricidad, bien podemos analizar si es posible reducir esa necesidad inicial. Para saber si en nuestro caso particular nos conviene o sería más rentable este tipo de calentadores, debemos tener en cuenta nuestras necesidades de agua caliente. Saber en qué puntos de la vivienda necesitaríamos un calentador, cada cuanto tiempo lo usaríamos, etc.
Para hacernos una idea, los calentadores de agua eléctricos instantáneos de 6 kW pueden calentar entre 3 y 3,5 litros por minuto. Aunque también hay modelos de más potencia, regulables, entre 18 y 24 kW. Hay calentadores instantáneos capaces de calentar de 6 a 8 litros por minuto hasta un máximo de 21 a 25 litros por minuto. La disparidad de potencias y capacidades se debe a que podemos usarlos indistintamente en una ducha o en un fregadero de cocina o de baño.
En definitiva, los calentadores de agua eléctricos instantáneos no son una excentricidad. Tanto en viviendas nuevas o antiguas como en pequeños apartamentos, este tipo de alternativa para calentar agua puede suponer un ahorro y tomar conciencia de la cantidad de agua que necesitamos en nuestro día a día.